Evangelio
Las marisquer¨ªas de post¨ªn han decorando los centollos con espumill¨®n para degustarlos con la especialidad del relleno de Dios. El siglo se cierra entre las valvas miniadas de una ostra: en la primera, Lenin y una patulea de bolcheviques se achicharran en la parrilla de la perversidad; en la segunda, Adam Smith escenifica la alegor¨ªa de la abundancia: su mano invisible administra el mercado como el nuevo vi¨¢tico a las potestades financieras y empresariales. Los cart¨®grafos del pensamiento ¨²nico, grande y libre, han actualizado el mapamundi, y Bel¨¦n cae en Tarifa. Los magos hambrientos llegan de oriente y del devastado territorio subsahariano, andan sobres las aguas, pero no llegan ni al portal de la Ley de Extranjer¨ªa: mueren por disparos fortuitos, por extra?os gases t¨®xicos o con los intestinos esparcidos en una solitaria carretera.El esp¨ªritu de la Navidad ya se cotiza casi a la par del d¨®lar y si el Ibex se porta, por unos miles de duros se puede adquirir, en los grandes almacenes o en los concesionarios, y no se paga hasta el milenio que viene, o sea, hasta dentro de un mes. Como el mercado se las pinta solo para la milagrer¨ªa, aquel viejo y obsoleto esp¨ªritu de Navidad que iba a base de paja de camello y zambombas de botes de conserva y ca?avera, a¨²n se puede homologar: se prima con el plan eurovillancico, para que hasta los ciudadanos m¨¢s modestos estrenen el fet¨¦n, aunque sea con cigalas de congelador, que sin relleno divino, saben a mar disecado y a despojo de ap¨®stol.
Los te¨®ricos del neoliberalismo han cumplido; y con toda generosidad, en lugar de globalizar a Dios, han puesto uno en cada centollo, en cada angula o en cada langosta, para que los ricos sean m¨¢s ricos y m¨¢s campechanos. Y eso s¨ª, con las sobras del caldo y un suced¨¢neo compuesto han empapado el mejill¨®n en escabeche y la almeja chilena enlatada. Ya no hay clases y consecuentemente ya no hay lucha de clases. La falacia revolucionaria se ha ido al garete. Lo dice el nuevo evangelio: s¨®lo hay banqueros y pobres; explotadores y votantes.
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