Despu¨¦s de la ca¨ªda del muro
JOSU BILBAO FULLAONDOSi tenemos en cuenta el numero de exposiciones fotogr¨¢ficas que han pasado estos ¨²ltimos meses por la sala de la Fundaci¨®n BBK en Bilbao dir¨ªamos que su apuesta por esta modalidad de expresi¨®n, dentro de una calidad excelente, es firme. Se han encargado de buscar y traer a autores de reconocido prestigio internacional. En algunos casos, se han adelantado a museos tan renombrados como el Reina Sof¨ªa: hagan memoria y recordaran c¨®mo la colecci¨®n de Robert Capa en Espa?a pas¨® en primer lugar por esta galer¨ªa bilba¨ªna para luego llegar a Madrid a bombo y platillo. Con estos precedentes, desconcierta que esta instituci¨®n no utilice un espacio expositivo m¨¢s acorde con la val¨ªa de la obra que presenta. Pueden argumentar que en ocasiones no resulta f¨¢cil encontrar algo adecuado, pero, con todo, debieran hacer un esfuerzo de imaginaci¨®n para solucionarlo. Los visitantes locales o extranjeros se lo merecen y lo agradecer¨ªan. Las expectativas que generan exposiciones de relevancia internacional quedan frustradas cuando el local est¨¢ lejos de reunir las condiciones adecuadas. Hoy, Bilbao es escaparate de una creciente actividad cultural que debemos mimar al m¨¢ximo porque es manera de construir el futuro de sus ciudadanos.
La sala de la calle Elcano, con sus recovecos, columnas, diferentes alturas y curiosos balconcillos, puede resultar divertida. Se presta con holgura a usos multifuncionales acordes con muchos de los compromisos de la entidad, pero cuando se trata de algo con m¨¢s enjundia resulta inadecuada. As¨ª, la exposici¨®n que podemos ver estos d¨ªas no luce lo que debiera. Se trata, ni m¨¢s ni menos, de una exclusiva en Espa?a. Recoge 10 a?os del trabajo de uno de los reporteros gr¨¢ficos m¨¢s reputados del mundo. Bajo el titulo M¨¢s all¨¢ de la ca¨ªda (Beyond the fall) se recorren algunos pa¨ªses del Este de Europa tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Las fotograf¨ªas de Anthony Suau (EEUU, 1956) no se conforman con describir un momento; se envuelven en estructuras compositivas originales para ofrecer una plusval¨ªa ic¨®nica. Tras su formaci¨®n como fotoperiodista en el Rochester Institute of Technology, en 1979 Suau inici¨® su periplo laboral en el peri¨®dico Chicago Sun. Despu¨¦s fue saltando por otras redacciones para terminar colaborando con la agencia Blak Star y finalmente con la revista Time. Ha sido testigo en Am¨¦rica, Africa, Asia y Europa de los acontecimientos m¨¢s relevantes de estos ¨²ltimos 20 a?os. Sus fotos de Etiop¨ªa merecieron el Pulitzer en 1984; las de Corea del Sur, el World Press Photo en 1987; las de Chechenia, el Robert Capa Award y el Canon Photo Essay en 1995. Sin citar m¨¢s reconocimientos, son suficientes galardones para avalar su prestigio internacional.
La exposici¨®n que ahora presenta en Bilbao se recoge en un espl¨¦ndido libro y se reparte en cuatro cap¨ªtulos: La apertura, Transformaci¨®n, Diversidad y Diez a?os despu¨¦s. Es una manera de ordenar un recorrido en el tiempo por unos pa¨ªses en plena transformaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica. Las im¨¢genes, salvo raras excepciones, son en blanco y negro. Positivadas sobre papel de acuarela, con sistemas digitales, describen funerales, procesiones, ejecuciones y tiroteos. Son muchos los campos desolados y las fabricas en ruinas. No faltan colas en los mercados ni ancianos en territorios semides¨¦rticos. Si estos escenarios son la parte oscura de la moneda, el brillo lo encontramos en el inmenso salon del Kremlin atravesado por un Yeltsin que resulta diminuto en el volumen del recinto. Putas de lujo, financieros con pajarita y los restos de un gran banquete se suman a esta enrevesada amalgama de situaciones. La miseria es fotog¨¦nica y contrastada con el lujo destaca a¨²n m¨¢s.
El autor americano conforma un espect¨¢culo con sabor a hiel. Maneja un estilo que recuerda al maestro Robert Frank. Su mirada no busca la realidad como un espejo. Deconstruye elementos compositivos arcaicos e incorpora una visi¨®n plagada de novedades.
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