Grossman y los palestinos
Me siento aludido por la Carta a un amigo palestino [EL PA?S, 22 de octubre] del se?or David Grossman, puesto que soy palestino; no tan conocido ni capacitado novelista fabulador como ¨¦l, deformando la realidad, creando una falsa imagen id¨ªlica, de una de las peores tragedias contempor¨¢neas.En primer lugar, se?or Grossman, usted no est¨¢ legitimado para hablar en mi nombre, ni en el de ning¨²n palestino. Simplemente porque no ha sufrido la p¨¦rdida de ning¨²n ser querido bajo los disparos del Ej¨¦rcito israel¨ª, ni sus hijos sienten el hambre y el terror que sufren los m¨ªos todas las noches como consecuencia del bloqueo de las ciudades y aldeas palestinas y por las continuas amenazas de los exaltados colonos, protegidos y amparados por los militares israel¨ªes.
Para usted es f¨¢cil hablarme de paz omitiendo deliberadamente las masacres que sufre mi pueblo. Lo que nos pide en su relato "conmovedor" es la elecci¨®n entre sumisi¨®n total o la di¨¢spora y la destrucci¨®n. Dice que el se?or Barak estaba dispuesto a hacer "concesiones"; amigo, nosotros s¨®lo pedimos los derechos de que goza cualquier pueblo, en base a la legalidad internacional, concretamente la aplicaci¨®n de las resoluciones del Consejo de Seguridad 242 y 338. Ya veo que de esto no quiere ni hablar.
Dice que Israel tiene miedo por su propia existencia, a pesar de que todo el mundo sabe que la ¨²nica existencia que est¨¢ siendo amenazada es la de los palestinos. Siento decirle que nosotros tambi¨¦n tenemos derecho a la existencia. Israel es la quinta potencia nuclear del mundo, si cree que esto no es suficiente garant¨ªa para su existencia estar¨ªa de acuerdo con usted, pero discrepo sobre la causa de esta inseguridad, un complejo creado de pueblo perseguido, o una creaci¨®n sobre bases injustas que niegan el derecho de los otros.
Nos reprocha que mandamos a nuestros hijos a tirar piedras, pero a vuestros hijos en cambio los mand¨¢is a tirar balas explosivas sobre ni?os que van o vienen de la escuela. Supongo que no se ha olvidado del ni?o Mohamed Eldorra y su padre asesinado ante las c¨¢maras de televisi¨®n. ?C¨®mo puede omitir esta espantosa escena al tiempo que recalca una escena reprobable cometida por una masa enfurecida contra sus propios asesinos que ten¨ªan por misi¨®n marcar a los elementos m¨¢s destacados de la Intifada para que m¨¢s tarde sean liquidados?
Nos pide aceptar lo que nos ofrece generosamente "el pacificador" Barak; no s¨¦ c¨®mo entender esto, ?como una amenaza? o ?un consejo de un "amigo" que quiere preparar el terreno para comprar unos cuantos esclavos cuando consiga imponer un r¨¦gimen de apartheid sobre los palestinos?- Khalil Sadaga.
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