Punto final

Esta vez s¨ª parece la definitiva. Aunque, a juzgar por otras despedidas c¨¦lebres del rock -empezando por los Rolling Stones-nunca se sabe. Sin embargo, con esta gira y el ¨²ltimo disco del grupo, vendido por ellos en Internet como desaf¨ªo abierto a la industria musical tal y como hoy la conocemos, Smashing Pumpkins parecen haber puesto punto final a una d¨¦cada de agitada vida y obra art¨ªstica que impuso su sello en la d¨¦cada de los noventa.A?os de guerras, desilusiones, depresiones..., la m¨²sica de Billy Corgan, eje creativo y rector del grupo, ha sido parte de la banda sonora que, por lo observado en su concierto de Madrid, ha acompa?ado el desarrollo de una generaci¨®n que hoy ronda los 30 a?os de vida.

Smashing Pumpkins han planteado en esta gira los conciertos en tres fases: una primera semiac¨²stica, con un Corgan ataviado con larga t¨²nica blanca, que resulta francamente aburrida de puro minimalismo deprimente y obsesivo. Menos mal que Blue skies se rompi¨® la tendencia y Billy, esta vez vestido de luto riguroso, y los suyos atacaron temas m¨¢s rabiosos, de esp¨ªritu punk y gran carga de electricidad. La personalidad un tanto psic¨®pata del solista y los alardes instrumentales de su inseparable guitarrista James Iha fueron marcando un crescendo que alcanzaba el cl¨ªmax con la contundente Heavy metal.

A estas alturas, el p¨²blico que abarrotaba el recinto estaba entregado, coreaba, daba palmas y celebraba cualquier movimiento o sonido. Incluso aplaudi¨® la presentaci¨®n de los seis m¨²sicos, en la que incluyeron algunos bochornosos pasos de flamenco -americanos: ya se sabe-. No obstante, la mejor parte de la noche fue el final, en el que sonaron las piezas m¨¢s bellas, con m¨¢s encanto y estribillos, m¨¢s pop: Tonight Tonight, Try Try Try y Porcelina. Hubo obligados bises con los que hizo tocar el cielo a sus seguidores con algunos de los temas m¨¢s importantes de su discograf¨ªa, poniendo el broche y el mejor adi¨®s a sus fieles seguidores madrile?os: Cherub Rock, Imouring y 1979. Quienes vayan a los tres conciertos que les quedan en Espa?a (hoy en Zaragoza, mi¨¦rcoles en Barcelona y jueves en San Sebasti¨¢n) tal vez sean los ¨²ltimos compatriotas en contemplar a este trozo de la historia reciente del pop reciente. O tal vez no.