El 'crack' que lleg¨® de M¨¦xico
Con novelas, experimentos literarios y un manifiesto, seis escritores mexicanos buscan un lugar al sol
"Quisimos atrapar algo que se sent¨ªa en el aire. Despu¨¦s de un momento alt¨ªsimo que fue el boom en los a?os sesenta, sent¨ªamos como lectores, primero, que se hab¨ªa empezado a desgastar una serie de estereotipos literarios que en su tiempo hab¨ªa dado gloria a la literatura latinoamericana, pero que a finales de los setenta y en los ochenta hab¨ªa estado debilitando realmente las letras latinoamericanas", explica Urroz. "De alguna manera quer¨ªamos rescatar ese gran momento a trav¨¦s de nuestras obras y de nuestras lecturas. De ah¨ª vino primero el nombre de Crack". "Mientras que boom significaba explosi¨®n, crack nos parec¨ªa el sonido de la fisura, de la ruptura", a?ade Palou.La pregunta es casi inevitable, ?no ha habido literatura entre el boom y el crack? "S¨ª hay un hilo conductor entre el boom y nuestra generaci¨®n del crack, que lo construyen autores mexicanos, pero tambi¨¦n un autor muy querido y admirado por nosotros, Roberto Bola?o. Y en este hilo entre el boom y lo que nosotros estamos haciendo tambi¨¦n se encuentran ciertos escritores espa?oles como Javier Mar¨ªas, Antonio Mu?oz Molina y Enrique Vila-Matas", contesta Padilla.
"Tres bosquejos del mal marc¨® el primer momento de lo que luego se conocer¨ªa como el crack", cuenta Volpi. "Se nos ocurri¨® invitar a presentar el libro a Pedro ?ngel Palou, al que no conoc¨ªamos todav¨ªa en persona, y asistieron, entre el p¨²blico, Vicente Herrasti y Ricardo Ch¨¢vez; por eso es un libro emblem¨¢tico para nosotros y es significativo que se edite ahora en Espa?a".
"En 1996, gracias al apoyo de un editor que decide apostar por el grupo, publicamos una serie de libros a los que llamamos novelas del crack", afirma Volpi. Fueron El temperamento melanc¨®lico, de Volpi; Si volvieran sus majestades, de Padilla; La R¨¦mora, de Urroz, y Memoria de los d¨ªas, de Palou. Al a?o siguiente, Volpi y Urroz hacen un nuevo juego literario: "Dos novelas espejo", Sanar tu piel amarga y Herir tu fiera carne, sobre tri¨¢ngulos amorosos, que se pueden leer por separado, pero "en las que hay una serie de correspondencias", seg¨²n Volpi.
En el lanzamiento de las primeras novelas del crack, sus autores leyeron un manifiesto. "Era en realidad un antimanifiesto, porque los manifiestos literarios, sobre todo en las vanguardias hoy llamadas hist¨®ricas, eran firmados por una colectividad, y el nuestro estaba integrado por textos firmados por los autores y, sin ser antag¨®nicos, eran muy heterog¨¦neos; sin embargo, el gesto del manifiesto ocult¨® los textos de las novelas", dice Palou. Si el manifiesto no fue demasiado bien recibido en M¨¦xico, tampoco lo fue el que se hubiera formado un grupo. "El problema era que nosotros hab¨ªamos identificado un fen¨®meno y nos hab¨ªamos atrevido a ponerle nombre a un grupo, por eso nos dec¨ªan autodenominado grupo: les parec¨ªa incre¨ªble que nosotros nos bautiz¨¢ramos, que fu¨¦ramos transparentes en nuestras iniciativas", a?ade. "La golpisa" que les propinaron fue "verdaderamente inclemente". "Las novelas fueron criticadas incluso sin ser le¨ªdas. La cr¨ªtica no critic¨® porque la cr¨ªtica que no lee no puede criticar; se dedicaron a reaccionar, no a criticar", sostiene Vicente Herrasti, que en aquel momento era a¨²n "un observador externo".
El grupo es compacto y van todos a una como en Fuenteovejuna. Unos escriben de los otros y los otros de los unos, se apoyan, cada uno defiende al otro. Los cinco crackers que han estado en Liber, en Barcelona (Ch¨¢vez no ha podido viajar a Espa?a porque est¨¢ con una beca de dos meses en Colombia) son unos excelentes comunicadores y logran transmitir su extraordinario entusiasmo por la literatura. En Espa?a, el Premio Biblioteca Breve a Volpi y el Primavera a Padilla ha respaldado al grupo y ahora empiezan a llegar libros de otros de sus miembros: Para¨ªso clausurado, de Palou, o Diorama, de Vicente Herrasti, ambos en Muchnik. Es Herrasti quien resume el gran empe?o del Grupo del Crack: "Entre la literatura especulativa, la dif¨ªcil, y la llamada literatura gratuita, a nosotros siempre nos ha preocupado la literatura de exploraci¨®n, aquella que no termina en el punto final. Otra de las caracter¨ªsticas en que coincidimos es el inter¨¦s por las voces polif¨®nicas, buscando siempre un concierto argumental de estas voces".
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