Ser portero del Bar?a
De toda la vida, el Barcelona ha tenido un poblema con la porter¨ªa. Incluso l'Antonio, como es conocido familiarmente Ramallets, pese a que mereci¨® apodos m¨¢s felices futbol¨ªsticamente como el de O Guapo goleiro, no evit¨® estar bajo sospecha por el gol que se trag¨® en la desgraciada final de Berna 1961 ante el Benfica. El mismo Andoni Zubizarreta, tan llorado y a?orado desde Atenas 94, soport¨® largo tiempo el murmullo del Camp Nou y la ira del gol norte y del fondo sur por entender que le hab¨ªa robado el puesto a Javier Urruticoetxea, mitificado por el c¨¦lebre Urruti t'estimo que le dedic¨® Joaqu¨ªm Maria Puyal despu¨¦s de pararle un penalti a M¨¢gico Gonz¨¢lez en Valladolid que supuso para el Bar?a el t¨ªtulo de la Liga 1984-85.Por tener, el club azulgrana ha contado incluso con un "portero sin manos", como L'Equipe bautiz¨® a Carlos Busquets en una ¨¦poca en que ya era sabido que el guardameta que siempre le hubiera gustado tener a Cruyff era Buyo. Por el camino queda el recuerdo tambi¨¦n del Grapas Sadurn¨ª, aunque el protagonista del 0-5 en Madrid fuera Mora; o de Miguelito Reina, batido m¨¢s tarde, siendo jugador del Atl¨¦tico, por Cruyff con un gol de escorzo que figura en los posters de todos los cuarentones azulgrana, o de Pello Artola, y de tantos otros que, m¨¢s que decisivos (Platko, el m¨¢s grande), dignificaron su puesto de trabajo, por no hablar de Andreas Kopke, cuya contrataci¨®n fue anunciada pese a que nunca lleg¨® a ponerse la zamarra. El ¨²timo fue Ruud Hesp, tan desconocido que Nicolau Casaus le present¨® como Rudolph Hess, aunque al final acab¨® protagonizando un anuncio de Caprabo. Hesp nunca pareci¨® un portero ortodoxo, pero la hinchada recuerda que salv¨® muchos puntos por esos campos en ¨¦pocas de carest¨ªa como en aquel partido en Mallorca en que acab¨® amoratado de tanto como le dieron.
A Richard Dutruel se le recrimina precisamente que hasta la fecha no haya aportado nada sino s¨®lo jugadas desgraciadas: batido de lejos, como en San Siro o Elland Road, o de cerca, como en Mallorca, donde disimul¨® sus carencias por los errores de Sergi. Los fallos del portero se han producido curiosamente en cancha ajena y no en el Camp Nou, por lo que resulta dif¨ªcil deducir que le puede la presi¨®n como se hab¨ªa especulado. M¨¢s que un problema an¨ªmico, el asunto est¨¢ en descifrar si es un portero para el Barcelona y despu¨¦s saber si goza de la confianza del entrenador, pues su fichaje ya estaba cerrado antes de que Serra Ferrer se sentara en el banquillo. Por la misma raz¨®n, hay dudas de que Arnau sea la alternativa, pues a punto estuvo de ir cedido; y se habla de Jos¨¦ Manuel Reina como soluci¨®n, sobre todo por el efecto Iker Casillas en el Real Madrid. En una ¨¦poca de carest¨ªa de grandes porteros, incluso en el norte del pa¨ªs, en un momento en que el reglamento s¨®lo se toca para castigar a los guardametas, en un tiempo en que los ni?os no quieren ser arqueros, Dutruel no ha hecho nada para merecerse el puesto de meta del Bar?a, sino todo lo contrario, con independencia de si debe ser sustituido o no.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.