Jos¨¦ Luis Sampedro y Estefan¨ªa advierten de las formas del nuevo poder

La verdadera cara del poder est¨¢ cambiando y la econom¨ªa est¨¢ desplazando "de la fotograf¨ªa" a la pol¨ªtica. En El poder en el mundo, el periodista y economista Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, director de Opini¨®n de EL PA?S, advierte de este cambio y de las formas del nuevo poder. El libro, publicado por DeBolsillo dentro de la colecci¨®n de ensayos "para el gran p¨²blico" C¨ªrculo Cuadrado, fue presentado ayer por el escritor Jos¨¦ Luis Sampedro.

La presentaci¨®n de El poder en el mundo se celebr¨® ayer en Madrid con tres meses de retraso. La bomba que ETA coloc¨® a finales de julio en la plaza de Callao, a las puertas de la librer¨ªa FNAC, impidi¨® la cita original con el p¨²blico de un libro que su autor califica de "continuaci¨®n" de su trabajo como periodista y economista. Estefan¨ªa se?al¨® que en la g¨¦nesis de este ensayo han influido, sin embargo, libros tan dispares como Candido, de Voltaire, o El Gatopardo, de Lampedusa. En ambos ha encontrado citas y referencias sobre el poder que ha utilizado para ilustrar su libro. El poder en el mundo ("lo que menos me gusta del libro es este t¨ªtulo, que puede resultar algo ampuloso", se?al¨® Estefan¨ªa) aborda las formas del nuevo poder en cuatro cap¨ªtulos, titulados 'El poder como conspiraci¨®n', 'Los hombres del dinero pueden compar a los hombres con poder', 'La verdad medi¨¢tica y la verdad real' y, finalmente, 'El hombre de Davos'.

Jos¨¦ Luis Sampedro ("yo no presento este libro, yo me solidarizo con ¨¦l", afirm¨®) subray¨® el caracter "imprescindible" de un texto que pretende "lo m¨¢s dif¨ªcil", poner nombres al nuevo poder. "La primera virtud de este libro es que es transparente, que desenmascara al poder y llama a las cosas por su nombre sin dejarse enga?ar por palabras-trampa como nueva econom¨ªa o globalizaci¨®n", afirm¨® Sampedro, quien, como ha escrito Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n sobre este ensayo, insisti¨® en que "poseer el lenguaje es una manera de defendernos".

Estefan¨ªa, que record¨® que hoy la batalla no es por la democracia, sino "por la calidad de la democracia", pone frente a frente al hombre de Davos y al hombre de Seattle o Praga. Es decir, el sujeto cr¨ªtico frente a los representantes de la l¨®gica del neocapitalismo triunfador.