Cantaores de tarifa plana
Nuevos valores del flamenco acumulan premios, pero tienen que dejar M¨¢laga para sobrevivir
Hay t¨®picos que pinchan con el tiempo. Sin ir m¨¢s lejos: el adjetivo cantaora, con que Manuel Machado bautiz¨® hace temporadas a M¨¢laga. Y es que entonces se pod¨ªa hablar del Caf¨¦ de Chinitas, con su malague?a en apogeo, de Juan Breva, La Trini o Enrique El Mellizo. Pero ahora, lo que se dice flamenco, en M¨¢laga, hay dos cositas: la Pe?a Juan Breva, que abre martes y viernes, algunos cantaores, buenos y veteranos, pero que nunca consiguieron dar el salto (C¨¢ndido de M¨¢laga, Antonio de Canillas, Pepe de Campillos, Paqui Corpas o Gitanillo de V¨¦lez). Y luego, la gente joven: pocos, preparad¨ªsimos, pero sin futuro en la ciudad cantaora.Hay un ejemplo definitivo: Francis Bandera (Bonela Hijo en los carteles) y su novia, Roc¨ªo Alcal¨¢, de 26 y 24 a?os, respectivamente, suman entre los dos 210 (116 m¨¢s 94) premios de flamenco, como los de La Uni¨®n o el Nacional de C¨®rdoba. Nadie duda de que los dos cantan un rato. Roc¨ªo las ton¨¢s las borda, pero se atreve con todo: "A m¨ª que no me encasillen en lo puro; que no vengan los enteraos del cante perdon¨¢ndote la vida con lo que puedes y no puedes cantar", dice.
Francis, que tiene un disco (Sue?os) y prepara otro, se sale con los cantes de comp¨¢s y con los de Levante es un fiera: una noche sac¨® premio en cuatro concursos seguidos. "Y gan¨¦ en el que peor cant¨¦", apostilla. "De lo de los jurados de los concursos y las condiciones para actuar mejor no hablar", dicen. Pero Roc¨ªo habla: "No digo el pueblo; pero yo me he cambiado en el congelador de un bar".
Lo cierto es que ambos se ganan la vida. Aunque ellos, como los Miguel ?ngel D¨ªaz, Virginia G¨¢mez, Roc¨ªo Baz¨¢n o Laura Rom¨¢n, saben que si quieren explotar, tienen que dejar su ciudad. "Es dif¨ªcil la decisi¨®n", admite Bonela. "Cuando viv¨ªa en Algeciras me sal¨ªa una cosa al a?o y estaba esmay¨¢. Aqu¨ª, vivo. Pero en Madrid o tienes a alguien, o a cantar para el baile hasta que te escuchen. Es un riesgo muy grande", a?ade su novia. Gonzalo Rojo, de la pe?a Juan Breva, lo dice claro: "Que se vayan de aqu¨ª ya; cualidades para llegar las tienen todas, pero en M¨¢laga no hay infraestructura para cuajar; si pasan los a?os y no dan el salto acabar¨¢n perdi¨¦ndose".
Virginia G¨¢mez tiene 22 a?os, 10 premios en su haber, un disco grabado (De verdad) que al cerrarse la discogr¨¢fica es como si no existiera, y una voz de buen timbre y largo recorrido. Tan claro tiene que hay que armarla para destacar que el pasado a?o hizo en el Teatro Alameda de M¨¢laga un recital donde se cant¨® todos los palos del flamenco: 35 piezas una detr¨¢s de otra. "Yo creo que los j¨®venes estamos haciendo bien las cosas. Tenemos una base muy s¨®lida de cante de ra¨ªz y por derecho; pero que, adem¨¢s de ninguna ayuda oficial, tengamos que aguant¨¢ que te ronee el que menos entiende de esto, que ni te ayuda ni te deja cantar...", dice.
Con la guitarra la cosa est¨¢ apa?ada. Los Pantojita, Curro de Mar¨ªa, Andr¨¦s Cansino, Ni?o Chaparro, Dani Casares, Paco Javier Jimeno o Gaspar Rodr¨ªguez tienen falseta para rato. Gaspar es de Estepona y acompa?a a Bonela Hijo y Roc¨ªo Alcal¨¢ en sus recitales. Es miembro del grupo instrumental flamenco Ca?ad¨², que est¨¢ a punto de sacar su tercer disco, act¨²a bastante y acompa?a al Nuevo Ballet Espa?ol. "Los que m¨¢s tiempo llevamos haciendo el cante somos los guitarristas; es verdad que despu¨¦s de Paco, la guitarra se ha liberado, lo tenemos m¨¢s f¨¢cil que estos pobres", dice. Estos pobres son Bonela, Alcal¨¢ y G¨¢mez, que coinciden en acusar al Ayuntamiento de querer pagar menos en la feria a los malague?os que a los de fuera. Sale Francis y sentencia: "En M¨¢laga los cantaores somos de tarifa plana".
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