Revisi¨®n a la vista
En los ¨²ltimos tres a?os, el Gobierno ha impuesto a los funcionarios de la Administraci¨®n p¨²blica una p¨¦rdida continua de poder adquisitivo para cuadrar los Presupuestos y asegurar primero el cumplimiento de los compromisos de Maastricht para entrar en el euro y luego el d¨¦ficit cero previsto en el Presupuesto del a?o 2001. Es verdad que esa p¨¦rdida de poder adquisitivo es probablemente menor de lo que los sindicatos denuncian, debido a las compensaciones, retribuciones extraordinarias y deslizamientos varios de la masa salarial; pero tambi¨¦n lo es que los funcionarios parecen los ¨²nicos a los que el Gobierno puede repercutir ahora el encarecimiento de los precios del crudo, mientras muchos asalariados del sector privado disponen de cl¨¢usulas de revisi¨®n en sus convenios para amortiguar los efectos de la inflaci¨®n.La manifestaci¨®n de los delegados de la funci¨®n p¨²blica que se desarroll¨® ayer -con cifras controvertidas, como casi siempre: 6.000 personas, seg¨²n los sindicatos, y 4.000 para la polic¨ªa- y la huelga de funcionarios prevista para los d¨ªas 14 y 15 de diciembre parecen indicar que en esta ocasi¨®n los empleados p¨²blicos no parecen dispuestos a aceptar la subida que les propone el Gobierno.
El fondo de la cuesti¨®n es si se puede mantener la retribuci¨®n de los funcionarios anclada a una previsi¨®n de inflaci¨®n tan ficticia como el 2% que esgrime el Ministerio de Econom¨ªa bas¨¢ndose en el argumento de que es el objetivo impuesto por el BCE, cuando en realidad es el tope m¨¢ximo de inflaci¨®n media deseable en el ¨¢rea de la Uni¨®n Monetaria. Este pretexto coloca a los funcionarios en situaci¨®n de agravio comparativo frente a los pensionistas y al sector privado, aunque a cambio gozan de un privilegio de estabilidad en el empleo. La falta de credibilidad de las previsiones oficiales en materia de inflaci¨®n legitima en todo caso una protesta a la que el Gobierno deber¨ªa responder sent¨¢ndose a negociar una revisi¨®n salarial m¨¢s acorde con la realidad. Con la evidente contrapartida de que ¨¦ste es un momento id¨®neo para exigir que a cambio aumente la productividad de la funci¨®n p¨²blica y la calidad del trabajo de algunos de sus servidores.
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