Puntualizaciones

He lamentado much¨ªsimo no poder atender a los requerimientos telef¨®nicos de su peri¨®dico, por hallarme trabajando durante estos d¨ªas en la Universidad de Berna. Me gustar¨ªa, sin embargo, rectificar en algunos extremos la informaci¨®n que su diario aporta, a prop¨®sito de una pol¨¦mica desatada por m¨ª en la Feria del Libro de Guadalajara:1. No es cierto que yo enviara cr¨®nicas al diario Abc desde dicha ciudad sobre los avatares de la feria. El ¨²nico art¨ªculo que publiqu¨¦ durante mi estancia mexicana glosaba en un tono humor¨ªstico ciertas histerias desatadas por la enfermedad de las vacas locas.

2. S¨ª he escrito, a mi regreso, algunos art¨ªculos de opini¨®n en los que reitero lo que intent¨¦ denunciar en dicha ciudad. En 'Cainismo cultural', publicado 2 de diciembre en Abc, resumo mi intervenci¨®n guadalajare?a (y, como comprender¨¢, yo s¨®lo asumo mis palabras, no las interpretaciones que puedan suscitar), donde present¨¦ como rasgo m¨¢s caracter¨ªstico e inveterado de la idiosincrasia espa?ola cierta tentaci¨®n frentista, que en el ¨¢mbito literario se al¨ªa con frecuencia a intereses medi¨¢ticos. Esta propensi¨®n de nuestro mundo cultural a atrincherarse en polos de distinto signo ha quedado m¨¢s que corroborada con las reacciones de la prensa espa?ola a mis palabras, que han sido tan desaforadas y cainitas que no hacen sino confirmar mi denuncia.

3. Como ejemplo de esta concepci¨®n cainita de la literatura, glos¨¦ durante mi intervenci¨®n un par de frases del trabajo de Fernando Valls, incluido en el citado libro editado por el ministerio. Por la disposici¨®n de dichas frases, se apreciaba c¨®mo el elogio dirigido a Juan Benet -mereced¨ªsimo, jam¨¢s dije yo que fuera excesivo, como alguna vez se me ha atribuido, maliciosamente- se robustec¨ªa con el desd¨¦n inmereced¨ªsimo que previamente se dispensaba a Camilo Jos¨¦ Cela. No hacen falta conocimientos hermen¨¦uticos para detectar contraste tan subrayado. No entr¨¦ a criticar -como ha hecho cierto periodismo gacetillero y bastante cutre- los pormenores de un texto que me parece insignificante y p¨¦simamente escrito; s¨ª lament¨¦, en cambio, que el ministerio acogiese bajo su ¨¦gida un art¨ªculo que, am¨¦n de silenciar a escritores sin los cuales no puede entenderse la literatura espa?ola de nuestro tiempo (de Fernando Arrabal a Terenci Moix, por citar dos de mis preferencias m¨¢s arraigadas), hac¨ªa apreciaciones tan beligerantes como la descrita.

4. La manipulaci¨®n de mis palabras, desde entonces, ha adquirido rasgos caricaturescos. Ni yo arremet¨ª contra el grupo editorial de EL PA?S y Alfaguara (en todo caso, podr¨ªa interpretarse que arremet¨ª indiscriminadamente contra todos los que fomentan el frentismo cultural), ni demostr¨¦ signo alguno de pataleta porque mi nombre "no figure en el art¨ªculo de Valls", como declara don Carlos Garc¨ªa Gual, pues me considero un escritor suficientemente recompensado por el aprecio de mis lectores en todo el mundo. Yo, en efecto, no figuro en dicho art¨ªculo, donde tampoco comparece ning¨²n escritor de mi edad; los menos talluditos creo que me aventajan en 10 a?os, o casi.

5. Por el tono del art¨ªculo de su peri¨®dico, parece insinuarse que mi intervenci¨®n en Guadalajara obedeci¨® a una estrategia coordinada por determinados medios de comunicaci¨®n. Quiero especificar que los concili¨¢bulos me repugnan; obr¨¦ a t¨ªtulo particular y a pecho descubierto, sin otro inter¨¦s que pronunciar mi verdad (que seguramente no sea la Verdad).- Juan Manuel de Prada. Universidad de Berna. Berna, Suiza.