Halffter y Strauss, frente a frente

Principio formal

Un programa de gran belleza e inter¨¦s convoc¨® el mi¨¦rcoles gran p¨²blico que aplaudi¨® sin tasa y muy merecidamente al director Garc¨ªa-Navarro, a la Sinf¨®nica de Madrid y a su concertino, Ara Malikian. Se trataba de dos grandes composiciones separadas por ochenta a?os en el tiempo y ambas maestras en su momento y en su g¨¦nero: las Eleg¨ªas a tres poetas espa?oles, de Crist¨®bal Halffter, estrenadas en Baden-Baden en 1976, y Una vida de h¨¦roe, de Richard Strauss, fechada en Berl¨ªn el 27 de diciembre de 1898.La sensibilidad musical y ac¨²stica de Halffter, hoy septuagenario, fue muy acusada desde el comienzo de su importante carrera, pero doblando el cabo de los 45, cuando piensa, siente y realiza sus Eleg¨ªas, evidencia un dato fundamental de su car¨¢cter. Y a lo art¨ªstico suma su percepci¨®n, con frecuencia sufriente y casi siempre paraintelectual, como hombre que aparece meridianamente en la evocaci¨®n elegiaca de Machado y Miguel Hern¨¢ndez y m¨¢s violentamente en la de Garc¨ªa Lorca. De ah¨ª que prefiera los dos primeros movimientos del tr¨ªptico que el ¨²ltimo. Los primeros dicen tristeza ¨ªntima hecha arte a trav¨¦s de una refinada y penetrante sabidur¨ªa po¨¦tica movida desde la t¨ªmbrica; el tercero se torna convulsivo y, consciente o inconscientemente, un tanto onomatop¨¦yico. Pero no es preciso repensar una partitura admirable y reconocida internacionalmente en todo su valor. S¨ª hay que decir que la versi¨®n de Garc¨ªa-Navarro y los sinf¨®nicos denotaba un buen entendimiento que se transmiti¨® a la audiencia, unas veces con exquisito cuidado de los pian¨ªsimos, otras con estent¨®rea potencia.

Curiosamente, las Eleg¨ªas espa?olas y La vida de h¨¦roe straussiana sugieren cierta coincidencia en un principio formal. En el caso de Strauss lo se?al¨® agudamente Claudio Debussy: el empleo de la t¨ªmbrica como elemento estructural. Y el poema vital¨ªsimo, l¨ªrico, melodioso hasta la saciedad de Strauss, basado en la existencia y los conflictos de su propia biograf¨ªa, alcanz¨® tan fabulosa esbeltez formal como coherencia expresiva por muchos que sean los contrastes de todo tipo.Por lo mismo, pasadas las primeras audiciones, el autor desde?aba la indicaci¨®n pormenorizada de un argumento que, en definitiva, funciona como punto de partida o palanca para mover un sinfonismo grande, noble, espectacular y ver¨ªdico. Garc¨ªa Navarro respira bien en este posromanticismo cimero y adem¨¢s ha residido largos periodos en Alemania. El resultado satisfizo a todos, as¨ª como el trabajo de la veterana Sinf¨®nica y el virtuosismo de su concertino. Halffter recogi¨® personalmente el aplauso a su obra.