Claudia Cardinale se declara partidaria del cine 'de efectos especiales del coraz¨®n'
S¨®lo faltaba ella. En anteriores ediciones de la Mostra, hab¨ªan pasado por Valencia Sof¨ªa Loren y Gina Lollobrogida, los otros dos mitos que cimentaron el star-system del cine italiano de los sesenta. Ayer le toc¨® el turno a Claudia Cardinale (T¨²nez, 1939). La legendaria estrella destil¨® simpat¨ªa en su comparecencia ante la prensa y se mostr¨® como una mujer de car¨¢cter fuerte y decidido al hacer un repaso a su carrera cinematogr¨¢fica y al abordar su lucha por la reivindicaci¨®n del papel de la mujer en el cine actual. Cardinale participar¨¢ hoy en la ceremonia de clausura de la Mostra.
Con la elegancia que despiden las grandes estrellas del cine, Claudia Cardinale se encontr¨® ayer a gusto ante la prensa.Estaba distendida y dispuesta a hablar de cualquier tema que se le propusiera sin la rigidez que exigen habitualmente otras figuras de su talla.Todav¨ªa queda en su cara un rastro de la extraordinaria belleza que cautiv¨® a varias generaciones de espectadores. Pero, detr¨¢s de su hermosa madurez, hay una mujer inteligente que esquiva todos los t¨®picos del sex symbol. "Alberto Moravia me defini¨® en un libro suyo como la nueva diosa del amor y, a partir de entonces, todo el mundo me consider¨® una sex symbol, pero es algo que nunca me ha importado", explic¨® la actriz que, m¨¢s que bella, cree que ha sido "muy fotog¨¦nica" y para la que el paso de los a?os no es una preocupaci¨®n: "No me paso el d¨ªa mir¨¢ndome al espejo ni me he estirado la piel".Nacida en T¨²nez de padres italianos, Cardinale se define como "una persona multicultural, ya que soy africana de nacimiento, siciliana de origen y francesa de cultura". Lleg¨® al cine italiano a finales de los a?os 50, "cuando el cine era m¨¢gico", para convertirse en una de las actrices m¨ªticas del cine transalpino de la ¨¦poca. Trabaj¨® con todos los grandes directores europeos de su tiempo, desde Visconti ("Luchino era un maestro extraordinario y un director muy exigente") hasta Fellini ("un fant¨¢stico director de actores"), pero ella se queda con la personalidad de Valerio Zurlini, que le dirigi¨® en uno de sus papeles m¨¢s brillantes, La chica con la maleta: "Era una persona muy culta y, al acabar el rodaje, me regal¨® como recuerdo un cuadro con una madonna del 600, que llevo siempre conmigo".
La actriz italiana desvel¨®, entre otras an¨¦cdotas sabrosas, que tuvo que rodar casi simult¨¢neamente El gatopardo con Visconti y Ocho y medio con Fellini. Ambos directores "no eran muy amigos, lo que era una tragedia griega para el cine italiano". Pero lo m¨¢s curioso es que "mientras Visconti me quer¨ªa morena, Fellini deseaba que mi pelo fuera rubio, por lo que el ¨²ltimo mes de rodaje me cambiaba el color del cabello cada semana". Una nimiedad para la actriz, que , para trabajar con ellos, habr¨ªa aceptado incluso que "me raparan el pelo".
Orgullosa de haber contribuido a escribir la p¨¢gina m¨¢s brillante del cine europeo, Claudia Cardinale puede alardear de que "nunca me ha llamado un director para hacer un filme". Hasta el punto de que, con m¨¢s de 60 a?os, se ha convertido en una actriz "muy dif¨ªcil de convencer y rechazo muchas propuestas porque no me gustan las cosas superficiales y banales y le doy mucha importancia a la escritura y al director con el que voy a trabajar". Por eso se ha embarcado en una gira teatral por todo el mundo que le ocupar¨¢ los primeros meses del a?o que viene: "Es un proyecto de Maurizio Scaparro que ha obtenido un enorme ¨¦xito en Par¨ªs con una obra italiana recitada en franc¨¦s". Esa gira y la responsabilidad de ser embajadora de las Naciones Unidas "para hacer una revoluci¨®n contra los que dicen que la mujer es el sexo d¨¦bil" la tendr¨¢n muy ocupada durante el pr¨®ximo a?o.
Y es que Claudia es, ante todo, una luchadora por los derechos de la mujer: "Detesto a las mujeres delicadas, las que tienen siempre dolor de cabeza". Y por el papel de las mujeres en el cine actual, en el que "no es posible encontrar buenos papeles porque las mujeres no tienen espacio y adem¨¢s todo el cine americano de efectos especiales est¨¢ orientado hacia los hombres". En contraposici¨®n con esa moda, Cardinale dej¨® una frase para el recuerdo que define su filosof¨ªa vital: "Yo estoy por los efectos especiales del coraz¨®n".
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