"No vamos a Niza con mentalidad de bloqueo"

La Conferencia Intergubernamental (CIG) de los pa¨ªses miembros de la Uni¨®n Europea (UE), que se re¨²ne a partir del jueves en Niza, es sin duda el hueso m¨¢s duro que le ha tocado roer a Josep Piqu¨¦, de 45 a?os, en los meses que lleva como ministro de Exteriores. Otro mal trago es el del submarino 'Tireless'. Pero la atenci¨®n en Niza est¨¢ puesta en esa redistribuci¨®n de poder que preparan los Quince antes de ampliar sus fronteras hacia el Este.El Gobierno se juega todo en el objetivo de conseguir que Espa?a tenga el mismo peso en la UE que los pa¨ªses m¨¢s grandes, y el contexto no es f¨¢cil. Alemania quiere tener m¨¢s votos que los dem¨¢s y Francia no acepta tener menos votos que Alemania.Pregunta. Espa?a quiere estar entre los grandes de Europa. ?Son man¨ªas de grandeza?

Respuesta. No. Espa?a quiere jugar el papel que entiende que le corresponde en la Uni¨®n Europea, y que no es producto de ning¨²n af¨¢n de grandeza, ni tampoco del voluntarismo, sino del peso espec¨ªfico que Espa?a se ha ido ganando a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas.

P. Pero los intereses espa?oles suelen coincidir m¨¢s con los de los pa¨ªses peque?os de la UE que con los de los grandes...

R. ?se es uno de los t¨®picos que nos tenemos que esforzar en combatir. Todav¨ªa sobrevive esa imagen de una Espa?a con intereses muy concretos en sectores poco competitivos o encerrada en s¨ª misma y propensa a la protecci¨®n. Y eso no tiene nada que ver con la realidad de nuestro pa¨ªs. Hoy, Espa?a tiene una econom¨ªa m¨¢s abierta que cualquiera de los cuatro grandes de la Uni¨®n y est¨¢ entre los seis primeros pa¨ªses del mundo en cuanto a inversi¨®n exterior. Eso significa que cada vez hay m¨¢s intereses coincidentes entre Espa?a y los grandes pa¨ªses.

P. De todos modos, el criterio que se est¨¢ utilizando para redistribuir el poder en el Consejo Europeo es el de la poblaci¨®n, de modo que Espa?a no va a poder tener los mismos votos que Alemania.

R. Yo creo que, en eso que se llama la restructuraci¨®n del poder de cada pa¨ªs en el Consejo, hay que intentar conjugar dos principios: el primero es el que se deriva del peso demogr¨¢fico y, por tanto, creo que una reestructuraci¨®n a favor de los pa¨ªses m¨¢s poblados responde a un criterio democr¨¢tico elemental. Pero al mismo tiempo no hay que olvidar que la Uni¨®n reposa sobre el acuerdo entre Estados, y en ese sentido, por definici¨®n, todos los Estados son iguales entre s¨ª. Debemos intentar hacer compatibles los dos principios y ver hasta d¨®nde se puede llegar. Es obvio que Alemania tiene m¨¢s poblaci¨®n que Espa?a, como tiene m¨¢s poblaci¨®n que Francia, Italia o el Reino Unido, y yo quiero recordar que la diferencia entre Alemania y esos tres pa¨ªses es superior a la que existe entre ¨¦stos y Espa?a.

P. El objetivo espa?ol se concreta en la pretensi¨®n de tener la misma capacidad de bloquear decisiones que los grandes.

R. As¨ª es. No tenemos un criterio r¨ªgido desde el punto de vista del n¨²mero de votos.

P. ?Tanta insistencia en la capacidad de bloqueo no indica un miedo a Europa?

R. No. No s¨®lo no tenemos miedo a Europa, sino que apostamos por Europa; pero s¨ª queremos que se concrete ese papel creciente y significativo de Espa?a.

P. ?No tiene miedo a perder los fondos de cohesi¨®n?

R. Yo creo que hay que expresarlo de manera distinta. Como pa¨ªs, el d¨ªa que perdamos el derecho a recibir fondos de cohesi¨®n en virtud de nuestra mayor renta querr¨¢ decir que habremos conseguido un ¨¦xito colectivo, que es el de habernos incorporado a los pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos de la Uni¨®n. Lo l¨®gico y lo deseable, aunque eso no se producir¨¢ hasta la pr¨®xima d¨¦cada, es que Espa?a sea un contribuyente neto. Otra cuesti¨®n es que hay un esquema fijado hasta 2006 que, desde nuestro punto de vista, es intocable, nadie lo discute, y despu¨¦s habr¨¢ que prever mecanismos de adaptaci¨®n a una nueva situaci¨®n. Pero Espa?a no aspira indefinidamente a recibir fondos. Somos mucho m¨¢s ambiciosos. Lo que queremos es estar cuanto antes entre los pa¨ªses ricos.

P. Pero s¨ª aspira a recibir fondos despu¨¦s de 2006.

R. Yo creo que eso es de sentido com¨²n. Por mucho que avancemos hacia la convergencia real, lo que no se puede pretender es pasar de cien a cero de un d¨ªa para otro.

P. ?Pedir fondos de cohesi¨®n y querer ser al mismo tiempo de los grandes no es contradictorio?

R. Podr¨ªa parecerlo a primera vista, y lo ser¨ªa si esos fondos no se utilizaran de manera adecuada. Pero Espa?a los est¨¢ haciendo compatibles con una clar¨ªsima modernizaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, con una clar¨ªsima apertura hacia el exterior y una proyecci¨®n internacional espectacular. Hay que ver las cosas en ese contexto.

P. Pues parece que Alemania y otros grandes no lo entienden as¨ª.

R. Creo que en estas cosas lo que hay que hacer es un esfuerzo permanente de pedagog¨ªa, de explicaci¨®n de posiciones que est¨¦n sostenidas por los hechos. Es lo que hacemos todos los d¨ªas, y quiero creer que con resultados tangibles.

P. Chirac plante¨® el otro d¨ªa en Madrid una idea muy clara: Francia tendr¨¢ los mismos votos que Alemania. ?Cree usted que ¨¦ste es un criterio inamovible?

R. Yo tengo la obligaci¨®n de creer lo que expresa Francia a trav¨¦s de su presidente. Desde nuestro punto de vista, esa posici¨®n de Francia puede complicar la soluci¨®n, pero incluso en ese marco se puede trabajar.

P. ?Hay que entender que el pa¨ªs que ostenta la presidencia de la UE se presenta como el m¨¢s r¨ªgido antes de esta cumbre?

R. Habr¨¢ que esperar al desarrollo de la Conferencia Intergubernamental, pero lo que s¨ª compartimos todos, y desde luego la presidencia, es que es vital que Niza no sea un fracaso, porque eso ser¨ªa un mensaje muy negativo para la opini¨®n p¨²blica europea y para la opini¨®n p¨²blica de los pa¨ªses candidatos. Por eso, todos vamos en disposici¨®n de cerrar acuerdos; como dec¨ªa el presidente Chirac ayer mismo, de darle una sorpresa al presidente de la Comisi¨®n, al se?or Prodi, que est¨¢ considerando probable que la cumbre fracase.

P. Si Francia mantiene sus ideas, ?qu¨¦ soluci¨®n cabe para el caso espa?ol que no sea la de tener los mismo votos que Francia y Alemania?

R. Hay soluciones matem¨¢ticamente posibles, como las que se derivan, por ejemplo, de los votos de cada pa¨ªs y de la capacidad de bloqueo correspondiente que exist¨ªa en el a?o 1986. Espa?a entr¨® con menos votos que los grandes, pero el margen de maniobra y el encaje institucional estaba bien definido.

P. De todos modos, si el pr¨®ximo domingo, a la clausura de la cumbre, Espa?a no ha obtenido lo que quiere, ?qu¨¦ se har¨ªa?

R. Yo no quiero anticipar ese tipo de escenario, porque no es bueno que ni Espa?a ni ning¨²n otro pa¨ªs vaya a la cumbre con el talante de pensar que, si no hay acuerdo, se puede bloquear cualquier tipo de soluci¨®n. No vamos a Niza con mentalidad de bloqueo, y espero que ning¨²n otro pa¨ªs vaya con esa mentalidad.

P. ?Un fracaso en Niza ser¨ªa el fin del mundo?

R. Ser¨ªa muy negativo, pero desde luego no el fin del mundo. Hay que seguir trabajando. Europa es la historia de un ¨¦xito, a pesar de todas las dificultades y de todas las cr¨ªticas, y yo soy muy optimista respecto al futuro a medio plazo.

P. ?Y respecto a Niza?

R. Soy m¨¢s optimista que el presidente Prodi.

P. Es inevitable que hablemos del submarino brit¨¢nico Tireless. Parece indudable que en el arranque va a haber un riesgo.

R. Yo creo que hay que situar las cosas en su justo t¨¦rmino. Espa?a es un pa¨ªs que desde hace much¨ªsimos a?os tiene centrales nucleares que tienen sus paradas t¨¦cnicas y que luego tienen que ponerse en marcha. Tenemos experiencia m¨¢s que suficiente para saber cu¨¢les son las garant¨ªas necesarias para que no exista n¨ªng¨²n riesgo, y tenemos la seguridad de que las autoridades brit¨¢nicas van a aplicar todas las garant¨ªas que, por otra parte, est¨¢n establecidas en protocolos internacionales para asegurar que, cuando se vuelva a poner en marcha el reactor, se va a hacer con toda la seguridad.

P. ?No tiene la sensaci¨®n de que Londres le ha tomado el pelo?

R. No; al contrario, tengo la sensaci¨®n de que el Reino Unido ha sido completamente honesto en sus planteamientos.

P. ?Se ha perdido una buena ocasi¨®n para atraerse la simpat¨ªa de los llanitos porque no se ha adoptado una actitud m¨¢s decidida frente a los brit¨¢nicos?

R. No creo que este asunto deba plantearse en estos t¨¦rminos. Los habitantes de Gibraltar tendr¨¢n que llegar alg¨²n d¨ªa a la conclusi¨®n de que, para sus propios intereses, les resulta m¨¢s conveniente estar bajo soberan¨ªa espa?ola que bajo soberan¨ªa brit¨¢nica en una colonia reivindicada por Espa?a. Ese proceso es largo. Durante unos a?os se intent¨® esa pol¨ªtica que usted menciona de atracci¨®n de simpat¨ªa, y tengo la sensaci¨®n de que no se pierde gran cosa.

P. Pero reconocer¨¢ que las autoridades gibraltare?as han sido m¨¢s beligerantes que Espa?a con el Gobierno colonial...

R. Lo ¨²nico que le puedo decir es que el Gobierno espa?ol es un Gobierno serio de un pa¨ªs serio que forma parte de la misma alianza militar que el Reino Unido y es socio de ¨¦ste en la Uni¨®n. Eso comporta deberes de responsabilidad.