Conconi y seis de sus ayudantes, acusados por el fiscal de "asociaci¨®n para delinquir"
Investigaci¨®n cient¨ªfica
Mientras en Francia el juicio Festina contin¨²a d¨ªa a d¨ªa encontrando tesoros debajo de las alfombras del ciclismo, en Italia tampoco dejan de producir las enrevesadas maquinarias judiciales. Al lado del juicio a Pantani que se desarrolla en Forl¨¬, varios sumarios m¨¢s, abiertos hace dos a?os, empiezan a llegar a su conclusi¨®n. El que cerr¨® el jueves el magistrado de Ferrara Pierguido Ferrara no es precisamente el menor. Grandes nombres entre los encausados, a los que acusa el fiscal de "asociaci¨®n para delinquir", entre otros cargos, y cuyo procesamiento solicitar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas: el famoso profesor Francesco Conconi, rector de la Universidad, miembro de la comisi¨®n antidopaje de la Uni¨®n Ciclista Internacional, colaborador del COI, uno de los m¨¢s conocidos, y admirados, practicantes de la preparaci¨®n cient¨ªfica en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas; y seis de sus colaboradores, analistas, m¨¦dicos, fisi¨®logos, del Centro de estudios biom¨¦dicos aplicados al deporte, un laboratorio que, en realidad, seg¨²n consta en el sumario, m¨¢s de 70.000 p¨¢ginas compiladas tras dos a?os de investigaci¨®n que desentra?an toda la madeja de los ¨¦xitos del deporte italiano, era m¨¢s una f¨¢brica de construcci¨®n qu¨ªmica de campeones que un verdadero centro de investigaci¨®n. Entre 1992 y 1998, seg¨²n Soprani, la sangre de al menos 63 deportistas ha estado alimentada y oxigenada con eritropoyetina, EPO, la sustancia de moda en el deporte de la ¨²ltima d¨¦cada. Otro encausado de renombre, que tambi¨¦n figura en otros sumarios, incluido uno de los que tiene abiertos Pantani, es Michele Ferrari, el profesor milagro del ciclismo italiano de los a?os 90. A ¨¦l, al m¨¦dico m¨¢s famoso, el magistrado le acusa de suministro y prescripci¨®n de sustancias dopantes, de f¨¢rmacos peligrosos para la salud y de ejercicio abusivo de la profesi¨®n de farmac¨¦utico (por vender ¨¦l mismo los medicamentos).
Grandes nombres tambi¨¦n entre los deportistas que se han beneficiado de los generosos tratamientos de Conconi y su equipo. Los m¨¢s conocidos: Manuela di Centa, campeona ol¨ªmpica de esqu¨ª de fondo y actualmente miembro del COI por el cupo de ex deportistas; los ciclistas Pantani, Chiappucci, Bugno, Bontempi y Roche, el marchador Maurizio Damilano.
Pero el centro de Ferrara, recuerda el sumario, no viv¨ªa del aire. En las conclusiones del magistrado se puede leer: "Conconi, Buzzoni, Casoni, Grazzi, Manfredini, Mazzoni se asociaron como delincuentes para cometer en un n¨²mero indeterminado de delitos, siempre en el ¨¢mbito de la investigaci¨®n cient¨ªfica y en programas financiados con dinero p¨²blico (del CONI ), y con convenios y contratos con federaciones deportivas nacionales (remo, pirag¨¹ismo, deportes de invierno, ciclismo) y con equipos ciclistas profesionales (Carrera, Gewiss Ballan, Roslotto, Mapei)". Conconi, en efecto, recib¨ªa subvenciones para sus trabajos, que precisamente versaban sobre la posibilidad de encontrar un m¨¦todo antidopaje para detectar la EPO ex¨®gena.Y, sin embargo, se lee en las conclusiones: "Conconi, Buzzoni, Casoni, Grazzi, Manfredini e Mazzoni suministraron f¨¢rmacos de acci¨®n dopante (EPO) prohibidos por el ordenamiento deportivo del COI y del CONI a un n¨²mero indeterminado de deportistas participantes en competiciones organizadas por las federaciones del CONI".
Y un punto m¨¢s de esc¨¢ndalo en Italia, el caso de la hormona de crecimiento, conoci¨® el jueves un nuevo cap¨ªtulo: el CONI ha disuelto la Comisi¨®n Cient¨ªfica y Antidopaje, precisamente el ¨®rgano que puso en marcha los an¨¢lisis que detectaron el extraordinario nivel de hormona de crecimiento en decenas de ol¨ªmpicos italianos, incluidos cinco oros de Sydney.
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