?Salarios p¨²blicos a la baja?
.En relaci¨®n con la propuesta del Gobierno de subida salarial para los funcionarios igual a la tasa de inflaci¨®n prevista del 2% en el a?o 2001, cabe plantear las siguientes preguntas:
1. Con esta propuesta, ?cu¨¢l ser¨ªa la disminuci¨®n real de los salarios de los funcionarios acumulada durante el bienio 2000- 2001? Las tasas de inflaci¨®n, calculadas como las medias de los aumentos mensuales del IPC, estar¨¢n alrededor del 3,5% en el 2000 y del 3% en el 2001. Por tanto, la disminuci¨®n de los salarios reales acumulada podr¨ªa estar alrededor del 2,5%. Sin embargo, esta cifra no tiene en cuenta dos elementos por los que la p¨¦rdida de poder adquisitivo de algunos colectivos de funcionarios ser¨¢ inferior. En primer lugar, en algunos ¨¢mbitos de las administraciones p¨²blicas se est¨¢ produciendo una reducci¨®n de la jornada laboral como resultado de la aplicaci¨®n de la jornada de 35 horas. En segundo lugar, los salarios de los funcionarios incluyen complementos retributivos tales como trienios de antig¨¹edad (cada vez menos frecuentes en el sector privado), subidas salariales por promociones autom¨¢ticas (independientes de los m¨¦ritos o como resultado de transferencias entre los ¨¢mbitos central y regionales de las administraciones p¨²blicas) y complementos por productividad discrecionales, que suponen casi el 20% del salario bruto total medio. La falta de transparencia con la que se producen las subidas de estos complementos retributivos y la ausencia de una base de datos adecuada impiden conocer con exactitud la verdadera variaci¨®n de los salarios de los funcionarios. En cualquier caso, la reducci¨®n de los salarios reales ser¨¢ mayor en los niveles inferiores, por su menor acceso a complementos retributivos especiales, y se convertir¨¢ incluso en una ganancia real en algunos niveles superiores.
2. ?Cu¨¢nto deber¨ªan subir los salarios? Las desviaciones de la inflaci¨®n sobre la prevista se deben, en parte, a un aumento transitorio de los precios del petr¨®leo. Ante esta perturbaci¨®n, una subida de los salarios o de los beneficios empresariales que trate de evitar la p¨¦rdida de poder adquisitivo genera una espiral de precios-salarios que produce una p¨¦rdida de competitividad y una disminuci¨®n del empleo. En el caso del sector p¨²blico, las consideraciones fundamentales a tener en cuenta son la influencia de los salarios p¨²blicos sobre los del sector privado y la situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas, que no es tan boyante como dice el Gobierno. Tras a?os de insuficiente rigor presupuestario parece haberse alcanzado el d¨¦ficit cero. Sin embargo, esta aparente situaci¨®n de equilibrio fiscal es ficticia, dada la situaci¨®n c¨ªclica de la econom¨ªa y los aumentos del gasto social que habr¨¢n de producirse en el medio plazo como consecuencia del envejecimiento de la poblaci¨®n. Adem¨¢s, este logro est¨¢ basado en medidas tales como la fijaci¨®n de un objetivo de inflaci¨®n poco cre¨ªble, que perjudica especialmente a las capas de la poblaci¨®n de menor nivel de renta, y en el aumento de la imposici¨®n directa, impl¨ªcito en la no deflactaci¨®n de las tarifas del IRPF, que el Gobierno criticaba cuando estaba en la oposici¨®n.
3. ?Son los salarios de los funcionarios m¨¢s elevados que los del sector privado? A pesar de las congelaciones salariales y de las subidas salariales por debajo de la tasa de inflaci¨®n, los salarios del sector p¨²blico siguen estando por encima de los del sector privado, aunque s¨®lo en promedio. Los datos disponibles sobre ingresos familiares indican que, si bien el salario por hora de las mujeres con estudios universitarios y de los individuos de bajo nivel educativo empleados como funcionarios es aproximadamente un 10% m¨¢s elevado en las administraciones p¨²blicas, el de los varones con estudios universitarios es alrededor de un 15% m¨¢s elevado en el sector privado. La menor dispersi¨®n de la estructura salarial es una de las caracter¨ªsticas de las relaciones laborales en el ¨¢mbito de las administraciones p¨²blicas que resultan perjudiciales para una gesti¨®n eficaz de los recursos humanos en dicho ¨¢mbito. Ante este problema, los empleadores p¨²blicos est¨¢n recurriendo con mayor frecuencia a la contrataci¨®n temporal. Desde la aprobaci¨®n del Estatuto de los Trabajadores, hace veinte a?os, Gobiernos de uno y otro signo han se?alado la necesidad de reformar la regulaci¨®n del mercado de trabajo, pero ninguno se ha atrevido a abordar una reforma del funcionamiento de las administraciones p¨²blicas que es, si cabe, todav¨ªa m¨¢s urgente que la reforma laboral.
Juan Francisco Jimeno Serrano es profesor titular de An¨¢lisis Econ¨®mico en la Universidad de Alcal¨¢ e investigador de FEDEA
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