Los cimientos del cine andaluz Se cumplen 25 a?os del rodaje de 'Manuela', una pel¨ªcula que marc¨® una ¨¦poca en la regi¨®n
Obra de Manuel Halc¨®n
Gonzalo Garc¨ªa Pelayo naci¨® en Madrid, pero su nombre figura indisolublemente unido a la cultura andaluza, hasta el extremo de que no se puede hablar sobre el cine hecho en Andaluc¨ªa sin mencionarlo. Lleva varios a?os retirado del s¨¦ptimo arte -"no es que yo lo haya dejado, el cine me ha dejado a m¨ª", explica-, pero se trata del director andaluz m¨¢s prol¨ªfico que ha surgido en esta comunidad en las ¨²ltimas d¨¦cadas (cinco t¨ªtulos en ocho a?os).Garc¨ªa Pelayo logr¨® un importante ¨¦xito comercial y el reconocimiento de la cr¨ªtica. Con todo, dej¨® el cine porque no le merece la pena dedicar la energ¨ªa de varios a?os en un proyecto para que luego no se estrene. Desde hace a?os se gana la vida en el mundo de las apuestas. Es un experto conocedor de los casinos.
Con s¨®lo 27 a?os, sin haber hecho cine antes, logr¨® que m¨¢s de un mill¨®n de espectadores pusieran sus ojos y su coraz¨®n en una pel¨ªcula, Manuela, que, protagonizada por Fernando Rey, Charo L¨®pez y M¨¢ximo Valverde, sacudi¨® en 1975 la conciencia de Andaluc¨ªa. La protagonista del filme era una bella campesina (Charo L¨®pez) que encend¨ªa la pasi¨®n de un se?orito (Fernando Rey). A partir de esta situaci¨®n se desarrollaba un terrible drama.
"Yo entr¨¦ por medio de Pancho Bautista, que fue el verdadero art¨ªfice del proyecto. ?l hab¨ªa puesto sus ojos en la novela de Don Manuel Halc¨®n sobre la situaci¨®n del campo andaluz; hab¨ªa escrito el gui¨®n y pens¨® en m¨ª para dirigirla. Me entrevist¨¦ con Don Manuel, que de alg¨²n modo dio el visto bueno para que yo fuera el director. Aunque parezca curioso, creo que en parte influy¨® el hecho de que yo conociera la obra de Octavio Paz, un escritor por entonces poco conocido en Espa?a y al que ¨¦l admiraba profundamente", relata Garc¨ªa Pelayo.Cuando comenz¨® el rodaje de Manuela, en el oto?o de 1975, el panorama cinematogr¨¢fico espa?ol estaba dominado por Jo, pap¨¢, de Jaime de Armi?¨¢n, y Furtivos, de Jos¨¦ Luis Borau. Aunque la conciencia nacionalista parec¨ªa eclosionar en Espa?a, la pel¨ªcula de Garc¨ªa Pelayo fue la primera de todo el pa¨ªs en contribuir de alg¨²n modo a sentar las bases de una cinematograf¨ªa auton¨®mica.
Pocos meses m¨¢s tarde surgir¨ªa La ciudad quemada, de Antoni Ribas, donde s¨ª hab¨ªa una apuesta claramente catalanista. De todos modos, el director de Manuela se mantuvo bastante al margen de la implicaci¨®n nacionalista que exist¨ªa en torno a su proyecto. "En aquel momento se exig¨ªa un cine muy reivindicativo, que ensalzara las se?as de identidad de la cultura andaluza, pero yo no me preocup¨¦ ni me obsesion¨¦ por esto", recuerda.
"Mi inter¨¦s era que gustara a la gente de la calle. No estaba de acuerdo con la estrechez ideol¨®gica del momento, que exig¨ªa que el himno de Andaluc¨ªa fuera omnipresente; pero, indudablemente, la pel¨ªcula se cogi¨® como bandera del cine andaluz, lo que la benefici¨® en parte y la perjudic¨® porque mucha gente ten¨ªa una idea preconcebida de lo que deb¨ªa ser y, claro, cuando la vieron se decepcionaron", agrega el cineasta. Por esta raz¨®n, justifica que Manuela no gustara entre los sectores "ilustrados", incluida la cr¨ªtica, pero s¨ª al p¨²blico. "Fue considerada, como se suele decir hoy, como pol¨ªticamente incorrecta", dice Garc¨ªa Pelayo.
Tambi¨¦n se muestra muy esc¨¦ptico acerca del eterno dilema sobre la existencia o no del cine andaluz. "Si cuesta mucho trabajo que haya cine espa?ol, ?c¨®mo vamos a tener cine andaluz? Ni siquiera lo hay en Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco porque no hay p¨²blico suficiente, ni medios ni infraestructura", indica. "S¨®lo hay intentos aislados como el de Solas. No obstante, todo lo que he hecho tiene un marcado acento andaluz, pero siempre natural, nunca forzado", se?ala.
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