El 'no' dan¨¦s al euro, ?una oportunidad para Europa?
En el refer¨¦ndum del d¨ªa 28 de septiembre, los daneses dec¨ªan no al euro. Puesto que los votantes que dec¨ªan no vinieron de todo el espectro pol¨ªtico, obviamente son muchas las razones de este resultado. Pero, quiz¨¢s aparte de los votantes de la extrema derecha, queda claro que los daneses no han dicho no a la colaboraci¨®n europea ni han dicho no a la ampliaci¨®n de la UE hacia el Este. Por esta raz¨®n ser¨ªa equivocado interpretar el no al euro como una expresi¨®n de nacionalismo dan¨¦s o como un ego¨ªsmo econ¨®mico.El debate en Dinamarca antes del refer¨¦ndum ha mostrado que
el tema del euro para los daneses es mucho m¨¢s que econom¨ªa. Tanto para los partidarios del s¨ª como para los del no, el euro ha sido considerado como un s¨ªmbolo del futuro desarrollo europeo. Los partidarios del s¨ª han enfatizado que el euro es un paso necesario para una colaboraci¨®n europea todav¨ªa m¨¢s estrecha, mientras los partidarios del no han argumentado que el euro es un paso desafortunado en direcci¨®n hacia los "Estados Unidos de Europa".
Un aspecto central del debate dan¨¦s sobre el euro ha sido una amplia discusi¨®n p¨²blica sobre el futuro de Europa -una discusi¨®n que, desafortunadamente, parece que ha estado ausente en otros muchos pa¨ªses de Europa-. ?No deber¨ªan todos los pueblos de Europa preguntarse a s¨ª mismos hacia d¨®nde va la colaboraci¨®n europea y si el camino en el que estamos es el m¨¢s correcto?
Un posible argumento para tener una colaboraci¨®n europea m¨¢s estrecha podr¨ªa ser el deseo de crear un contrapeso pol¨ªtico al poder econ¨®mico que, en forma de compa?¨ªas multinacionales, cruza las fronteras nacionales y que est¨¢ dirigido por intereses de dinero m¨¢s que por intereses democr¨¢ticos. Pero este argumento no es convincente, puesto que las compa?¨ªas multinacionales ya trabajan a nivel global y, por tanto, la UE es demasiado peque?a para asegurar una cara humana a la globalizaci¨®n econ¨®mica.
Una posible federaci¨®n europea comportar¨ªa m¨¢s centralizaci¨®n del poder pol¨ªtico y un mayor alejamiento de los pueblos europeos a dicho poder. ?No deber¨ªamos preguntarnos cu¨¢ntos ejemplos conocemos, hist¨®ricos y actuales, donde grandes centralizaciones del poder han llevado a la gente a ser m¨¢s feliz?
Por supuesto, un peque?o pa¨ªs como Dinamarca no puede ni deber¨ªa frenar a otros pa¨ªses si desean una colaboraci¨®n m¨¢s estrecha, como, por ejemplo, la creaci¨®n de una federaci¨®n europea. Pero quiz¨¢ el refer¨¦ndum dan¨¦s podr¨ªa ser el inicio para que otros pa¨ªses, por ejemplo Espa?a, empezaran un amplio debate p¨²blico sobre el futuro de Europa. ?O s¨®lo deber¨ªan ser los daneses y pol¨ªticos entusiasmados con grandes planes los que discutan si una sana colaboraci¨®n europea necesariamente incluye la construcci¨®n de un Estado europeo?-
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