La viuda del asesinado Isaac Rabin muere en Israel mientras agoniza el proceso de paz

Leah Rabin, viuda del primer ministro Isaac Rabin (asesinado en noviembre de 1995), falleci¨® ayer, a los 72 a?os, en un hospital de Tel Aviv, v¨ªctima de un c¨¢ncer de pulm¨®n. Leah Rabin ha muerto en la trinchera pol¨ªtica mientras trataba de defender a toda costa el legado pol¨ªtico de su marido: el proceso de paz con los palestinos. Hace pocas semanas, Leah lider¨® un compl¨® con el ala izquierda del Partido Laborista, con el que trat¨® de reabrir las negociaciones de paz con Yasir Arafat, lo que supuso su ¨²ltimo enfrentamiento abierto con el actual primer ministro, Ehud Barak.

La muerte de Lea Rabin no ha sorprendido en Israel, simplemente ha dolido. La salud de la anciana dama era ya alarmante. El pasado 6 de noviembre no pudo acudir a su cita anual en la plaza de Isaac Rabin para conmemorar con todos los movimientos pacifistas de Israel el asesinato de su esposo. Pocas horas antes hab¨ªa sido ingresada urgentemente en un hospital de la ciudad, aquejada, seg¨²n el parte oficial, de problemas cardiacos, un eufemismo detr¨¢s del cual se escond¨ªa una enfermedad irreversible: c¨¢ncer de pulm¨®n.Leah Rabin no estuvo en la plaza, pero hizo llegar hasta all¨ª, a trav¨¦s de su hija Dalia, una carta. "A medida que pasa el tiempo, no sabes, Isaac, lo que te echamos de menos", escribi¨®.

D¨ªas antes hab¨ªa tratado de impulsar el proceso de paz ideado por su marido y reabrir las negociaciones con Yasir Arafat al llevar hasta la mesa de negociaciones a su amigo y colaborador Sim¨®n Peres. Lo logr¨® con muchos esfuerzos, gracias al apoyo de algunos ministros pacifistas como Yossi Beilin.

El compl¨® le sent¨® mal al primer ministro, Ehud Barak, pero esto no perturb¨® a Leah Rabin, que desde hace tiempo estaba distanciada del actual jefe de Estado. Le acus¨® de muchas cosas, pero especialmente de su incompetencia para defender el proceso de paz. Leah lleg¨® a decir p¨²blicamente: Barak "no es el sucesor de mi marido", refiri¨¦ndose a la falta de habilidad del primer ministro para negociar con los palestinos. "No creo que sea el hombre ideal para hacer frente a esta situaci¨®n", dijo.

Las cr¨ªticas de Leah Rabin a Ehud Barak, compartidas por un sector importante del Partido Laborista, no impidieron que el primer ministro emitiera ayer un comunicado de p¨¦same. "El Gobierno de Israel y yo mismo, que estoy a su cabeza, as¨ª como todo el pueblo de Israel, llevamos el duelo de Leah Rabin, una mujer valiente y fuerte". Barak reconoc¨ªa adem¨¢s que ella "hab¨ªa llevado la antorcha de la herencia pol¨ªtica" de Rabin y que "hab¨ªa luchado por la paz".

Pero las condolencias m¨¢s sinceras y directas vinieron de Simon Peres, ministro de Cooperaci¨®n Regional, colaborador de Rabin en el proceso de paz y amigo personal de Leah, el cual asegur¨® que ¨¦sta luch¨® hasta el ¨²ltimo momento "como una leona, batallando por sus opiniones y llamando a continuar el trabajo de Isaac". "Era una mujer excepcional, una personalidad formidable", a?adi¨® Peres, visiblemente emocionado.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, afirmaba ayer en su p¨¦same por la muerte de Leah Rabin: "Hemos perdido una amiga que quer¨ªamos y Oriente Pr¨®ximo ha perdido una amiga de la paz". En t¨¦rminos similares se expres¨® el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, al se?alar que era "una mujer de coraje y convicci¨®n comprometida con la paz".

Incluso los que m¨¢s la odiaron, como el ex general Ariel Sharon, enemigo ac¨¦rrimo del proceso de paz nacido en Oslo, mostraban sus respetos por ella, al tiempo que su partido, el derechista Likud, emit¨ªa un comunicado en el que rend¨ªa homenaje al enemigo: "A pesar de las controversias, no se puede obviar su importante papel al lado de su marido en la historia del Estado".

Israel coloc¨® ayer las banderas a media asta. Todas las ciudades del pa¨ªs se preparan para participar en un ¨²ltimo homenaje a Rabin. En medios pacifistas se aseguraba ayer que "el entierro de Leah ser¨¢ una ¨²ltima oportunidad para movilizarse a favor de la paz y demostrar que el legado de Rabin no ha muerto".