Un joven magreb¨ª entrega a su due?o una cartera extraviada con tres millones
Ni una filmaci¨®n con c¨¢mara oculta hubiera tenido un final tan feliz. El protagonista de esta historia es un joven nacido en el seno de una familia inmigrante que vive en Cabrils, en la costa del Maresme (Barcelona). Anuar El Anri, de 17 a?os, nacido en T¨¢nger, encontr¨® el lunes por la tarde una cartera abandonada en un banco de la calle Tarragona de Barcelona, una zona de negocios situada entre la estaci¨®n de Sants y la plaza de Espa?a frecuentada por ejecutivos y hombres de negocios. El beneficiario, un empresario de origen argentino, Daniel Libdkind, de 48 a?os, afincado desde hace 25 a?os en Catalu?a, que apenas diez minutos antes se hab¨ªa sentado en aquel banco de la calle de Tarragona, hab¨ªa dejado su cartera de mano debajo del malet¨ªn que llevaba, y se hab¨ªa marchado olvid¨¢ndose de la cartera. Tanto Daniel Libdkind como el grupo de compa?eros de estudios de Anuar El Anri se dirig¨ªan a la fer¨ªa de turismo Hostelco, que se celebra en Montj¨¹ic. El primero como empresario; los segundos como estudiantes.
Dentro de la cartera hab¨ªa documentaci¨®n diversa, dos cheques al portador con un valor superior a los tres millones de pesetas, y 241.000 pesetas m¨¢s en met¨¢lico. El joven Anuar El Anri lo abri¨®, vio que hab¨ªa muchos billetes y no dud¨®: llam¨® al profesor. "Vi la cartera encima del banco. Era evidente que alguien la hab¨ªa olvidado. Era negra, de piel y con una cremallera. Parec¨ªa una carpeta", recuerda.
Nadie se hab¨ªa dado cuenta de de que la hab¨ªa encontrado. Iba con el grupo de compa?eros, y se hab¨ªa quedado rezagado unos metros. "Si hubiera querido, me la hubiera podido llevar tranquilamente", reconoce. "Pero ni se me ocurri¨®", explicaba ayer Anuar, sorprendido de que, de repente, se hubiera convertido en una estrella para la prensa.
Absolutamente emocionado por la trascendencia de su acci¨®n, repet¨ªa la peripecia con todo lujo de detalles. "La abrimos, vimos que hab¨ªa muchos billetes y papeles y decidimos llevarla a la polic¨ªa. Yo pensaba en lo angustiado que deb¨ªa estar quien la hubiera perdido", dice. "Me di cuenta de que no llevaba la cartera apenas diez minutos despu¨¦s de haberme levantado del banco. Volv¨ª enseguida, pero no estaba. Realmente me causaba un terrible trastorno. Volv¨ª al coche con la esperanza de que me la hubiera dejado dentro y no en el banco, pero tampoco". Apenas hab¨ªan transcurrido 20 minutos cuando son¨® su m¨®vil. La polic¨ªa le comunicaba que ten¨ªan una cartera con documentos a su nombre y que pod¨ªa pasar a recogerla.
En esos escasos 20 minutos, los chicos y su profesor hab¨ªan llevado la cartera a la comisar¨ªa. All¨ª, la polic¨ªa hab¨ªa buscado la identidad del propietario y pese a que hab¨ªa unas tarjetas de visita, no las vieron, de modo que echaron mano de un recibo de tintorer¨ªa. Llamaron a la tintorer¨ªa, y all¨ª les dieron el tel¨¦fono de la clienta, que result¨® ser la madre del empresario, quien a su vez dio a la polic¨ªa el m¨®vil de su hijo.
Libdking quiso agradecer ayer el gesto p¨²blicamente con un encendido elogio del muchacho y sus amigos y un mensaje para la ciudadan¨ªa: "Quiero que todos sepan que he tenido una suerte maravillosa porque me he tropezado con un chaval estupendo. Pero m¨¢s all¨¢ de mi agradecimiento, que le expresar¨¦ con un regalo especial, quiero contribuir a resarcir al colectivo de los inmigrantes de la mala prensa que tienen entre algunas gentes. Quiero que se vea que hay tambi¨¦n muchas personas como Anuar El Anri y que debemos valorarlo m¨¢s".
Anuar lleg¨® a Catalu?a con sus padres cuando contaba seis a?os. Ahora estudia un curso de formaci¨®n ocupacional de t¨¦cnicas de gesti¨®n para camareros de restaurante, en el Gremio de Hosteler¨ªa y Turismo de Matar¨®. Ayer era un chico muy feliz mientras posaba para la foto y, en el fondo la sala de estar de su vivienda de Cabrils, su familia se sent¨ªa orgullosa de ¨¦l.
Tambi¨¦n Libdkin se mostraba ayer feliz. Est¨¢ pensando c¨®mo corresponder el gesto al chico y todo el grupo de estudiantes. De momento, ya tiene claro que enviar¨¢ a la escuela una de las miniaturas sobre profesiones que fabrica. Anuar recordaba ayer su encuentro con el empresario. "Estaba nervioso por el susto que hab¨ªa tenido. Me dio las gracias, tom¨® mi direcci¨®n y mi tel¨¦fono y prometi¨® que me enviar¨ªa un regalo. Pero yo no le devolv¨ª la cartera para recibir nada a cambio. S¨®lo pensaba que a mi no me gustar¨ªa haber perdido tanto dinero, que cuesta tanto de ganar, y que quien lo encontrara no pensara en devolv¨¦rmelo".
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