Bush denuncia los "trucos sucios" utilizados por los dem¨®cratas en el final de la campa?a
El candidato republicano puede ganar en n¨²mero de votos sin conseguir la Casa Blanca
Intentando dejar atr¨¢s lo que denunciaba como "trucos sucios" y "baja pol¨ªtica de ¨²ltima hora" de Al Gore, el republicano George Bush augur¨® ayer que las elecciones del martes aportar¨¢n "un nuevo liderazgo en Washington". Flanqueado por el general retirado Colin Powell, que ocupar¨ªa un puesto ministerial en su Gobierno, Bush dijo en un mitin en Dearborn (Michigan): "Am¨¦rica est¨¢ lista para un nuevo comienzo tras una larga temporada de cinismo". Los dem¨®cratas redoblaron sus ataques al gobernador de Tejas en una campa?a de anuncios negativos en televisi¨®n sin precedentes.
Gore volvi¨® a negar cualquier relaci¨®n con la "filtraci¨®n" de la noticia sobre la detenci¨®n de Bush en Maine hace 24 a?os por conducir bebido. Pero su autor tiene nombres y apellidos: Thomas Conolly, abogado de Portland y miembro del Partido Dem¨®crata, por el que se present¨® infructuosamente como candidato al puesto de gobernador de Maine en 1998. Conolly, que tambi¨¦n fue delegado en la convenci¨®n dem¨®crata que en agosto eligi¨® a Gore como candidato a la presidencia, asegur¨® que facilit¨® la noticia por su cuenta, sin conocimiento del cuartel general de su partido.Comenzaba ayer a disiparse la tormenta provocada por la revelaci¨®n de los problemas con la ley de Bush, sin que pudiera predecirse cu¨¢l ser¨¢ su efecto en los comicios del martes. Lo ¨²nico seguro es que ser¨¢ una noche electoral muy larga. Pese a que Bush disfrutaba ayer de una ventaja de entre dos y cinco puntos en los sondeos, el resultado es impredecible. Cabe la posibilidad de que el republicano gane en el conjunto del voto nacional y pierda en una serie de Estados decisivos e indecisos, como Florida e Illinois, y con ello, las elecciones.
Dado que el sistema es de elecci¨®n indirecta, a trav¨¦s del Colegio Electoral, Gore podr¨ªa ser titular de la Casa Blanca sin la mayor¨ªa del voto popular. Gore se vio obligado ayer a hacer campa?a en Tennessee, el Estado del que su familia es originaria y donde Bush le aventaja en los sondeos. "Necesito vuestra ayuda para poder luchar por vosotros", dijo en Memphis, transmitiendo de nuevo lo que Joe Klein ha tildado en The New Yorker de una "desesperaci¨®n triste y falta de gracia".
Tres cuartos de los anuncios dem¨®cratas en televisi¨®n zaher¨ªan a Bush por su falta de experiencia, utilizaban el recurso al miedo al asegurar que el republicano pondr¨ªa en peligro el equilibrio presupuestario, las pensiones de jubilaci¨®n y el derecho al aborto e instaban al "voto ¨²til" a los partidarios de Ralph Nader, el candidato del Partido Verde.
Era dif¨ªcil percibir los argumentos positivos por los que Gore pide ser votado. El Partido Dem¨®crata anunci¨® la difusi¨®n de otro anuncio, llamado Confuso, que ridiculiza a Bush por haberse equivocado el jueves al decir que "la Seguridad Social no es un programa federal". Ese nuevo mensaje a la contra se destinar¨¢ a Pensilvania y Florida, dos Estados dudosos y con un gran porcentaje de jubilados.
Tolerancia y diversidad
Bush opt¨® por centrarse en los sencillos mensajes optimistas que han caracterizado su campa?a. Desde Pensilvania, el gobernador de ese Estado, Tom Ridge, reforz¨® a su correligionario Bush asegurando que es el "l¨ªder de un nuevo Partido Republicano que tiene como valores esenciales la tolerancia y la diversidad".En Michigan, una muchedumbre entusiasta recibi¨® al candidato presidencial republicano con gritos en espa?ol de "?viva Bush!" y en ingl¨¦s de "no more Gore!" ("?no m¨¢s Gore!"). "El gobernador Bush cree en el pueblo, y su rival, en el Gobierno", dijo el popular general Powell al presentarlo. Bush hizo una alusi¨®n a que el afroamericano Powell desempe?ar¨ªa un puesto en su Gobierno, probablemente como secretario de Estado, y a?adi¨®: "A la gente se le juzga por sus compa?¨ªas".
Mantenido al margen como si fuera una especie de apestado por Gore y su equipo, Clinton viaj¨® ayer desde California hasta NuevaYork para reforzar en esta metr¨®poli la campa?a de alguien que s¨ª agradece su ayuda: su esposa, Hillary. Desde agosto, Gore no ha comparecido jam¨¢s junto al que todav¨ªa es su jefe, y no piensa hacerlo desde aqu¨ª hasta el martes.
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