Greenspan o la estabilidad
En la pelea por la Casa Blanca, el que Alan Greenspan siga ah¨ª, y vaya a hacerlo tres a?os m¨¢s, tranquiliza mucho a Wall Street y a decenas de millones de norteamericanos. El periodista Bob Woodward, coautor de la investigaci¨®n sobre Watergate, acaba de publicar en EE UU un libro consagrado al presidente de la Reserva Federal cuyo t¨ªtulo ya lo dice todo: Maestro, en espa?ol. Mientras Gore y Bush segu¨ªan ayer arroj¨¢ndose los trastos a la cabeza, Greenspan calm¨® el juego decidiendo que, dados los signos de ligero enfriamiento de la econom¨ªa de EE UU, no hay razones para subir los tipos de inter¨¦s. Era lo que esperaban y deseaban mercados y ciudadanos.Una de las razones por las que Gore no aplast¨® a Bush en las elecciones fue porque los norteamericanos no le conceden m¨¦rito particular en el largo per¨ªodo de crecimiento econ¨®mico. Greenspan y la revoluci¨®n de Internet son los h¨¦roes populares. Y Greenspan, un republicano de 74 a?os al que adoran los dem¨®cratas, va a seguir siendo presidente de la Reserva Federal gane quien gane la Casa Blanca. Fue nombrado en 1987 por su correligionario Ronald Reagan y confirmado luego por el padre de Bush y por Clinton. Su actual mandato expira en el a?o 2004.
Maestro, el libro de Woodward, est¨¢ repleto de revelaciones sabrosas sobre la buena relaci¨®n que han mantenido durante ocho a?os Clinton y Greenspan. La clave est¨¢ en una visita que Greenspan hizo, el 3 diciembre de 1992, a Little Rock, donde Clinton, ya presidente electo, preparaba su Gobierno y esbozaba su pol¨ªtica. Greenspan convenci¨® a Clinton de que si quer¨ªa que su presidencia fuera un ¨¦xito econ¨®mico deb¨ªa concentrarse en eliminar el enorme d¨¦ficit presupuestario. Eso, le explic¨®, permitir¨ªa bajar los tipos de inter¨¦s a largo plazo, inyectando tremendas energ¨ªas a la econom¨ªa. As¨ª lo hizo Clinton. Convirti¨® el d¨¦ficit gubernamental en super¨¢vit y la econom¨ªa no dej¨® de crecer y crear millones de puestos de trabajo, con inflaci¨®n controlada y tipos de inter¨¦s bajos.
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