Salvador Oliva incita a leer a Shakespeare y disfrutar de su obra
Afirmaba Robert Graves que la cosa m¨¢s destacada acerca de Shakespeare es que es realmente bueno, pese a todo el mundo que dice que es bueno. Se?alar la necesidad de leer las obras del autor de Hamlet y resaltar el inmenso placer est¨¦tico y vital que se deriva de ello -y de ver buenas puestas en escena- parece algo innecesario, pero, desgraciadamente, no es as¨ª. Demasiada gente desconoce a¨²n el inmenso tesoro de emociones que guarda el planeta Shakespeare. Salvador Oliva, que ha traducido todas sus obras, acaba de publicar un libro sobre el dramaturgo que incita a leerlo y a disfrutarlo, y ofrece claves para ello.
Introducci¨® a Shakespeare (Emp¨²ries) ofrece una panor¨¢mica del mundo isabelino, un repaso a la vida del dramaturgo, consideraciones sobre la traducci¨®n y la traslaci¨®n de sus obras al cine y la televisi¨®n, y, entrando ya en las obras concretas, cap¨ªtulos dedicados a las comedias y a las tragedias (analizando algunas de ellas), y a las obras hist¨®ricas -se consideran como tales las basadas en las cr¨®nicas de los reyes ingleses-. Al final del libro se incluyen unos ¨²tiles cuadros geneal¨®gicos que ayudan a entender los follones din¨¢sticos de la guerra de las Dos Rosas. De la g¨¦nesis del libro, que Pen¨ªnsula publicar¨¢ en castellano, Oliva explic¨® ayer al presentarlo que tuvo la idea cuando una alumna de sus clases de teor¨ªa literaria le dijo textualmente: "Esto de Shakespeare es un palo", y a?adi¨® que no pod¨ªa creerse que una chica de 14 a?os como Julieta se expresase como lo hac¨ªa en la tragedia con referencias mitol¨®gicas al carro del sol y el auriga Faet¨®n. "Me pregunt¨¦ por qu¨¦ hay gente que no conecta con Shakespeare. Y pens¨¦ que el problema es que hay muchos a?os de distancia y que dadas las circunstancias convendr¨ªa aportar una herramienta que permitiera hacer un viaje en dos sentidos: acerc¨¢ndonos a nosotros al mundo isabelino y trayendo hacia aqu¨ª las obras de Shakespeare". Oliva explic¨® que saber que en las escuelas las ni?as aprend¨ªan mitolog¨ªa cl¨¢sica "sirve para entender que Julieta s¨ª pod¨ªa expresarse as¨ª; adem¨¢s, Shakespeare pone en su boca un error: ella menciona a Faet¨®n como un h¨¢bil auriga, cuando es sabido que no pudo controlar los corceles del sol. En Ricardo II, en cambio, Shakespeare hace que el rey use bien el s¨ªmil".
Oliva, que se?ala que su libro est¨¢ escrito para que el lector se olvide enseguida de ¨¦l "y pase cuanto antes a leer o a releer a Shakespeare", destac¨® que la obra del dramaturgo est¨¢ en el mism¨ªsimo centro del canon de la literatura, es capaz de reflejar cosas que est¨¢n ocultas en nosotros y resulta tremendamente contempor¨¢nea. "Entiendes que alguien haya podido creer que Shakespeare era el mismo Dios, tal es su omnisciente conocimiento del alma humana", apunt¨®. Consider¨® que la grandeza principal del dramaturgo est¨¢ en la cantidad de humanidad que hay en sus obras, "algo de lo que nuestro mundo est¨¢ muy falto hoy". Y se mostr¨® a favor de la moda actual de adaptar a Shakespeare a la pantalla "siempre que el producto no sea deplorable". De lo que ha hecho Kenneth Branagh dijo que le parece "digno". Apart¨® como inexplicable la cantidad, calidad e intensidad de la obra de Shakespeare -"nada en su biograf¨ªa lo explica"-, pero descart¨® cualquier teor¨ªa sobre una autor¨ªa diferente de la del propio dramaturgo. Llam¨® a "desideologizar" la lectura de Shakespeare para concentrarse en su esencia, y de la reciente noticia de que el bardo pudo fumar hach¨ªs con efectos en su obra zanj¨® que le parece una solemnne tonter¨ªa. Destac¨® el autor que el texto de una obra teatral "es partitura" y hay que leerlo "como si fueramos directores, imaginando una puesta en escena". De hacerlo as¨ª, "no se pierde nada de la pieza y es mejor que ver un montaje malo".
Oliva se dedica ahora a traducir los Sonetos de Shakespeare, que editar¨¢ en versi¨®n "triling¨¹e": ingl¨¦s, traducci¨®n literal y otra en verso con la misma estructura del soneto ingl¨¦s.
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