Contra la impunidad de las imprudencias
Las familias de v¨ªctimas de accidentes de tr¨¢fico reclaman un mayor compromiso de la justicia
Casos pendientes
Jueves, 20 de julio de 2000. Daniel Sandoval Castillo, 17 a?os, aplicado estudiante de BUP, ciclista incansable, pedaleaba, como muchas otras veces, por la carretera que une Ll¨ªria y N¨¢quera. Le acompa?aban su hermana melliza y dos amigos. Circulaban por el arc¨¦n. A las 10.40 un coche que ven¨ªa en sentido contrario cruz¨® la calzada y embisti¨® a Daniel. Muri¨® en el acto. Uno de sus compa?eros se recupera todav¨ªa de las heridas. El juicio a¨²n no se ha celebrado y seg¨²n el sumario el atropello se califica de falta no grave."Nada podr¨¢ devolverme a mi hijo. La nuestra es una familia rota para siempre. El dinero de la indemnizaci¨®n me produce una amargura terrible. Todo ocurri¨® en un tramo con mucha visibilidad, parece que el conductor del coche se distrajo con el m¨®vil o con la radio. Pero no puede ser que se califique de falta no grave. Ha habido un muerto. ?C¨®mo puede un juez limitarse a sentenciar, como han hecho en otros casos, una suspensi¨®n del carn¨¦ de conducir, una multa y, como mucho, alg¨²n arresto domiciliario?" Virtudes Castillo, madre de Daniel, reclama justicia, quiere que jueces y fiscales se impliquen mucho m¨¢s en este tipo de causas.
M¨¢s sensibilidad
Para convertir en una sola voz las reclamaciones de quienes han sufrido las consecuencias de accidentes de tr¨¢fico se implant¨® en Valencia, el pasado mes de agosto, la delegaci¨®n de la asociaci¨®n Ayapat (Ayuda a afectados por accidentes de tr¨¢fico). Su presidenta, Lid¨®n Reboll L¨®pez, perdi¨® a su hijo de 12 a?os en 1985 cuando un veh¨ªculo embisti¨® su coche invadiendo el carril contrario mientras circulaban por la pista de Ademuz. "La asociaci¨®n se ha creado para estar m¨¢s cerca de los afectados y luchar todos juntos. Tenemos que comprometernos, salir del dolor para impulsar cambios y reclamar justicia. Pero nosotros somos los primeros que tenemos que avanzar", dice.
Ayapat ha iniciado en toda Espa?a una campa?a de recogida de firmas (son necesarias 500.000) para presentar ante la mesa del Congreso de los Diputados una proposici¨®n no de ley que podr¨ªan hacer suya los grupos de Izquierda Unida y PSOE. En esa proposici¨®n se recoge un endurecimiento de las penas por imprudencia en la conducci¨®n con el objetivo, seg¨²n Reboll, de "proteger de forma efectiva el derecho a la vida de todos". Adem¨¢s, la proposici¨®n incluye una adaptaci¨®n de las sanciones al potencial de matar que implican las infracciones de tr¨¢fico, mayores medios y controles para prevenir accidentes y pol¨ªticas orientadas a promover un mayor respeto a discapacitados, peatones y ciclistas.
En diversos tribunales valencianos est¨¢n pendientes de ser emitidas sentencias sobre casos de imprudencia al volante que han tenido consecuencias mortales. Familias rotas esperan que los magistrados tengan en cuenta la consecuencia de las imprudencias y no solamente la dimensi¨®n estricta de las mismas.Jes¨²s Mart¨ªnez a¨²n no sabe si el causante del fallecimiento de un familiar, que tiene en su expediente otras dos muertes por conducir de forma imprudente, ser¨¢ juzgado por faltas o por delito. Mar¨ªa Jos¨¦ Rubio, cuya hija y una amiga murieron en Benic¨¤ssim por la temeridad de un conductor, est¨¢n en la misma situaci¨®n. Por ahora no saben cu¨¢l ser¨¢ la pena que caer¨¢ sobre el responsable de un accidente de consecuencias mortales provocado por una conducci¨®n temeraria.
Todos reclaman un severo castigo para los conductores que han segado la vida de sus seres queridos. Pero lo cierto es que, como afirma el fiscal jefe de Valencia, Enrique Beltr¨¢n, "la mayor¨ªa de estos casos se ven por la v¨ªa de faltas porque los juicios son m¨¢s r¨¢pidos y las familias cobran antes la indemnizaci¨®n". Las diferencias entre una y otra consideraci¨®n son sustanciales. El art¨ªculo 142.1 del C¨®digo Penal, se?ala: "El que por imprudencia grave causare la muerte a otro, ser¨¢ castigado, como reo de homicidio imprudente, con la pena de prisi¨®n de uno a cuatro a?os".
Y, en el punto dos del citado art¨ªculo indica: "Cuando el homicidio imprudente sea cometido utilizando un veh¨ªculo a motor, un ciclomotor o un arma de fuego, se impondr¨¢ asimismo, y respectivamente, la pena de privaci¨®n de derecho a conducir veh¨ªculos a motor y ciclomotores de uno a seis a?os".
En cambio, el art¨ªculo 621 sobre Faltas y sus Penas indica en el punto primero: "Los que por imprudencia grave causaren alguna de las lesiones previstas en el apartado 2 del art¨ªculo 147, ser¨¢n castigados con la pena de multa de uno a dos meses". Y, en los puntos dos, tres y cuatro recoge: "Los que por imprudencia leve causaren la muerte de otra persona, ser¨¢n castigados con la pena de multa de uno a dos meses. Los que por imprudencia leve causaren lesi¨®n constitutiva de delito, ser¨¢n castigados con pena de multa de 15 a 30 d¨ªas. Si el hecho se cometiera con veh¨ªculo a motor o ciclomotor, podr¨¢ imponerse adem¨¢s, respectivamente, la privaci¨®n de derecho a conducirlos por tiempo de tres meses a un a?o".
"Como puede verse", indica el fiscal jefe de Valencia, "no es una cuesti¨®n de endurecimiento de las penas sino de cu¨¢l de las dos v¨ªas se elige. Es muy delicado porque presionar hacia uno u otro lado significa invadir la independencia de los jueces. Son ellos quienes deben decidir. Pero debo decir, como lo he hecho no hace mucho al colectivo de fiscales de Valencia, que tal vez debamos todos ser m¨¢s sensibles en estos casos. Juzgamos el hecho, la imprudencia en s¨ª misma. Deber¨ªan tenerse en cuenta las consecuencias. Es una cuesti¨®n de sensibilidad, de respeto a todos los derechos sin menoscabo de ninguno".Las familias afectadas, muchas de ellas afiliadas a la asociaci¨®n en sus delegaciones de Barcelona, Sevilla, Alicante, Ibiza, A Coru?a, Madrid, Palma de Mallorca, Valencia, Valladolid y Zaragoza, perseveran en busca de un justo castigo en muchos casos aunque ello suponga una apelaci¨®n detr¨¢s de otra.
"Es indignante que alguien pueda ponerse ante t¨ª, sin temblarle la voz, y multar con meses de suspensi¨®n de carn¨¦ a quien ha matado a tu hijo. No se puede consentir. Claro que un error lo podemos tener todos. Pero hemos de ser consecuentes y pagar por nuestras infracciones en funci¨®n de las consecuencias, especialmente cuando estamos hablando de vidas humanas. ?O es que mi hijo s¨®lo vale la retirada del permiso de conducir para el hombre que lo mat¨®? ?Eso vale la vida de cualquier ser humano? Que me contesten los jueces, que tambi¨¦n conducen, son padres, madres y hermanos", dice Lid¨®n Reboll.
Ayapat se propone aglutinar a las personas que sufren las consecuencias de accidentes de tr¨¢fico, bien por las lesiones f¨ªsicas o ps¨ªquicas que les ha provocado, o por la p¨¦rdida de alg¨²n familiar. "Queremos ser un referente, facilitar en lo que podamos todos los tr¨¢mites que deben afrontar los afectados, influir en las pol¨ªticas educativas y divulgativas que se desarrollen para mejorar la conducci¨®n y reclamar una justicia comprometida, que no deje el amargo sabor de boca que produce ver c¨®mo los culpables se escapan de su responsabilidad", afirma Reboll. Para ella, que pese a los a?os transcurridos no puede evitar las l¨¢grimas al referirse a su hijo, lo importante es "concienciar a la sociedad, y por tanto a abogados, jueces y fiscales, de los peligros que encierra la conducci¨®n". Reboll insiste, adem¨¢s, en que la indemnizaci¨®n es la peor compensaci¨®n para la familia. "Nuestras reivindicaciones no son econ¨®micas. No hay dinero que alivie la pena ni te devuelva a un ser querido".
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