Rupert Murdoch coloca como 'delf¨ªn' de su imperio medi¨¢tico a su hijo de 29 a?os
Rupert Murdoch, de 70 a?os, el mayor magnate mundial en el sector de la comunicaci¨®n, ha dado un paso m¨¢s en la preparaci¨®n de su relevo. Su hijo Lachlan, de 29 a?os y con una bien ganada fama de playboy, se ha convertido en el nuevo vicedirector ejecutivo de News Corp., la sociedad matriz de un inmenso conglomerado de empresas en tres continentes, y n¨²mero tres del imperio, por detr¨¢s del propio Rupert y de Peter Chernin, presidente y director ejecutivo. Lachlan, sucesor designado, instalar¨¢ su cuartel general en Los ?ngeles.
El anuncio no fue sorprendente. Hace ya tres a?os que Rupert Murdoch, due?o del 31% de las acciones del consorcio, anunci¨® que Lachlan, el mayor de sus hijos varones, era el elegido para sustituirle alg¨²n d¨ªa. Los ejecutivos estadounidenses de News Corp. tendr¨¢n que acostumbrarse, sin embargo, a la novedad de ser dirigidos por un joven que se gradu¨® en la Universidad de Princeton hace s¨®lo seis a?os, que luce un tatuaje bicolor en el antebrazo, que alterna con las mujeres m¨¢s espectaculares, que conduce una motocicleta Ducati y que califica a la prensa estadounidense de "francamente floja". Lachlan se ocupaba, hasta ayer, de los peri¨®dicos australianos, de la televisi¨®n de pago Foxtel, de la editorial Harper Collins y del tabloide neoyorquino New York Post. Se hab¨ªa acostumbrado, por tanto, a vivir en el avi¨®n privado, entre su oficina de Sidney y su oficina de Nueva York. Y su trabajo hab¨ªa sido muy celebrado por los accionistas: la cadena australiana de peri¨®dicos aument¨® sus ingresos en un 35% en el ¨²ltimo a?o fiscal, y Harper Collins, durante a?os un pozo de p¨¦rdidas, aument¨® sus beneficios en un 85%.
En su nuevo puesto, el joven Murdoch asumir¨¢ tambi¨¦n la responsabilidad sobre los peri¨®dicos brit¨¢nicos (The Times, The Sunday Times y The Sun), las cadenas de televisi¨®n brit¨¢nicas englobadas en Sky, las cadenas estadounidenses de Fox y la productora cinematogr¨¢fica Twentieth Century Fox. S¨®lo quedar¨¢ parcialmente fuera de su alcance Star TV, la mayor sociedad asi¨¢tica de televisi¨®n por sat¨¦lite, que su hermano menor James (26 a?os) controla desde la oficina de Hong Kong, as¨ª como los negocios de Internet, tambi¨¦n patrimonio de James. "Me gusta arremangarme y ensuciarme las manos; me gustar¨¢ ejercer una nueva funci¨®n, mucho m¨¢s global que hasta ahora", dijo Lachlan al conocerse su nombramiento.
El imperio Murdoch atraviesa una buena ¨¦poca. Superada la crisis de endeudamiento que estuvo a punto de reventar el grupo a principios de los noventa, ha encadenado varios ¨¦xitos: cinematogr¨¢ficos (Titanic es un ejemplo), period¨ªsticos (la resurrecci¨®n del alica¨ªdo The Times y del quebrado New York Post) y, sobre todo, televisivos. Fox ha consolidado sus cadenas en el mercado estadounidense y, contra todo pron¨®stico, ha conseguido que su canal de noticias, Fox News, cuente ya con un 25% del mercado y amenace la supuestamente intocable hegemon¨ªa de CNN.
Quienes han trabajado con Lachlan dicen que es id¨¦ntico a su padre en el fondo, y muy distinto en las formas. Cuando se hizo cargo de los negocios australianos y de una parte de los estadounidenses, en 1996, despidi¨® en unas pocas semanas a una larga retah¨ªla de ejecutivos. Pero lo hizo sin la rudeza de Rupert, un hombre c¨¦lebre por su antipat¨ªa y su brusquedad. "Es un tipo con encanto. Me llam¨®, estuvimos 20 minutos hablando de deportes, y luego me sugiri¨® que quiz¨¢ me convendr¨ªa buscar otro empleo; creo que al final me desped¨ª yo mismo", explic¨® a The New York Times Malcolm Schmidtke, antiguo editor del diario The Australian. Al padre le gusta ser temido; el hijo prefiere seducir.
Experto en prensa amarilla
Lachlan Murdoch puli¨® sus conocimientos sobre la prensa en el diario sensacionalista londinense The Sun, donde trabaj¨® m¨¢s de un a?o como editor de titulares. Los periodistas brit¨¢nicos suelen decir que no hay nada tan dif¨ªcil como hacer un titular para The Sun (hace falta conjugar brevedad, impacto, gracia y doble sentido), y Lachlan destac¨® en el oficio. Algo que le distingue de su padre es la tendencia pol¨ªtica. Rupert es ultraconservador (aunque capaz de acomodarse a las circunstancias: pact¨® con el neolaborista Tony Blair y orden¨® a sus diarios brit¨¢nicos, ferozmente tories (Partido Conservador), que mimaran al entonces todav¨ªa l¨ªder de la oposici¨®n, e impone un sesgo derechista a la prensa que controla. Lachlan se define como "libertario capitalista", una posici¨®n que podr¨ªa suscribir su padre, pero no es partidario de que sus medios de comunicaci¨®n se inclinen claramente hacia ninguna ideolog¨ªa.
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