?Qu¨¦ banco lava m¨¢s blanco? ANTONIO ARGANDO?A
Supongamos que es usted un directivo de un banco multinacional en un pa¨ªs industrializado y recibe la visita de un personaje importante de un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo que quiere abrir una cuenta para ingresar un buen pu?ado de millones -de d¨®lares, claro-. Dada la persona, usted tiene la sospecha de que se trata de dinero poco limpio. ?Aceptar¨ªa usted?No, no es un caso te¨®rico. De esos hay muchos. Recientemente, los medios de comunicaci¨®n hablaron de la "reprimenda" que las autoridades suizas dieron al segundo mayor banco del pa¨ªs cuando se enteraron de que la familia de Sani Abacha, el dictador de Nigeria, hab¨ªa guardado 660 millones de d¨®lares en dicho banco durante sus a?os de mandato.
"Claro, es que la banca suiza, con sus cuentas secretas, es muy atractiva para estas operaciones", me dice un lector. Y yo le completo la informaci¨®n: buena parte de ese dinero sali¨® despu¨¦s con destino a otros bancos, ingleses y norteamericanos principalmente. Lo que quiere decir, traduciendo el refr¨¢n catal¨¢n, que no hay un palmo limpio.
Pero volvamos a nuestro directivo. ?Qu¨¦ har¨ªa usted ante la oferta? Le voy a dar unos cuantos argumentos para que la acepte. Primero: ?y si se trata de dinero limpio? Porque los hijos del dictador se dedicaban a las l¨ªneas a¨¦reas y, claro, ese es un negocio honrado... Adem¨¢s: ?qui¨¦n soy yo para juzgar si ese dinero es limpio o no? Tercero: se trata de una cantidad nada despreciable... M¨¢s a¨²n: si damos un buen servicio a este cliente, nos traer¨¢ m¨¢s negocio. Que nos vendr¨¢ muy bien, porque, entre otras cosas, mi banco aporta parte de sus beneficios a una fundaci¨®n que lleva a cabo interesantes obras asistenciales.
Y tambi¨¦n nos traer¨¢ nuevos clientes: seguro que les consta la discreci¨®n con que trabaja mi banco, la rentabilidad que ofrece, la calidad de nuestras inversiones... De acuerdo: algunos de esos clientes quiz¨¢ no son muy presentables, pero, ?qui¨¦n est¨¢ limpio de polvo y paja? ?No hay muchas empresas que contaminan el medio ambiente o que tratan mal a sus trabajadores? Adem¨¢s, esto es un banco, no una obra de caridad. Y si yo no acepto a este cliente, ?piensa usted que no tomar¨¢ represalias en su pa¨ªs? Y, en ¨²ltima instancia, otro banco lo aceptar¨¢, puede estar usted seguro. Y, al final, el cliente tendr¨¢ sus fondos bien guardados, en Suiza, y todos los argumentos ¨¦ticos que podamos dar sobre el tema habr¨¢n servido de muy poco. Pues, si es as¨ª, por lo menos que se aproveche mi banco.
Porque, adem¨¢s, la iniciativa no ha sido m¨ªa: yo no he ido a buscarle para que me traiga el dinero. Es ¨¦l quien ha venido porque sabe que somos un banco serio. Y no podemos defraudarlo, y dejar que se lleve el negocio a otro banco, seguramente menos competente.
En cuanto a m¨ª, el banco me paga por encontrar buenos clientes y aumentar el pasivo. Si se enteran de que he dejado perder una operaci¨®n importante, ya puedo ir buscando otro empleo.
Ahora, invito al lector a buscar argumentos contrarios a los que he presentado m¨¢s arriba. Los hay, muchos y muy s¨®lidos. Pero, ?piensa usted que convencer¨¢ a ese directivo de banco para que se juegue la carrera y rechace a ese cliente? ?O que convencer¨¢ a los jefes de ese directivo para que le den ¨®rdenes de no aceptar ese tipo de operaciones? S¨®lo se me ocurre un argumento, que ellos entender¨¢n: el peso de la ley contra la cooperaci¨®n de los bancos en el blanqueo de dinero. Y, desde luego, no creo que una "reprimenda" sea suficiente para evitar esas operaciones.
No pretendo convencer al lector de que los bancos multinacionales son inmorales. Yo saco, de todo lo anterior, dos conclusiones, entre otras. Primera: si los empleados son inmorales, esto se debe a que, probablemente, tambi¨¦n lo son los directivos del m¨¢s alto nivel. O sea, que la responsabilidad final recae sobre los de arriba de todo.
Y segunda conclusi¨®n: para que una empresa act¨²e de manera inmoral no tiene por qu¨¦ ir por ah¨ª robando y matando. Basta con que sus sistemas de incentivos premien a los que alcanzan los mejores resultados econ¨®micos, sin preguntarles c¨®mo los han logrado. La felicitaci¨®n al directivo que consigue buenos clientes, como los del banco mencionado, sin hacer referencia alguna a la calidad de esos clientes, significa claramente que lo ¨²nico que importa en la organizaci¨®n es el beneficio. Y los dem¨¢s empleados lo aprender¨¢n pronto.
La "reprimenda" al banco suizo muestra que hay una manera de hacer negocios que es incapaz de ver otras dimensiones, quiz¨¢ porque se han pasado d¨¦cadas actuando siempre de la misma manera. En el fondo, es falta de imaginaci¨®n, de capacidad para entender que se puede ganar dinero de otra manera. O, si lo prefieren, es falta de capacidad para dirigir bien. ?Ser¨¢ verdad que el directivo no ¨¦tico no puede ser un buen directivo?
Antonio Argando?a es profesor de econom¨ªa de IESE.
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