"El flamenco es muy pu?etero, no hay quien lo entienda"
Carmen Linares est¨¢ enamorada del flamenco desde peque?a. Debut¨® siendo una polvorilla en los tablaos, y en televisi¨®n hay im¨¢genes suyas en blanco y negro, con la bata de cola y pesando 40 kilos, que si las miras bien ves a una chica muy flaca que se come a gritos al bailaor. Ahora es otra cosa. Por un lado, madre atractiva y tranquila; por otro, una estrella muy rara en estos tiempos locos: dulce, accesible y humilde. Dice que adora su casa, pero que necesita salir "a o¨ªr cantar a mis colegas, o a ver una buena peli". Y mantiene vivo su sello de artista apasionada: "Ahora disfruto m¨¢s cantando. Pero sigo aprendiendo, a Dios gracias". Linares act¨²a ma?ana en el teatro Coliseum de Madrid. Es el recital m¨¢s esperado del ciclo A coraz¨®n abierto. La cantaora es muy querida en el Foro: aqu¨ª ha cursado su larga carrera flamenca (turno de noche), aqu¨ª form¨® su familia con el flamenc¨®filo y atl¨¦tico (sufridor doble) Miguel Esp¨ªn, y aqu¨ª triunfa sin parar, del viejo Teatro Real a la Zarzuela, del Auditorio Nacional al difunto bar punki Rev¨®lver.
Siempre, salvo experimentos concretos, haciendo flamenco cl¨¢sico. El que har¨¢ ma?ana junto a las guitarras de Miguel Ochando y los hermanos Cort¨¦s. Le encanta bucear en la historia, recordar a los m¨²sicos (Falla o Alb¨¦niz) y a los poetas (Lorca o san Juan de la Cruz...), y a las cantaoras (La Ni?a de los Peines, sobre todo).
Eso es lo que hizo en su pen¨²ltimo disco -hay otro, m¨¢s reciente y menos ortodoxo, con Manolo Sanl¨²car, y Linares ya anuncia el pr¨®ximo para 2001-: es el doble Antolog¨ªa del cante de mujer, que en seis a?os se ha convertido en un cl¨¢sico. "No lo he vuelto a escuchar; es curioso, pero nunca escucho lo que grabo. Lo oigo tantas veces en el estudio que luego no lo quiero o¨ªr m¨¢s. Aunque lo pod¨ªa haber hecho mejor, y no lo digo por decir, sigo content¨ªsima de ese trabajo".
Quiz¨¢ no tanto porque ha vendido 60.000 copias (ella trabaja despacio, canta despacio y vende despacio), sino porque ¨¦se fue el disco crucial, el de la madurez, el que fij¨® su voz propia, tan segura y rica en matices delicados; y su estilo, elegante y ferviente a la vez. "Camar¨®n nos influy¨® mucho a todos. ?l fue el filtro de todo el cante antiguo. Pero no se le puede imitar, porque era ¨²nico: ten¨ªa una personalidad enorme, todo lo hac¨ªa suyo. Lo que hizo fue ense?arnos el camino: o¨ªr muchas cosas, asimilarlas y luego hacerlas tuyas. Que la carrera es larga y no hace falta correr, y que, cuando llega el momento, todo lo que haces suena a ti. Y entonces puedes jugar y divertirte. Y cantar cada vez mejor".
Pasado el trauma camaronista, mezclado su ejemplo con "el riesgo y la valent¨ªa de Enrique Morente", Linares sigue gozando mucho escuchando a sus colegas. Va a los conciertos sin parar, le gusta el baile y la guitarra, se compra los discos de los j¨®venes, los anima... "Disfruto mucho con todos, pero m¨¢s con los j¨®venes que buscan su voz y tienen calidad y afici¨®n. El pelotazo es otra cosa, el pelotazo se acaba enseguida. Pero cuando uno baila, o canta o toca bien, es un placer. Y est¨¢n saliendo artistas estupendos: Estrella Morente, Arc¨¢ngel, Mayte Mart¨ªn, Vicente Amigo, Juan Carlos Romero... Voy a verlos con una devoci¨®n que salgo nueva, con las pilas cargadas. Me da una alegr¨ªa...".
?Y si la que canta es Carmen Linares? "?Ah! Eso es otra cosa. Me quedo como si hubiera echado todo lo que tengo, me quedo vac¨ªa. Pero hace una temporada me lo tomo de otra forma: intento relajarme, porque s¨¦ que si yo no lo paso bien, el p¨²blico tampoco. El flamenco es muy pu?etero. Si no est¨¢s fuerte y bien, o tienes problemas personales, o no hay buen rollo con los m¨²sicos, si no est¨¢s confiada con el sonido y con el p¨²blico, o si tu voz no responde a tu cabeza (que a veces tambi¨¦n pasa), es muy dif¨ªcil enga?ar a nadie. Pero cuando todo est¨¢ bien es la gloria". ?Ser¨¢ que es un estado de ¨¢nimo? "S¨ª, un estado de ¨¢nimo que no hay quien lo entienda".
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