Calixto Bieito ambienta la ¨®pera 'Un ballo in maschera' durante la transici¨®n espa?ola
El director de escena debuta en el Liceo con una arriesgada lectura de la obra verdiana
Un Parlamento con conspiradores que se re¨²nen en los lavabos para planificar el asesinato de su rey; un monarca enamorado de la mujer de su amigo, que se va de juerga a un burdel y acude finalmente a un siniestro baile... Calixto Bieito desenmascara las bajas pasiones que animan a los personajes de Un ballo in maschera, de Verdi, con la que el director debuta en el Liceo el pr¨®ximo 4 de diciembre. "Ambiento la obra en la transici¨®n espa?ola sin ning¨²n af¨¢n provocador, es la ¨¦poca que me permite plasmar la tensa atm¨®sfera pol¨ªtica de Verdi", afirma.
"La vida es un baile de m¨¢scaras y la m¨¢scara es el gran protagonista de la ¨®pera", explica el director de escena, que afronta con Un ballo in maschera su primera ¨®pera verdiana tras una experiencia oper¨ªstica que incluye t¨ªtulos como Cos¨ª fan tutte, de Mozart, Carmen, de Bizet, y zarzuelas como La verbena de la paloma y El barberillo de Lavapi¨¦s. "S¨¦ que en mis propuestas hay im¨¢genes que pueden irritar al p¨²blico convencional, pero nunca busco la provocaci¨®n, mi ¨²nica meta como director de escena es hacer un buen espect¨¢culo que emocione al p¨²blico".Calixto Bieito ambienta la ¨®pera en la transici¨®n espa?ola pero evita cualquier referencia a la realidad pol¨ªtica espa?ola. "Lo que me interesa de esos a?os es el ambiente de tensi¨®n de una sociedad que vive cambios importantes, un ambiente en el que cobra especial fuerza teatral el drama que cuenta Verdi".
La censura italiana oblig¨® al genial compositor italiano a cambiar el nombre de los personajes y el lugar de la acci¨®n. Verdi traslad¨® la acci¨®n de la corte sueca al Boston de finales del siglo XVIII, convirtiendo al rey Gustavo III en Riccardo, conde de Warwich y gobernador de Boston. La ¨®pera se estren¨® en Roma en 1859 con este cambio ambiental y as¨ª se convirti¨® en uno de los m¨¢s populares t¨ªtulos del repertorio, pero en nuestros d¨ªas se ha representado en varios teatros con la distribuci¨®n original del libreto antes de la censura.
"A Verdi le interesa el teatro, la pasi¨®n y los instintos de los personajes, por eso le da igual el cambio de lugar", comenta Bieito. En el montaje que presenta en el Liceo, una coproducci¨®n del coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s con la English National Opera y la ?pera Real de Dinamarca, Bieito encierra a los personajes verdianos en un Parlamento. "El Parlamento es el universo de esta ¨®pera y las entra?as de este espacio esc¨¦nico son los lavabos, el ¨²nico lugar en el que los personajes pueden conspirar".
La crudeza de algunas escenas, incluida una violaci¨®n y un asesinato que sacuden al espectador antes de la primera gran escena de Amelia, la mujer del secretario del rey, "s¨®lo pretenden mostrar el ambiente de terror que describe la m¨²sica", se?ala Bieito. "Toda la ¨®pera es una denuncia de la hipocres¨ªa de unos personajes asustados por los cambios que impone un rey vicioso, insatisfecho e infeliz que se cree un dios y acaba perdonando a sus asesinos".
Aunque el espacio esc¨¦nico no remite al espectador a una realidad concreta, el vestuario permite situar la ¨¦poca en los a?os setenta. "Es un espacio abstracto pero fuertemente referenciado porque necesito trabajar con referentes cercanos a la hora de poner en escena una ¨®pera o una pieza teatral".
Ana Mar¨ªa S¨¢nchez, Walter Fraccaro, Lado Ataneli, Elisabetta Fiorillo y Ofelia Sala son los principales protagonistas vocales del montaje, que, dirigido musicalmente por Bertrand de Billy, director musical del Liceo, estar¨¢ en cartel del 4 de diciembre al 3 de enero de 2001 con un total de 10 funciones a cargo de dos repartos diferentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.