Una gran exposici¨®n en Venecia desvela el misterio del poder etrusco
El Palacio Grassi alberga 700 piezas de la primera civilizaci¨®n de la Italia antigua
ENVIADA ESPECIALEl poder, la mujer, la muerte. Los tres pilares sobre los que se apoya la civilizaci¨®n etrusca, han sido desempolvados y puestos de relieve en la exposici¨®n que el Palacio Grassi, de Venecia, abre el pr¨®ximo lunes, hasta el 1 de julio de 2001. Los etruscos son la primera civilizaci¨®n que floreci¨® en territorio it¨¢lico, enmarcada por los r¨ªos T¨ªber y Arno, los montes Apeninos y el mar Tirreno, entre los siglos VIII y VI antes de Cristo. La muestra, patrocinada por Fiat, re¨²ne de forma excepcional 700 piezas de museos europeos.
Papel de la mujer
El montaje del legado de los etruscos est¨¢ destinado a fascinar, sembrar interrogantes y suscitar emociones en el p¨²blico visitante. Se desconoce todo sobre su origen y s¨®lo nos han legado testimonios sobre su fastuosa vida a partir de su culto a la muerte. La civilizaci¨®n etrusca, p¨¢gina fundamental de la Italia antigua, hizo de la opulencia su gran herramienta de poder, y del misterio, una de sus grandes armas.Mario Torelli, comisario cient¨ªfico de la exposici¨®n veneciana, afirma que los etruscos son "los japoneses del mundo antiguo", porque supieron absorber y metabolizar el modelo hel¨¦nico de civilizaci¨®n, adaptarlo a sus necesidades y convertirlo en instrumento de poder, como en nuestro siglo han hecho los japoneses con Occidente. Con ello, los etruscos contribuyeron despu¨¦s a la formaci¨®n y los esquemas pol¨ªticos del poder romano. "La clase dominante de la civilizaci¨®n etrusca fue espl¨¦ndida, y eso fue al final la causa de su muerte", explic¨® ayer Torelli en la presentaci¨®n de la muestra.
Lejos de los t¨®picos
Durante m¨¢s de 200 a?os, a partir de mediados del siglo VIII antes de Cristo, los etruscos desarrollaron su poder en base a una agricultura floreciente y la metalurgia del hierro y el bronce. La clase dominante utiliz¨® la exhibici¨®n de la riqueza como s¨ªmbolo de su hegemon¨ªa en una estructura que dejaba atr¨¢s la sociedad tribal, basada en los linajes, en beneficio de una sociedad articulada en la familia nuclear, seg¨²n Torelli.
En esta estructura el papel de la mujer fue fundamental para la acumulaci¨®n de riquezas y la transmisi¨®n del poder. Las actividades textiles eran privilegio de las mujeres de rango y hay pruebas de que las mujeres etruscas, en conexi¨®n con esta actividad, sab¨ªan escribir. A ellas se debe la difusi¨®n de la escritura alfab¨¦tica, una hip¨®tesis avalada por la existencia de santuarios presididos por divinidades femeninas, con abundantes inscripciones.Sin embargo, los testimonios escritos de los etruscos echan poca luz sobre su cultura. Mucho m¨¢s han iluminado a los investigadores los vestigios dejados por su culto a la vida de ultratumba. Las necr¨®polis de la Etruria meridional eran m¨¢s grandes que sus ciudades, como se apunta en uno de los textos del cat¨¢logo. Algunas de ellas reflejan la disposici¨®n urban¨ªstica de las ciudades y en otras se imita con detalle el interior de las casas privadas, con escenas de la vida cotidiana en pinturas y esculturas.
Hay en los vestigios de los etruscos im¨¢genes del mundo infernal y el viaje al Hades, pero tambi¨¦n se prodigan en alusiones a las fiestas, la abundancia y las celebraciones.
El itinerario que se ha trazado en la exposici¨®n del Palacio Grassi veneciano huye de una explicaci¨®n cronol¨®gica para optar por la tem¨¢tica. A trav¨¦s de 36 salas, se desarrolla cada uno de los aspectos m¨¢s caracter¨ªsticos de su civilizaci¨®n, presentados en piezas de distintos momentos hist¨®ricos. El montaje, ideado para esta muestra por los arquitectos Francesco Venezia y Pierluigi Cerri, utiliza materiales, colores y sonidos que resultan evocadores de esa cultura.
"Buscamos los tonos del paisaje de Etruria en el acero con reflejos azules y el acero oxidado", dijo ayer Venezia. "Hemos preferido hacer reconstrucciones tridimensionales, proyecciones de v¨ªdeo con im¨¢genes evocadoras y sonidos lejanos (el choque de armas en lucha en la sala de la guerra o voces imitando el antiguo lenguaje etrusco en la de la escritura) para realzar un montaje que despierte las emociones".
Los responsables del montaje han querido mostrar de entrada su deseo de presentar al visitante una exposici¨®n alejada de los t¨®picos. Antes de empezar el recorrido, una sala crea en el patio central del edificio un espacio que prepara al visitante para lo que va a ver. Un pozo de luz encerrado en un volumen guarda una sosegada superficie que es como un velo de agua y, en el centro, una figura quebrada de m¨¢rmol negro esculpida por Henry Moore en 1975."Es una obra que Moore realiz¨® mientras viv¨ªa en la Toscana, regi¨®n donde naci¨® la civilizaci¨®n etrusca. La exposici¨®n no s¨®lo reconstruye los hechos ya inexistentes, sino un mundo que pervive en la sensibilidad actual. La figura quebrada se encuentra a menudo en la escultura etrusca (los hornos para cer¨¢mica no eran lo suficientemente grandes) y Moore la reinterpreta a su manera", se?al¨® Venezia.
Entre las 700 piezas que se exhiben destacan el carro femenino de paseo de Castel San Mariano, que durante m¨¢s de 200 a?os ha estado desmembrado en las colecciones de cuatro museos de Europa y que en esta muestra vuelve a estar temporalmente reunido. Son impresionantes tambi¨¦n los sarc¨®fagos y las terracotas, los ajuares funerarios y restos de atuendos guerreros.
La muestra puede ser visitada a trav¨¦s de Internet en la p¨¢gina: www.palazzograssi.it
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