Acabar¨¢ con un acuerdo Amos Oz
La nueva guerra entre palestinos e israel¨ªes es innecesaria y demente. Todo el mundo sabe, tanto en Israel como en Palestina, que cuando acabe habr¨¢ una soluci¨®n de dos Estados. Incluso los que detestan esta soluci¨®n saben que es inevitable y que es la ¨²nica.Para alguien como yo, que he sido toda mi vida un activista de la paz, esta guerra es una cat¨¢strofe personal. He estado involucrado en la batalla para persuadir a los israel¨ªes de que reconozcan el derecho palestino a la nacionalidad y la soberan¨ªa. Desde julio de 1967, inmediatamente despu¨¦s de la Guerra de los Seis D¨ªas, en la que Israel sobrevivi¨® al intento de liquidaci¨®n por parte de todos los pa¨ªses ¨¢rabes, mis compa?eros del movimiento pacifista israel¨ª y yo hemos trabajado en el empe?o de construir un puente entre los reticentes israel¨ªes y los desesperados palestinos. A veces, la mayor¨ªa de mis compatriotas me consideraba como un traidor y a la soluci¨®n de los dos Estados como un pu?al clavado en la espalda de la fe jud¨ªa.
En 1994, en Oslo, Israel y la OLP se reconocieron por fin mutuamente y acordaron establecer un patr¨®n para una soluci¨®n en etapas. Se hab¨ªan hecho progresos, a pesar de los altibajos. Casi lo hab¨ªamos conseguido.
En los dos ¨²ltimos a?os ha habido un cambio importante de sentimientos en Israel. Por primera vez, la mayor¨ªa de los israel¨ªes estaban dispuestos a aceptar un Estado independiente palestino en Cisjordania y Gaza. Ehud Barak ampli¨® esta nueva actitud al m¨¢ximo cuando ofreci¨® en Camp David dar a los palestinos cerca del 90% de Cisjordania y reconocer un Estado palestino que tuviera a Jerusal¨¦n Este como capital. Incluso estuvo de acuerdo, a rega?adientes, en que los disputados Santos Lugares de Jerusal¨¦n permanecieran bajo custodia musulmana.
Fue en vano. Arafat volvi¨® de Camp David en agosto consider¨¢ndose a s¨ª mismo el nuevo Saladino. La prensa y los medios de comunicaci¨®n palestinos empezaron inmediatamente a batir los tambores de la guerra santa contra los jud¨ªos, "para la redenci¨®n de los Lugares Santos".
Arafat es una tragedia colosal para ambos pueblos. ?l inici¨® este reciente estallido de odio y violencia, en un intento de instigar una furia rabiosa del mundo ¨¢rabe e isl¨¢mico, para empezar as¨ª una jihad, una guerra santa, contra los jud¨ªos.
Cuando escucho la ret¨®rica de la prensa y los medios de comunicaci¨®n oficiales de los palestinos y de los intelectuales controlados por Arafat, no me sorprende el linchamiento de Ramala. El pueblo palestino est¨¢ asfixiado y envenenado por el odio ciego.
Acabar¨¢. Acabar¨¢ con un acuerdo, y el acuerdo adoptar¨¢ la forma de la soluci¨®n de los dos Estados. Ni jud¨ªos ni palestinos van a ir a ninguna parte. No pueden vivir juntos como si fueran una familia feliz, porque no lo son, porque no son felices y porque ni siquiera son una familia. Lo ¨²nico que pueden hacer es marcar una partici¨®n en alg¨²n lugar del pa¨ªs que est¨¦ aproximadamente en concordancia con la realidad demogr¨¢fica, y convertirse en vecinos. No hermanos o hermanas, s¨®lo vecinos civilizados.
Esto se va a materializar quiz¨¢ mucho antes de lo que la mayor¨ªa de la gente pueda imaginar en este horrible momento. Cuando sea as¨ª, los muertos de ambos lados nos mirar¨¢n fijamente por toda la eternidad preguntando: ?por qu¨¦ y para qu¨¦?
En este momento s¨®lo Arafat parece tener la respuesta.
Amos Oz es escritor israel¨ª.
? Amos Oz, 2000.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.