Alta y afectiva experiencia musical
Una nueva visita de la Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi, dirigida por su titular, Mario Venzago (Z¨²rich, 1948), nos depar¨® un programa tan atractivo por el contenido como por las versiones. Escuchamos de entrada El sue?o de un bailar¨ªn, de Francisco Escudero. Se trata de una de las figuras verdaderamente representativas de nuestro panorama y pertenece a la generaci¨®n de 1916, como Montsalvatge. Excelentemente interpretada, la p¨¢gina constituye un valioso comienzo de programa que continu¨® con el Concierto para la mano izquierda que Ravel compuso para Paul Wittgenstein (Viena, 1887-Mannhasset, EE UU, 1961).Protagoniz¨® la parte solista la guipuzcoana Marta Zabaleta (Legazpia, 1965), una pianista de precioso juego, neto virtuosismo y fascinante poder de comunicaci¨®n. Sus conceptos funden la expresi¨®n insinuante, el transparente juego, la belleza sonora y, cuando llega el caso, la potencia. Virtudes que, junto a la certera labor del maestro y las altas posibilidades de la Sinf¨®nica de Euskadi, provocaron un ¨¦xito claro y entusiasta que oblig¨® a Zabaleta a un solicitado regalo.
Ciclo de la Radiotelevisi¨®n Espa?ola
Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi. Director: M. Venzago. Solista: M. Zabaleta, pianista. Obras de Escudero, Ravel y Bartok. Teatro Monumental. Madrid, 9 de noviembre.
Lo hubo tambi¨¦n despu¨¦s del Concierto para orquesta de Bartok. La dificultad de los geniales pentagramas qued¨® vencida y hecha mensaje natural por la centuria de San Sebasti¨¢n y el p¨²blico ovacion¨® largamente, con ese halo especial que Madrid, desde siempre, reserva a los valores del Pa¨ªs Vasco. Fue una tarde de alta, nobil¨ªsima y afectiva experiencia musical.
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