El Rayo se complica la vida
Los vallecanos, demasiado conformistas, no pasan del 1-0 frente al Viborg tras fallar un penalti
Vive el Rayo tan buen momento, se siente tan confortablemente instalado en el ¨¦xito, que ayer cometi¨® un exceso que s¨®lo se permiten los poderosos: la indulgencia. En el pecado puede tener su penitencia. El equipo de Juande Ramos lo tuvo todo a su favor para haber sentenciado en Vallecas su pase a la siguiente eliminatoria de la Copa de la UEFA y, sin embargo, le dio aire a un Viborg tosco y simpl¨®n al que tuvo contra las cuerdas durante la primera mitad. Un 1-0, y gracias, fue la exigua renta que consigui¨® ara?ar para la vuelta.El Rayo, hipnotizado por el f¨²tbol primario y lineal de los daneses, se complic¨® la vida sin necesidad en un partido que, como ya hizo frente al Molde en la primera ronda, jug¨® de m¨¢s a menos. Como un azucarillo en un vaso de agua, los br¨ªos y la ambici¨®n con que se emple¨® de salida se fueron diluyendo minuto a minuto en medio de la estupefacci¨®n de la grada. Arranc¨® el partido y los vallecanos empezaron a tirar del cat¨®n moviendo el bal¨®n r¨¢pido, pasando al pie, cambiando de orientaci¨®n el juego... El f¨²tbol que se impone frente a un equipo que rehuye el bal¨®n y se encierra atr¨¢s m¨¢s pendiente de atrincherar su ¨¢rea que de explorar la contraria, que es lo que hizo el Viborg.
RAYO VALLECANO 1 VIBORG 0
Rayo Vallecano: Keller; Alc¨¢zar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Glaucio (Helder, m. 54), Poschner, Quevedo (Iv¨¢n, m. 70), M¨ªchel; Bolic y Bolo (Setvalls, m. 88).Viborg: Onyszko; Hamm, Pedersen, Sorensen, Tengsted (Sennels, m. 10); Poulsen, Frandsen, Glerup, Winther (Norlund, m. 72); Hojer; y Fern¨¢ndez. Goles: 1-0. M. 18. Bolic recibe en la banda derecha, deja pasar el bal¨®n bajo sus piernas, se interna hacia la l¨ªnea de fondo y saca un centro al segundo palo, donde Quevedo cabecea a la red. ?rbitro: Dietmar Drabek (Austria). Mostr¨® cartulinas amarillas a De Quintana, Glerup, Pedersen, Hamm y Sennels. Expuls¨®, con roja directa, a Poschner (m. 51) por un agarr¨®n por detr¨¢s a Hojer cuando era el ¨²ltimo defensor. Unos 7.000 espectadores en el Teresa Rivero. Partido de ida de la segunda eliminatoria de la Copa de la UEFA.
La superioridad local era tan evidente que s¨®lo pod¨ªa tener una consecuencia: el gol. No tard¨® en llegar. Tras una de esas combinaciones en el centro del campo, el bal¨®n cay¨® a la banda derecha para Bolic, el bosnio avanz¨® hasta la l¨ªnea de fond¨® y colg¨® un centro al segundo palo para que Quevedo cabecease el 1-0. Era el minuto 18 y Vallecas, con la goleada liguera frente a la Real a¨²n fresca en la memoria, se frotaba las manos a la espera de un nuevo festival.
Se qued¨® con las ganas. La infumable y mon¨®tona combinaci¨®n de vole¨®n y despeje a la que el Viborg se aplicaba con entusiasmo fue entumeciendo a un Rayo que termin¨® por abandonarse. Un libre directo que M¨ªchel estrell¨® en el larguero en el minuto 36 fue el canto del cisne de los locales previo a la abulia m¨¢s descarada.
Con tan esquizofr¨¦nica estrategia, los daneses hab¨ªan colocado el partido donde m¨¢s les interesaba: lejos del f¨²tbol. Todo quedaba en manos del azar, a la espera de un fogonazo certero y alevoso. Sali¨® el Viborg del vestuario tan convencido de que ya hab¨ªa llegado su momento que en cinco minutos le dio m¨¢s trabajo a Keller que en toda la primera parte.
El Rayo empez¨® a pagar su displicencia. La expulsi¨®n de Poschner, que pag¨® con la roja la mano que solt¨® al cuello del vertiginoso Hojer cuando el media punta dan¨¦s se colaba en el ¨¢rea, termin¨® de trastocar por completo los planes de Juande.
Bolo y Bolic se quedaban aislados en la punta y el Viborg, decidido a salir de la cueva, empez¨® a ensanchar el campo, con los dos interiores bien pegados a la cal, buscando los huecos que, con un hombre menos, dejaba el Rayo. Casi encontraron los daneses su premio, pero el ¨¢rbitro anul¨® un gol a Winther por un fuera de juego m¨¢s que dudoso.
El Rayo recobr¨® el aire con la salida de Iv¨¢n y se lanz¨® de nuevo sobre la porter¨ªa del Viborg, pero ni siquiera un penalti sobre Bolo le sirvi¨® para cobrar m¨¢s ventaja. El portero repeli¨® el blandito lanzamiento de M¨ªchel, como luego hizo el poste con un disparo de Helder punteado por el propio M¨ªchel, y el 1-0 se qued¨® anclado en el marcador.
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