Norman Mailer: "Seguir¨¦ escribiendo mientras pueda"
El autor, enfrascado en una nueva novela, concede una larga entrevista a la televisi¨®n en la que recuerda hechos pol¨¦micos del pasado
A la edad de 77 a?os, Norman Mailer pasa tres horas cada d¨ªa en su casa, frente a la playa de Provincetown (Massachusetts), escribiendo una gran novela que puede, o no, ser la ¨²ltima."De energ¨ªa estoy bastante bien, de mente estoy bastante bien, pero los huesos est¨¢n empezando a protestar todos los d¨ªas", dijo Mailer al tel¨¦fono. Tiene artritis en ambas rodillas y a veces tiene problemas para caminar. "Seguir¨¦ escribiendo mientras buenamente pueda", a?adi¨®. "No quiero acabar como un escritor viejo que no es muy bueno".
Mailer, que quiere proteger su intimidad mientras escribe la novela, cuenta con las repercusiones que tendr¨¢ lo que ¨¦l denomina la entrevista para televisi¨®n m¨¢s franca y extensa de su carrera en m¨¢s de 50 a?os. La entrevista abarca no s¨®lo su vida personal, incluyendo cuando apu?al¨® a su esposa hace 40 a?os, sino tambi¨¦n introspecciones inesperadas sobre su fervor hacia Estados Unidos y su fascinaci¨®n por Richard M. Nixon, Lyndon B. Johnson y otros presidentes, as¨ª como sobre sus ambiciones literarias.La entrevista se entresac¨® de una serie de sesiones llevada a cabo hace dos a?os por Jean-Pierre Catherine y Michael Seiler para la televisi¨®n europea. Las sesiones duraron m¨¢s de 20 horas en total, y tres de ellas se emitir¨¢n en la televisi¨®n francesa el 29 de octubre y el 5 de noviembre.
"Siempre he sentido que mi relaci¨®n con Estados Unidos es an¨¢loga a un matrimonio", dijo Mailer en la entrevista. "Amo a este pa¨ªs. Lo odio. Me enfado con ¨¦l. Me siento pr¨®ximo a ¨¦l. Me fascina. Me repele. Y es un matrimonio que ha estado funcionando durante unos 50 a?os de mi vida de escritor, ?y qu¨¦ ha sucedido durante este tiempo? Que ha ido a peor. Ya no es lo que era".
Pero despu¨¦s dijo: "Desde luego, siento afecto por esa sensaci¨®n absoluta de libertad intelectual que existe como un nervio vivo, un cable vivo, que atraviesa el centro de la vida estadounidense". A?adi¨®: "Cada vez que me siento completamente desalentado con respecto a este pa¨ªs, me digo a m¨ª mismo: no, lo cierto es que por fin podemos decir de verdad lo que pensamos, y de ah¨ª han surgido algunas cosas extraordinarias".
Mailer, por supuesto, nunca ha sido t¨ªmido para promocionarse descaradamente a s¨ª mismo y a sus libros, y su debilidad por la controversia se ha mantenido inc¨®lume. Pero en sus comentarios televisados ofrece una visi¨®n amplia, categ¨®rica e incluso melanc¨®lica de su carrera, incluyendo los dos episodios que ¨¦l define como los m¨¢s espantosos de su vida y que generalmente se ha negado a comentar.
Uno de ellos tuvo lugar en noviembre de 1960, cuando, tras una fiesta que hab¨ªa durado toda la noche, apu?al¨® a su segunda esposa, Adele Morales, con una navaja. Ella no present¨® cargos. El otro fue su patronazgo de Jack Henry Abbot, autor de un desgarrador libro de escritos de prisi¨®n titulado In the belly of the beast (En el vientre de la bestia), que sali¨® en libertad condicional de su condena por homicidio y volvi¨® a matar en 1981.
Del apu?alamiento de hace 40 a?os, Mailer dijo: "Cambi¨® toda mi vida. Es el ¨²nico acto que lamento y lamentar¨¦ el resto de mi vida cuando lo recuerdo. Y se produjo por la forma de vida que llevaba. No tengo dudas sobre esto. Lo que sucedi¨® fue que me estaba haciendo m¨¢s y m¨¢s violento". Ech¨® la culpa del episodio a "una vena fea, oscura y competitiva". "A nuestra manera, somos tan feos como los animales, y a menos que nos enfrentemos a la fealdad que hay en nosotros, a menos que nos enfrentemos a la violencia que hay en nosotros, a la brutalidad que hay en nosotros, y encontremos alguna forma de sublimarla, por utilizar un t¨¦rmino de Freud, y convertirla en algo un poco m¨¢s elevado, no vamos a llegar nunca a ninguna parte", dijo.
De Abbot habl¨® con m¨¢s detalle y de forma m¨¢s ambivalente. Abbot hab¨ªa pasado 21 de sus 33 a?os en la c¨¢rcel cuando empez¨® a escribirse con Mailer, y sali¨® de la prisi¨®n de Utah en junio de 1981. Mailer y otras figuras literarias apadrinaron a Abbot, cuyos escritos en la c¨¢rcel hab¨ªan atra¨ªdo su atenci¨®n.
Seis semanas despu¨¦s de ser liberado apu?al¨® y mat¨® a Richard Adan, un camarero a tiempo parcial, en una discusi¨®n en el Binibon, una cafeter¨ªa que abre toda la noche en el East Village. Abbot le dijo m¨¢s tarde a Ricci Adan, la viuda de Adan, que la vida de su marido "no val¨ªa un c¨¦ntimo". Abbot, que ahora tiene 56 a?os, fue condenado por homicidio en primer grado y podr¨¢ optar a la libertad condicional en junio de 2001.
Mailer lo denomin¨® "uno de los episodios m¨¢s desagradables de mi vida" y dijo que se sent¨ªa "completamente responsable", porque Abbot no ten¨ªa ninguna costumbre de vivir en el mundo exterior.
"Sab¨ªa que Jack necesitaba mucha ayuda y que lo que le hac¨ªa falta de verdad era alguien que pudiera pasar una cantidad prodigiosa de tiempo con ¨¦l todas las noches, verle, vivir con ¨¦l, vivir con ¨¦l en la forma en que los de alcoh¨®licos an¨®nimos viven con un borracho", dijo Mailer. "Yo no lo hice. As¨ª que cuando se produjo el crimen, porque yo hab¨ªa esperado que las cosas salieran bien, yo supe que parte de la responsabilidad era m¨ªa".
Mailer dijo el otro d¨ªa por tel¨¦fono, desde su casa, que, aunque nunca hab¨ªa querido hablar p¨²blicamente del caso Abbot o de su propio caso de apu?alamiento, se hab¨ªa sentido obligado a mencionar ambos temas debido a la seriedad de las entrevistas. "Sent¨ª que ten¨ªa que hablar de ello en t¨¦rminos generales. Eran los dos episodios peores de mi vida". Sobre el ataque a su esposa dijo: "Nunca hablar¨¦ del apu?alamiento en profundidad".
La primera novela que public¨® Mailer, Los desnudos y los muertos (1948), que trataba de sus experiencias en la II Guerra Mundial, vendi¨® 200.000 copias y le convirti¨®, a los 25 a?os, en una de las figuras literarias m¨¢s aclamadas de la posguerra. Desde entonces, sus intereses, su prol¨ªfica carrera y su impredecible y controvertida vida p¨²blica y privada han sido elementos fijos del panorama literario.
Su inter¨¦s por la met¨¢fora como herramienta literaria se puso especialmente de manifiesto en sus trabajos de finales de los a?os sesenta, como ?Por qu¨¦ estamos en Vietnam? (1967) y Los ej¨¦rcitos de la noche (1969), sobre la protesta contra la guerra, con la que gan¨® su primer Premio Pulitzer. El segundo lleg¨® en 1980 por La canci¨®n del verdugo, una novela documental acerca de Gary Gilmore, el asesino convicto.
Mailer tambi¨¦n ha escrito ensayos y obras no novelescas sobre temas que van desde Marilyn Monroe hasta la exploraci¨®n del espacio. Incluso lleg¨® a presentarse para alcalde de Nueva York en 1969. Entre sus novelas citaremos Ancient evenings (1983) y un libro de 1.328 p¨¢ginas sobre la CIA, El fantasma de Harlot (1991).
Mailer ha tenido seis esposas y nueve hijos. "El mayor es de la misma edad de mi mujer, ella tiene 51", dijo Mailer por tel¨¦fono, hablando de su esposa Norris Church Mailer, que public¨® su primera novela, Windchill summer (editorial Random House), en junio. La pareja se mud¨® de Brooklyn Heights a Provincetown hace cinco a?os.
"Simplemente, me estaba haciendo mayor y ya no pod¨ªa disfrutar de Nueva York", dijo Mailer. "Al hacerte viejo, te haces m¨¢s delicado. Me molestaba el aire malo. Me irritaba el tr¨¢fico, y si sal¨ªa y me lo pasaba bien en una fiesta, al d¨ªa siguiente no pod¨ªa trabajar ni la mitad de bien. Cuando era m¨¢s joven pod¨ªa emborracharme, comer un mont¨®n de comida fuerte y levantarme por la ma?ana sinti¨¦ndome, si no perfectamente bien, s¨ª lo bastante bien como para trabajar. Ya he pasado de ese punto. En el invierno llevo una vida abstemia aqu¨ª".
Mailer dijo que no le hab¨ªa dicho ni siquiera a su esposa de qu¨¦ trataba su nueva novela. "Si empiezo a hablar de ella, cuento todo el libro", dijo.
A la pregunta hecha por tel¨¦fono de si tem¨ªa que su talento disminuyera respondi¨®: "El talento se puede ir en cualquier momento, a los 25, a los 55, a los 105. El talento es como una pelota de pimp¨®n que puede rodar y caer de la mesa".
Pero escribir una novela, especialmente al hacerse viejo, era un castigo, dijo Mailer. "En un momento dado puede que se convierta en algo demasiado dif¨ªcil para poder hacerlo. Escribir te destroza el cuerpo; te sientas ah¨ª en la silla, hora tras hora, y sudas tinta para sacar unas pocas palabras".
Mailer a?adi¨® que ¨¦l no le¨ªa a sus contempor¨¢neos por placer. "La gente no se da cuenta de que los buenos novelistas son tan competitivos como los buenos atletas. Se estudian los unos a los otros, en qu¨¦ son buenos y en qu¨¦ son menos buenos. Los escritores somos as¨ª, pero no lo reconocemos. Yo puedo leer a Don DeLillo y decir: yo soy mejor que ¨¦l en esto y ¨¦l es mejor que yo en aquello. Lo mismo me pasa con Updike, Roth, Bellow, Doctorow y todos ellos. Todos somos iguales. Pero no creo que ellos lo admitan".
En la entrevista para la televisi¨®n, Mailer habla de los presidentes de la naci¨®n de los ¨²ltimos 50 a?os. Dice que Nixon fue una figura un tanto tr¨¢gica, porque "era muy brillante, excepcionalmente inteligente". Pero a?ade: "Ten¨ªa una personalidad que no ten¨ªa arreglo. Desconfiaba profundamente de las posibilidades de la gente, y eso se le notaba en el car¨¢cter. Hab¨ªa algo casi indecente en el placer que le daba el ponerse sentimental con las cosas peores".
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