Una dimisi¨®n que levanta las alfombras
Dicen algunos sacerdotes que el arzobispo de Valencia, Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco, ha conseguido algo muy dif¨ªcil: unir al clero valenciano. Tal es el malestar que ha creado. Porque ese decir va acompa?ado de una ir¨®nica entonaci¨®n encaminada a subrayar la creciente y extendida oposici¨®n al arzobispo en el seno de la iglesia cat¨®lica en Valencia. No s¨®lo se trata de un sector, m¨¢s o menos progresista, ni de un movimiento partidario del uso del valenciano en la liturgia, ni de sacerdotes damnificados con af¨¢n de venganza; el descontento alcanza incluso a alg¨²n miembro del gobierno curial, a las Comunidades Neocatecumenales (llamadas populoarmente quicos) y a un sector del Opus Dei, a pesar del especial esmero con que cuida Garc¨ªa-Gasco su relaci¨®n con esta prelatura personal.La decisi¨®n de Rafael Sanus de presentar su dimisi¨®n como obispo auxiliar de Valencia ha sacado a la luz el des¨¢nimo que invade a gran parte del clero valenciano. Una decisi¨®n "valiente y prof¨¦tica", a juicio de algunos sacerdotes que se atreven a hablar pero bajo la tenue luz de un confesionario. Hay miedo a significarse y la Iglesia no es precisamente un estamento acostumbrado a abrir las puertas a sus interioridades. El anonimato se convierte as¨ª en una exigencia com¨²n para poder hablar con los sacerdotes sobre su jerarqu¨ªa.
Por eso el gesto de Sanus, largamente meditado, cobra gran importancia. ?l lo ha explicado con meridiana claridad: "Es verdad que me he visto, desde hace a?os, totalmente marginado en las funciones que son propias del obispo auxiliar, seg¨²n el derecho Can¨®nico, los usos de la iglesia y el m¨¢s m¨ªnimo sentido de la colegialidad. Pero no ha sido esa la raz¨®n ¨²ltima y ¨²nica. Creo que es un valor fundamental la fraternidad y unidad del colegio episcopal y esa unidad ni exist¨ªa ni era percibida por los sacerdotes valencianos y por much¨ªsimos seglares. Ante esta situaci¨®n cre¨ª que era un deber de conciencia retirarme".
Es el Palacio Arzobispal un lugar innacesible para muchos sacerdotes. Una de las cr¨ªticas m¨¢s generalizadas a Garc¨ªa-Gasco es su alejamiento del clero, de las parroquias y de los fieles, y el ejercicio autoritario de su poder, tan s¨®lo delegado en un peque?o grupo de su absoluta confianza que comparte la residencia del Palacio Arzobispal. Lo forman principalmente el provicario general de Evangelizaci¨®n, Juan Ram¨®n Pinal, y el secretario del arzobispado, Antonio Corb¨ª, que atesoran las responsabilidades que deber¨ªan desempe?ar los dos obispos auxiliares, Rafael Sanus y Jes¨²s Murgui. "Los obispos auxiliares viven de la fe, porque tienen que creer que son obispos", se?ala un sacerdote con uun humor que no oculta su consternaci¨®n por el "absolutismo" y la "arbitrariedad" en los nombramientos y decisiones del arzobispo.
Junto a Pinal y Corb¨ª, Garc¨ªa-Gasco re¨²ne en la llamada mesa camilla, centro de toma de decisiones, a una serie de ¨ªntimos como los curas de Pedreguer, El Verger o Loreto de X¨¤bia o la Encarnaci¨®n de Alzira. "Es dif¨ªcil tener audiencia con el Papa, pero a¨²n lo es m¨¢s que te reciba el arzobispo", comenta un cura. "Se ha creado tal burocracia en el palacio que al final no sabes si est¨¢s en el arzobispado o en Hacienda", apunta otro, ¨¦ste miembro de la curia.
"Mis primeros y m¨¢s directos colaboradores. Para vosotros es mi tiempo, vuestra es mi casa, quiero que podamos compartir los desvelos, las ilusiones y las dificultades (...)". Estas palabras fueron pronunciadas por el arzobispo al poco de llegar a Valencia, en 1992. Est¨¢n recogidas en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista cristiana Cresol, que elabora en valenciano la Uni¨® Apost¨°lica per als pr¨¦veres de Val¨¨ncia. En ella, hay una selecci¨®n de algunas de las cosas que dijo entonces el arzobispo y que nunca se cumplieron. No hay comentarios, queda todo dicho, en una muestra de lenguaje el¨ªptico clerical.
Se recuerda, por ejemplo, que el arzobispo dedic¨® unas primeras palabras en valenciano mostrando su ¨¢nimo de utilizarla hasta "llegar a hacer" suya esta lengua. Justamente el desinter¨¦s por la liturgia en valenciano es otra de las cr¨ªticas que recibe el arzobispo y que le ha enfrentado a Sanus. De ¨¦ste, dice el arzobispo, seg¨²n recoge la publicaci¨®n, que es "un servidor abnegado, que con tanto acierto y amor a la Iglesia, ha administrado nuestra di¨®cesis".
Sanus fue administrador del arzobispado en el inter¨ªn desde la muerte por accidente de Miguel Roca Cabanellas y la toma de posesi¨®n de Garc¨ªa-Gasco. Fue Roca quien propuso al Papa el nombramiento de Sanus como obispo auxiliar en 1989. Era un arzobispo seguidor de la doctrina emanada del Concilio Vaticano II, muy bien relacionado con Roma y con una gran formaci¨®n teol¨®gica e intelectual. Un perfil intelectual muy diferente al de Garc¨ªa-Gasco y m¨¢s pr¨®ximo al de Sanus, quien es considerado como un obispo al estilo del cardenal Taranc¨®n. Garc¨ªa-Gasco siempre ha sido receloso de Sanus y la relaci¨®n entre ambos nunca ha sido fluida. La reuni¨®n que mantuvieron ambos el pasado viernes fue muy breve, seg¨²n fuentes cercanas al arzobispo.
La ¨²nica manifestaci¨®n oficiosa del arzobispado sobre la crisis se limitaba a confirmar la decisi¨®n de Sanus, si bien disfrazaba el conflicto empleando el t¨¦rmino jubilaci¨®n en vez de dimisi¨®n. De hecho, el arzobispado ha tendido a asociar a problemas de salud la postergaci¨®n del obispo auxiliar, alejado de sus funciones y convertido en una especie de "maquina de confirmaciones". Sanus ha negado tajantemente cualquier problema de salud hoy en d¨ªa y ha se?alado, en todo caso, que su cansancio es de ¨ªndole "moral". Son muchos a?os en el ostracismo y recibiendo las quejas del clero hacia Garc¨ªa-Gasco, sin tener ninguna capacidad de intermediaci¨®n.
Los sacerdotes se quejan de la desatenci¨®n del arzobispo. Lamentan que Garc¨ªa-Gasco, como pragm¨¢tico del poder, est¨¢ m¨¢s preocupado por cuestiones de protocolo, por difundir su imagen, y estar junto a los gobernantes. No en vano, el arzobispado contrat¨® a la anterior responsable de protocolo del Palau de la Generalitat, Amparo Ripoll. La relaci¨®n del arzobispo con el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana,del PP, es excelente, como ponen de manifiesto los numerosos actos en que han aparecido juntos, como la inauguraci¨®n del parque tem¨¢tico Terra M¨ªtica.
Una forma de actuar alejada de la de Sanus. Mientras espera que el Papa acepte su dimisi¨®n, que present¨® el pasado mes de julio, el obispo auxiliar recibe m¨²ltiples muestras de apoyo, desde distintos sectores de la Iglesia y de la sociedad espa?ola. Por su "valiente testimonio" al expresar el sentir de muchos sacerdotes valencianos.
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