El Ermitage ruso abre cinco salas permanentes en Londres
Peque?a degustaci¨®n
El museo estatal Ermitage, de San Petersburgo, ampl¨ªa su horizonte con la apertura en Londres de cinco salas permanentes donde se rotar¨¢ un reducido porcentaje de sus tres millones de obras de arte. La colaboraci¨®n entre ambas ciudades europeas arranca con una muestra de la colecci¨®n personal de Catalina la Grande que el jueves visit¨® el primer ministro brit¨¢nico Tony Blair y se abre hoy por primera vez al p¨²blico. Cerca de 500 objetos y pinturas ayudan a trazar el perfil pol¨ªtico y social de la emperatriz rusa, la gran coleccionista del siglo XVIII.El Ermitage ha encontrado una f¨®rmula ideal para afrontar las dificultades financieras y exhibir al p¨²blico objetos ¨²nicos de gran valor, de una colecci¨®n que supera los tres millones de piezas, que hasta la fecha conserva en dep¨®sitos cerrados de San Petersburgo. Las salas de Londres, ubicadas en Somerset House, un palacete neocl¨¢sico restaurado este verano al esplendor de su dise?o original del siglo XVIII, tienen car¨¢cter permanente y son las precursoras del ambicioso proyecto de expansi¨®n del antiguo museo imperial ruso.
Su director, el professor Mikhail Piotrovski, proyecta abrir una segunda sucursal en Amsterdam, al tiempo que negocia con la Fundaci¨®n Guggenheim la posibilidad de acercar muestras de la colecci¨®n a sus sedes estadounidenses. Espa?a podr¨ªa igualmente ubicar ejemplos de estos tesoros rusos, rara vez vistos fuera de la ciudad de San Petersburgo, de prosperar los contactos con la Fundaci¨®n Caixa.
Somerset House guarda un lejano paralelismo con el Ermitage. Ambos edificios miran al r¨ªo y se estructuran en torno a un gran patio central. Pero, como sugiere la brit¨¢nica Catherine Phillips, directora del cat¨¢logo de Tesoros de Catalina la Grande, t¨ªtulo de la exposici¨®n inaugural, la sucursal de Londres aspira ¨²nicamente a ser "un consulado" del museo ruso. "Queremos ofrecer al visitante occidental una peque?a degustaci¨®n de lo que se exhibe en San Petersburgo", explica ante un magistral retrato de la emperatriz pintado por Rolsin. El reducido tama?o de las salas londinenses apenas hace justicia al viejo coloso imperial, el llamado Palacio de Invierno. El problema se intenta resolver con una decoraci¨®n que recrea el interior de la sede original, desde suelos tallados de madera, techos pintados al estilo oriental e imitaciones de sus lujosos candelabros. "Queremos que parezca un joyero", se?ala el profesor Piotrovski.
Como complemento a la experiencia, im¨¢genes del museo se transmiten en directo desde la antigua capital de los zares y el visitante puede acceder a la instituci¨®n y al grueso de la colecci¨®n, con informaci¨®n en castellano adem¨¢s de otras lenguas, a trav¨¦s de una serie de ordenadores con acceso a Internet (www.hermitagemuseum.org).
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