El Rayo aplasta al M¨¢laga
Sensacional partido de los vallecanos, que ascienden al cuarto puesto
El Rayo se puso ayer espectacular, sac¨® el rodillo y pas¨® por encima del M¨¢laga, al que zarande¨® sin miramientos. El marcador final, 4-2, miente. Porque bien pudo el Rayo conseguir un resultado de esc¨¢ndalo: seis goles, siete quiz¨¢, lo nunca visto en Vallecas. Mereci¨® hacerlo. Los rayistas maltrataron al M¨¢laga y cerraron el partido agigantados. Bien es verdad que a los dos minutos el marcador ya les sonre¨ªa, lo que siempre ayuda. Y no menos cierto es que el M¨¢laga, un chollo cuando visita Vallecas, nunca se crey¨® que ten¨ªa algo que decir en aquel escenario.Pero, m¨¢s all¨¢ de detalles puntuales, el partido sirvi¨® para que el Rayo se diera un homenaje a costa de un M¨¢laga min¨²sculo. Buena culpa de ello la tuvo el regreso de un jugador que gobern¨® aquello como le dio la santa gana. Pablo Sanz se llama. A los dos minutos, Bolo inici¨® el zarandeo. Y feliz viv¨ªa el Rayo cuando un despeje fallido de Ballesteros, otro que hizo un partido enorme, dio origen al gol de Z¨¢rate.
RAYO 4 M?LAGA 2
Rayo Vallecano: Lopetegui; Alc¨¢zar, Ballesteros, De Quintana, Mingo; Iv¨¢n, Pablo Sanz (Mauro, m. 72), Quevedo (Bartelt, m. 81), M¨ªchel; Bolic (Helder, m. 64) y Bolo.M¨¢laga: Contreras; Rojas (Edgar, m. 71), Larrainzar, Roteta (Sandro, m. 61), Valcarce; Rufete, Bravo, Movilla, Iznata (Agostinho, m. 70); Z¨¢rate y Dely Vald¨¦s. Goles: 1-0. M. 2. C¨®rner que cabecea Bolo en el punto de penalti. 1-1. M. 24. Libre indirecto que aprovecha Z¨¢rate para marcar de disparo raso. 2-1. M. 37. Saque largo de Lopetegui, Larrainzar no despeja y Bolic se adelanta de cabeza a la salida de Contreras. 3-1. M. 78. Centro de Mauro desde la derecha y Bravo marca en propia meta. 4-1. M. 90. Michel se interna y deja a Bartelt, que supera a Contreras. 4-2. M. 90. Agostinho se escapa por la izquierda y bate a Lopetegui. ?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Bolic, Pablo Sanz, Movilla y Valcarce. Unos 9.000 espectadores en Vallecas.
Aquel moment¨¢neo empate no premiaba el buen juego del Rayo, que en los pocos momentos de duda opt¨® por bombear el bal¨®n, soluci¨®n que tambi¨¦n le fue rentable dada la torpeza con la que los centrales del M¨¢laga se emplearon en ese terreno. Y as¨ª lleg¨® el segundo gol, en el que Larrainzar decidi¨® contemplar los acontecimientos sin mover un m¨²sculo, para jolgorio de Bolic y de la grada.
Pero el M¨¢laga no s¨®lo tuvo problemas atr¨¢s. Dado que la posibilidad de que Bravo pueda gobernar el juego de este equipo -o de cualquier otro- est¨¢ descartada, el M¨¢laga naufrag¨® a lo grande. Contreras no dej¨® de trabajar un instante, pues el Rayo llegaba r¨¢pido una y otra vez, por las bandas, por el centro, por el cielo... Aqu¨ª, un t¨²nel de Michel; all¨ª, un taconazo de Bolic... En ¨¦xtasis vivi¨® el Rayo frente a un adversario enano al que golpe¨® hasta hartarse.
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