Casi la mitad de los inmigrantes vive en Catalu?a y Madrid
En Espa?a hay 607.057 inmigrantes no europeos, seg¨²n las ¨²ltimas estad¨ªsticas de que dispone el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. La mayor¨ªa se concentra en Catalu?a (178.617) y Madrid (149.327). El Programa Global de Regulaci¨®n y Coordinaci¨®n de la Extranjer¨ªa y la Inmigraci¨®n en Espa?a (Greco) afirma que el grupo m¨¢s numeroso procede de Marruecos (161.870) y trabaja en el sector servicios, en labores agr¨ªcolas y en la construcci¨®n.
Concentraci¨®n en Levante
Estas cifras corresponden a los inmigrantes controlados por la Administraci¨®n: extranjeros no comunitarios con permiso de residencia en vigor y los que han solicitado regularizar su situaci¨®n. Aunque los organismos oficiales no se arriesgan a aventurar el tama?o de la bolsa de irregulares, las estimaciones de los sindicatos y las ONG pueden dar una idea de su magnitud. Baste un ejemplo: el Centro de Informaci¨®n de Trabajadores Migrantes, entidad ligada a Comisiones Obreras, calcula que s¨®lo en la Comunidad Valenciana hay entre 25.000 y 30.000 personas indocumentadas.Dentro de Catalu?a, las zonas de mayor concentraci¨®n son Barcelona y su ¨¢rea metropolitana, Catalu?a central, Girona -Costa Brava- y el ¨¢rea frut¨ªcola de Lleida. Los marroqu¨ªes forman el colectivo m¨¢s numeroso. La mayor¨ªa vive en el cintur¨®n industrial de Barcelona y en zonas de la Catalu?a central. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Inmigrantes Marroqu¨ªes (ATIME) en los ¨²ltimos a?os han cambiado sus empleos de alba?iles y agricultores y trabajan en todos los sectores. Tras ellos, los subsaharianos registran un continuo crecimiento. Senegaleses y gambianos trabajan en los invernaderos de flores de la comarca del Maresme (Barcelona), en la construcci¨®n y en la floreciente industria agroalimentaria de la Catalu?a central.
El 60% de los llegados a Madrid reside en la capital, sobre todo en los distritos de Centro, Tetu¨¢n y Ciudad Lineal. Los dos primeros son barrios antiguos en los que es posible encontrar viviendas peque?as, a menudo carentes de servicios b¨¢sicos (retrete, ventilaci¨®n...) a cambio de un alquiler barato. El tercero es un distrito de clase media baja. Fuera de la capital, las localidades con mayor concentraci¨®n son Alcal¨¢ de Henares (donde existe una importante comunidad polaca), M¨®stoles (que acoge a m¨¢s de 3.000 africanos) y Alcobendas. Ocho de cada diez inmigrantes, en especial las mujeres, trabajan en el sector servicios: asistencia dom¨¦stica o cuidando ni?os, enfermos y ancianos.
El perfil de los residentes no comunitarios es muy desigual en Andaluc¨ªa, la tercera regi¨®n de acogida. Su ocupaci¨®n var¨ªa seg¨²n la demanda de cada provincia. Los invernaderos de Almer¨ªa y la hosteler¨ªa de M¨¢laga son los imanes laborales m¨¢s importantes. El peso inmigratorio en Almer¨ªa, aparte de la gran demanda de mano de obra para los cultivos bajo pl¨¢stico, que ocupan 280 kil¨®metros cuadrados de la superficie de la provincia, se debe a un peculiar "efecto de gestor¨ªa de permisos", en palabras de Pedro Moya, director general de Pol¨ªticas Migratorias de la Junta: "Muchos se han instalado all¨ª porque cre¨ªan que les resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil regularizar su situaci¨®n".
Adem¨¢s, Andaluc¨ªa presenta otro fen¨®meno casi exclusivo: la llegada masiva de menores norteafricanos. En mayo eran el 45% de todos los acogidos en los centros que la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales destina a este fin.
Valencia, Castell¨®n, Alicante y Elche albergan las mayores concentraciones de inmigrantes, en su mayor parte marroqu¨ªes, en la Comunidad Valenciana. Esto es debido a que la mayor¨ªa trabaja en el sector servicios. Fuera de los n¨²cleos urbanos hay bolsas de extranjeros extraeuropeos en el norte e interior de la provincia de Castell¨®n, de actividad ganadera, y en las comarcas de La Costera, La Canal de Navarr¨¦s y La Safor, cuya riqueza procede del cultivo de c¨ªtricos. Las huertas de la Vega Baja, en Alicante, tambi¨¦n dan empleo a muchos de ellos.En s¨®lo cuatro a?os, el n¨²mero de extranjeros empadronados en la Comunidad de Murcia se ha multiplicado por seis. Las ONG calculan que la cifra real supera en unas 10.000 personas las estad¨ªsticas oficiales. Un 60% es de origen magreb¨ª y acude atra¨ªdo por la demanda de trabajo en el Campo de Cartagena, Mar Menor, Guadalent¨ªn (Lorca, Totana, Mazarr¨®n y ?guilas) y la huerta murciana. Los sindicatos denuncian la preferencia de algunos empresarios por contratar personas sin documentaci¨®n, a las que pagan entre 5.000 y 6.000 pesetas por jornadas de nueve a diez horas. En el primer semestre del a?o la Inspecci¨®n de Trabajo ha levantado 250 actas por contrataci¨®n irregular.
El mapa de la inmigraci¨®n demuestra que la aparici¨®n de brotes xen¨®fobos tiene relaci¨®n directa con la concentraci¨®n de trabajadores extranjeros.
Especialmente graves fueron los conflictos registrados el mes de febrero en El Ejido (Almer¨ªa), 17.000 de cuyos 52.000 habitantes son inmigrantes. El asesinato de una muchacha de la localidad, presuntamente a manos de un magreb¨ª en tratamiento psiqui¨¢trico, desencaden¨® una ola de violencia que ha dejado en el pueblo una herida dif¨ªcil de cicatrizar. Meses antes, en julio del a?o pasado, un joven magreb¨ª fue apu?alado en un barrio de Terrassa (Barcelona) que alberga una de las mayores concentraciones de inmigrantes de la provincia de Barcelona.
Con informaci¨®n de Miquel Noguer (Barcelona), Bego?a Aguirre (Madrid), Tereixa Constenla (Almer¨ªa), Jaime Prats (Valencia) y Antonio D. Aguilar (Murcia).
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