La falta de lluvias en el arranque del oto?o deja los pantanos en los niveles m¨¢s bajos desde 1995
![Alejandro Bola?os](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Ffeea00e5-b137-42b1-ba1b-f5ebf33d151f.png?auth=bfe8b0a84668bb5389bc2cc6006bab5ee7b912875154facd406e86599ce27674&width=100&height=100&smart=true)
Las nubes no han dejado de visitar los cielos de la regi¨®n en las dos ¨²ltimas semanas, pero a¨²n con la lluvia golpeando los cristales, la palabra sequ¨ªa es cada vez m¨¢s frecuente en las manifestaciones de los responsables de la gesti¨®n del agua. Las escasas precipitaciones en el arranque de este oto?o no han permitido a los pantanos andaluces recuperarse de dos a?os hidrol¨®gicos secos. Las presas apenas alcanzan ahora un 35% de su capacidad total de embalse, un nivel de reserva que empieza a acercarse a los que se registraban en el ¨²ltimo periodo de sequ¨ªa (1991-1995).
Alerta en la capital
Andaluc¨ªa entr¨® en un nuevo ciclo climatol¨®gico en el oto?o de 1998; tras tres a?os de abundantes precipitaciones, que borraron el fantasma de la sequ¨ªa, la regi¨®n registr¨® el a?o hidrol¨®gico (del 1 de septiembre al 31 de agosto de 2000) m¨¢s seco de las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas. Una circunstancia que apenas afect¨® a regantes, consumidores o industrias: el colch¨®n de reservas de agua era a¨²n muy importante, con los pantanos por encima del 70% de su capacidad de embalse total.Los responsables p¨²blicos de la gesti¨®n del agua se congratulaban entonces de que las reservas acumuladas entre 1996 y 1998 permit¨ªan garantizar el abastecimiento a la poblaci¨®n durante a?o y medio o dos a?os, aun en las condiciones m¨¢s extremas. Pues bien, el tiempo ha pasado y Andaluc¨ªa se ha situado en la antesala de la sequ¨ªa: si, por tercer a?o consecutivo, se repite un invierno seco, la comunidad iniciar¨¢ el verano con embalses por debajo del 25%, el umbral que marca el inicio de restricciones.
Las primeras alarmas se encendieron en el campo: la falta de lluvias ha provocado el descenso de la producci¨®n agraria en las dos ¨²ltimas campa?as, tras alcanzar un registro hist¨®rico en 1997. En el invierno pasado, las asociaciones agrarias cifraban en 400.000 millones la merma de ingresos por la escasez de precipitaciones y anunciaban movilizaciones para reclamar a las administraciones compensaciones econ¨®micas.
Las inhabituales lluvias de la primavera acallaron las quejas, pero ni esas precipitaciones ni las del inicio del pasado a?o hidrol¨®gico (en septiembre y octubre de 1999 doblaron la media hist¨®rica) han servido para frenar el descenso de las reservas en los pantanos; la mayor cantidad de agua se acumula en los meses de noviembre, diciembre y enero, periodo que en los dos ¨²ltimos a?os ha sido muy seco.
Adem¨¢s, las lluvias en el arranque de este a?o hidrol¨®gico han sido escasas, aunque no tanto como en el oto?o de 1998. Hasta el 19 de noviembre, los datos de distintos observatorios (ver gr¨¢fico) de las provincias de M¨¢laga, C¨®rdoba, Ja¨¦n, Huelva y Sevilla reflejan un nivel de precipitaciones bastante inferior a la media hist¨®rica. Las provincias occidentales son las que muestran mayor d¨¦ficit (63,9 litros por metro cuadrado en Sevilla capital, cuando lo normal para este periodo es 172 litros; 77 litros en Huelva frente a los hist¨®ricos 141).
Con un inicio oto?al tan escaso en lluvias, las reservas de los pantanos de la cuenca del Guadalquivir se han situado en un 32% de su capacidad de embalse, cuando en 1998, por estas fechas, se encontraban al 68,2%. Eso s¨ª, a¨²n se est¨¢ lejos del nivel de m¨¢xima carest¨ªa, como el 9,5% de noviembre de 1995.
En la cuenca del Sur, la situaci¨®n es similar, con un 31,5% de las reservas totales frente al 61% de 1998; algo mejor est¨¢n las presas del Guadalete (42,9%), lo que compensa el baj¨ªsimo nivel del sistema vecino del Barbate (14%). La cuenca del Guadiana, como es habitual, se mantiene en registros m¨¢s altos (60%).
La cuenca del Guadalquivir que, a diferencia de la del Sur (cuyos problemas est¨¢n en la sobreexplotaci¨®n de acu¨ªferos), depende en gran medida del agua embalsada, es la que antes refleja el delicado estado h¨ªdrico en el que se encuentra la regi¨®n. La dotaci¨®n para los regad¨ªos del valle (450.000 de las 700.000 hect¨¢reas de riego andaluzas) sufrir¨¢n una nueva rebaja hasta los 1.500 metros c¨²bicos por hect¨¢rea en la pr¨®xima primavera.
Las lluvias de los ¨²ltimos quince d¨ªas s¨ª han permitido al alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, posponer la declaraci¨®n de estado de sequ¨ªa para la ciudad. Los cuatro embalses que abastecen a la capital y su cintur¨®n urbano est¨¢n al 33,7%, apenas tres puntos por encima de lo que la empresa municipal Emasesa considera un estado de sequ¨ªa grave.La declaraci¨®n de sequ¨ªa permitir¨¢ a S¨¢nchez Monteseir¨ªn poner en pr¨¢ctica varias ordenanzas municipales, que fijan objetivos de ahorro en el consumo (hasta un 7,5% en una primera fase) y la aplicaci¨®n de sanciones econ¨®micas (hasta 300.000 pesetas) a los derrochadores, que pueden llegar al corte de suministro durante 24 horas.
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