Cinco guiones para una crisis
El pr¨®ximo 20 de enero, Bill Clinton dejar¨¢ la Casa Blanca. Un amplio abanico se abre hasta ese momento
Que el senador republicano Strom Thurmond, de 98 a?os de edad, sea elegido presidente en funciones de EE UU el 20 de enero no es s¨®lo una broma que repite el humorista televisivo Jay Leno, sino una remota posibilidad constitucional. Ese d¨ªa, Clinton debe ceder la Casa Blanca al 43? presidente, pero si prosigue la batalla entre Gore y Bush se har¨ªa cargo provisionalmente el l¨ªder de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Dennis Hastert. En caso de negativa o incapacidad de Hastert, el cargo ser¨ªa para el m¨¢s viejo del Senado, Thurmond. Con recuentos en marcha en Florida, amenazas de recuentos en otras partes y multitud de acciones judiciales, el electus interruptus, como le llama la columnista Maureen Dowd, se ha convertido en un culebr¨®n pol¨ªtico, medi¨¢tico y judicial. Hay un m¨ªnimo de cinco modos posibles de terminar el gui¨®n. - S¨¢bado 18 de noviembre. Gore o Bush aceptan la derrota. Si las batallas en marcha no lo impiden, Florida, una vez contabilizados los votos por correo, proclama ese d¨ªa un ganador. Ex presidentes como Jimmy Carter y Gerald Ford, l¨ªderes moderados de ambos partidos y peri¨®dicos como The Washington Post y The New York Times piden al presunto perdedor en Florida que se sacrifique por el inter¨¦s nacional y la salud de los mercados financieros. Gore o Bush lo aceptan con amargura y renuncian a nuevas demandas en los tribunales. Con los 25 compromisarios de Florida, Gore o Bush consiguen la mayor¨ªa en el colegio electoral. El nuevo presidente toma posesi¨®n con una legitimidad reducida y un Congreso muy dividido. El perdedor queda como un h¨¦roe y adquiere un enorme capital pol¨ªtico para 2004.
- Lunes 18 de diciembre. Se re¨²ne el colegio electoral sin Florida. Las acciones judiciales han impedido a Florida certificar un ganador. Florida no puede enviar sus 25 compromisarios al colegio electoral. ?ste se re¨²ne en Washington con 513 miembros en vez de 538. Si Gore termina ganando Oreg¨®n, tiene 262 compromisarios; si Bush conquista Nuevo M¨¦xico, 251. Gore es elegido presidente. Los constitucionalistas discuten si se requiere una mayor¨ªa de los 538 compromisarios esperados en Washington ese d¨ªa o tan solo de los presentes.
- Lunes 18 de diciembre. Florida est¨¢ presente, pero en medio de la pol¨¦mica. Las autoridades de Florida han concedido a Bush sus 25 compromisarios, pero Gore se niega a aceptarlo. Bush tiene te¨®ricamente ese d¨ªa m¨¢s de 270 votos en el colegio electoral, pero hay 19 Estados y el distrito de Columbia que no obligan a sus compromisarios a optar por el ganador proclamado en esos territorios. Tres electores de Bush consideran que, dada la pol¨¦mica de Florida y el hecho de que Gore gan¨® en voto popular, el dem¨®crata debe ser presidente. Empate. El caso pasa al Congreso.
- Viernes 5 de enero (o s¨¢bado 6 de enero). Decide el Congreso. Las dos c¨¢maras del Congreso se re¨²nen para certificar los resultados del colegio electoral. No hay problema si hay un claro presidente electo; si no, lo elige la C¨¢mara de Representantes. Para ello, cada Estado dispone all¨ª de un voto. Hay 28 delegaciones estatales de mayor¨ªa republicana, 18 dem¨®cratas y 4 empatadas. La C¨¢mara de Representantes elige a Bush. El Senado, que ese d¨ªa puede contar con 50 republicanos y 50 dem¨®cratas, designa al vicepresidente. El empate lo deshace el todav¨ªa vicepresidente de EE UU, Gore. Gana el dem¨®crata Joseph Lieberman.
- S¨¢bado 20 de enero. Prosigue el bloqueo constitucional. Ni el colegio electoral ni el Congreso han podido elegir presidente y vicepresidente. Jura el cargo provisionalmente el presidente de la C¨¢mara de Representantes, el republicano Hastert. Si no puede, lo hace el nonagenario Thurmond.
- ?Cu¨¢l es la base de esta confusi¨®n? En todo EE UU Gore gan¨® en voto popular por una diferencia de algo m¨¢s de 200.000 papeletas, seg¨²n los datos provisionales. Quedan todav¨ªa por contabilizar unos dos millones de votos por correo en todo el pa¨ªs, que podr¨ªan cambiar esos datos. Pero eso no cuenta constitucionalmente. Lo ¨²nico que cuenta es conseguir, Estado por Estado, una mayor¨ªa en el colegio electoral.
- ?Por qu¨¦ Florida es tan importante? Sin Florida, ni Gore ni Bush disponen de los 270 compromisarios que necesitan. El recuento es de oficio. La ley del Estado lo exige si en un primer escrutinio el ganador no tiene una ventaja superior al 0,5% del voto escrutado.
- ?Es obligatorio que sea a mano? No. Lo ha pedido Gore en cuatro condados que le son favorables, dados los errores de las m¨¢quinas. Un juez federal le dio el lunes la raz¨®n. Bush podr¨ªa haber pedido recuento manual en los condados de mayor¨ªa republicana, pero no lo ha hecho.
- ?Podr¨ªa Bush exigir el recuento en otros Estados? Los republicanos no han descartado hacerlo en Oreg¨®n, Iowa y Wisconsin, donde la ventaja de Gore es de unos pocos miles de votos.
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