El amigo Blair

El presidente del Gobierno espa?ol considera que las relaciones hispanobrit¨¢nicas nunca han sido tan buenas como en este momento. Seguramente tiene raz¨®n. Desde luego las relaciones entre Aznar y Blair son buenas pero, en todo caso, es un dato sobre sus relaciones personales, no una garant¨ªa de que eso consiga una lealtad a prueba de submarinos nucleares averiados. Uno concreto, el Tireless, debi¨® obligar a Aznar a poner encima de la mesa, en su amistoso encuentro con Tony Blair, alguna pregunta inc¨®moda sobre su situaci¨®n y sobre la actitud del gobierno brit¨¢nico, al que no parece importar mucho los habitantes de la zona a la que amenaza con una aver¨ªa, m¨¢s inquietante aun por la ocultaci¨®n sobre su verdadera naturaleza y peligro, pero tambi¨¦n totalmente descort¨¦s con su amigo el presidente espa?ol. Aznar debi¨® cumplir: pregunt¨® y propuso que expertos espa?oles pudieran entrar en el submarino para ver cu¨¢l es exactamente la importancia de la aver¨ªa. Ni flores. Tony Blair a lo m¨¢s que lleg¨® fue a decir que la posibilidad ser¨ªa discutida por el grupo de trabajo que se reunir¨¢ la pr¨®xima semana. De momento, en el submarino s¨®lo entran "brit¨¢nicos de confianza", de su confianza claro, que no tiene por qu¨¦ ser de la nuestra.El prestigioso The Guardian contaba al d¨ªa siguiente que el reactor tiene una aver¨ªa mayor de lo que se ha dicho y no s¨®lo eso, sino que ha estado a punto de fundirse. Es asunto grave y desde luego no se puede despachar con unas risas.

Llevamos cinco meses con la bomba ah¨ª abajo y en ellos el Gobierno espa?ol no ha conseguido tener la m¨¢s m¨ªnima informaci¨®n por parte del gobierno brit¨¢nico. Un d¨ªa antes de la llegada del amigo Blair supimos de la preocupaci¨®n de nuestro ministro de Exteriores, que ha sido ninguneado por su hom¨®logo brit¨¢nico que, como si ¨¦ste fuera un pa¨ªs de opereta, se ha permitido no contestar a sus cartas de petici¨®n de informaci¨®n. Un desprop¨®sito, un riesgo, un peligro, un maltrato que, sin embargo, no enfada nada a nuestro presidente que, aunque no ten¨ªa nada tranquilizador que contar, apareci¨® junto a su amigo Tony Blair en una rueda de prensa de mucha risa. Deb¨ªa ser porque las relaciones hispanobrit¨¢nicas nunca han sido tan buenas.