Londres teme que las ovejas hayan adquirido el mal de las 'vacas locas'

Con el informe sobre la crisis de las vacas locas a¨²n fresco en los despachos oficiales brit¨¢nicos, la Oficina para la Seguridad Alimentaria ha pedido al Gobierno que examine lo antes posible a la caba?a lanar nacional para averiguar si una parte de sus 40.000 cabezas padece tambi¨¦n la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB). Las ovejas sufren una enfermedad end¨¦mica similar, denominada scrapie, que no se transmite al hombre. Ya que la dieta de estos animales ha incluido durante a?os piensos que conten¨ªan restos de reses enfermas, los expertos temen que la infecci¨®n vacuna pudiera estar pasando inadvertida en las ovejas.

Aunque los cient¨ªficos han conseguido infectar a las ovejas con EEB en pruebas de laboratorio, la propia Oficina para la Seguridad Alimentaria, encargada de vigilar la situaci¨®n en nombre del Ejecutivo, ha subrayado que no tiene pruebas de que el ganado lanar se haya contagiado con los piensos y est¨¦ padeciendo la enfermedad en estos momentos.El problema es que, al tratarse de una neuropat¨ªa de similares caracter¨ªsticas, las ovejas con scrapie presentan id¨¦nticos s¨ªntomas a los observados en las vacas infectadas. Ambos mam¨ªferos pierden el control de sus extremidades, tropiezan y parecen aletargados.

"De los 40 millones de ovejas criadas en suelo brit¨¢nico al a?o, unas 4.000 sucumben a los rigores del scrapie. Lo que debemos aclarar es si algunos de estos animales mueren contagiados con la encefalopat¨ªa bovina , enmascarada por unos s¨ªntomas parecidos", ha dicho John Krebs, presidente de la Oficina para los alimentos. En su opini¨®n, hay que acelerar la b¨²squeda de una prueba anal¨ªtica capaz de detectar lo antes posible la enfermedad de las vacas locas en las ovejas.

Los experimentos actuales tardan unos dos a?os en arrojar resultados y cuestan unas 20.000 libras (unos cino millones de pesetas) por animal. Hasta la fecha, ninguna oveja ha dado positivo pero s¨®lo han sido estudiadas unas 200.

Seg¨²n los expertos, la prote¨ªna infecciosa que transmite la EEB ha demostrado ser mucho m¨¢s virulenta entre las ovejas y afecta a todo el organismo.

Las reses brit¨¢nicas que no presentan s¨ªntomas entran ahora en la cadena alimentaria antes de los 30 meses -a partir de esa edad son sacrificadas y no llegan a la mesa- sin su cerebro, m¨¦dula espinal y bazo, las partes m¨¢s infecciosas. De comprobarse la existencia de ovejas locas, por as¨ª llamarlas, habr¨ªa que destruir toda la caba?a lanar aut¨®ctona.

A pesar de lo amplio del informe sobre las vacas locas, que abarcaba 16 vol¨²menes, el origen mismo de la encefalopat¨ªa bovina contin¨²a sin poder desentra?arse del todo. Los microbi¨®logos sugieren que los piensos elaborados con restos de oveja ofrecidos a las reses pudieron infectarlas en un principio. A la larga, el ganado bovino habr¨ªa desarrollado su propia encefalopat¨ªa, su versi¨®n particular del scrapie.

Dicho alimento seco inclu¨ªa tambi¨¦n despojos de vacas presumiblemente enfermas. Una forma de canibalismo animal, en palabras de John Krebs, que debe prohibirse y que ha podido llevar la infecci¨®n de un ganado a otro a base de mutaciones a¨²n por estudiar.

Otra de las propuestas de la Oficina consiste en abandonar de una vez los compuestos alimentarios elaborados a base de esti¨¦rcol y plumas destinados a las aves de corral.

Poco dispuesto a enfrentarse a otro desastre alimentario, el ministerio de Agricultura ha reconocido que cuenta con un plan de emergencia para hacer frente a una posible epidemia de encefalopat¨ªa bovina en el ganado lanar. El mismo incluir¨ªa, llegado el caso, la prohibici¨®n de consumir carne de cordero y el sacrificio de toda la caba?a nacional. Solamente se salvar¨ªan del matadero las ovejas que mostraran una predisposici¨®n gen¨¦tica a evitar el contagio. Comprobar cu¨¢les y cu¨¢ntas son no evitar¨ªa, de todos modos, la p¨¦rdida de miles de ejemplares.

Por su parte, los ganaderos y fabricantes de alimentos del Reino Unido hicieron ayer un llamamiento al Gobierno de Tony Blair para que refuerce las medidas de control con el fin de frenar el mal de las vacas locas -que fue detectado en el ganado brit¨¢nico bovino en 1986- y mantener la confianza de los consumidores.

Riesgo y seguridad

En su primer comentario p¨²blico desde la publicaci¨®n del informe sobre las vacas locas, Tony Blair, l¨ªder laborista brit¨¢nico, abog¨® ayer por la mesura a la hora de abordar los retos derivados de la encefalopat¨ªa bovina. "Debemos ser capaces de hallar el equilibrio entre los riesgos alimentarios y sanitarios expuestos por la enfermedad y las medidas de seguridad que se espera que tomemos para paliarlos", dijo, en una comparecencia ante la C¨¢mara de los Comunes.

Mientras, los cient¨ªficos se aprestan a analizar la posibilidad de que tres localidades del pa¨ªs se hayan convertido en un foco infeccioso. Se trata de Glasgow, Doncaster y Queniborough, en Escocia e Inglaterra, donde han fallecido varias de las 85 v¨ªctimas de la variante humana de la neuropat¨ªa bovina. Dado que algunos de los muertos viv¨ªan a pocas calles de distancia, se teme que la carne adquirida en alguna carnicer¨ªa local o bien la falta de controles sanitarios en los mataderos pr¨®ximos haya favorecido el contagio.