C¨¢ritas denuncia la dejadez oficial hacia los "sin techo" y asegura que 48.000 malague?os viven en infraviviendas
, En M¨¢laga hay unas 48.000 personas que no saben lo que es una casa digna. Sus ingresos en la venta ambulante, la recogida de chatarra u otras chapuzas no les permiten salir de la extrema pobreza. Por eso s¨®lo pueden refugiarse en una infravivienda. Es m¨¢s, debido a que trabajan en la econom¨ªa sumergida, no pueden acceder ni al desempleo, ni a la ayuda familiar. Estos datos corresponden a un informe de C¨¢ritas en el que adem¨¢s se advierte que el 70% de esas personas son ni?os.
La organizaci¨®n humanitaria alert¨® ayer sobre un cambio: cada vez hay m¨¢s j¨®venes y mujeres que se incorporan a estas estad¨ªsticas.
Pero la situaci¨®n de los 'sin techo' es a¨²n peor. En M¨¢laga suman cerca de 900. Aunque son los m¨¢s desfavorecidos, pr¨¢cticamente ninguno puede cobrar el salario social, bien porque por su desestructuraci¨®n ni siquiera lo solicitan o porque carecen de una direcci¨®n fija. "La ley es una trampa. Como no tienen familia ni domicilio, no se les da", se quej¨® Gabriel Garc¨ªa, p¨¢rroco del centro de acogida San Juan de Dios.
Representantes de ambas organizaciones y del comedor de Santo Domingo arremetieron ayer contra la "dejadez" oficial frente a las necesidades del colectivo. Seg¨²n sus datos, las administraciones s¨®lo cubren el 17% de la demanda.
Las tres organizaciones incidieron en la situaci¨®n de dos colectivos: los inmigrantes y los enfermos mentales. Los primeros, aseguraron, han desbordado toda la infraestructura de apoyo social, tanto p¨²blica como de ONGs. A tal punto que cerca de medio centenar se ve obligado a pernoctar al raso, en los alrededores de la estaci¨®n de autobuses. Seg¨²n Garc¨ªa, los inmigrantes constituyen un perfil nuevo: "Los metemos en la red de exclusi¨®n, pero no son excluidos, porque seguramente en sus pa¨ªses no viv¨ªan en la calle".
La problem¨¢tica de los vagabundos con trastornos psiqui¨¢tricos no es menor. En M¨¢laga rondan el medio centenar, La mayor¨ªa son personas enajenadas pero que no est¨¢n declaradas incapaces por ning¨²n juez, lo que dificulta su ingreso en un centro psiqui¨¢trico. "Viven en la calle, una situaci¨®n que agrava su patolog¨ªa y que les hace v¨ªctimas de una letan¨ªa de enfermedades", apunt¨® Garc¨ªa.
Las organizaciones han acometido un proyecto para dar atenci¨®n integral a estas personas, aunque con las donaciones s¨®lo han cubierto la mitad de los 160 millones que necesitan. Han solicitado ayudas a las administraciones pero no han obtenido respuesta.
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