El Consell en su torre
Despu¨¦s de casi quince meses de brotes epid¨¦micos, de estragos, de silencios y vacilaciones, y de cinco muertes por la bacteria de la legionella, el Gobierno popular de la Comunidad Valenciana ha dado en la farsa de investigarse en familia. Si es dif¨ªcil encontrar un precedente tan flagrante de incompetencia pol¨ªtica y de desidia en la gesti¨®n de la salud p¨²blica, a¨²n lo es m¨¢s presenciar un ejercicio de malabarismo tan espectacular como absurdo. Cualquier dictamen que emita finalmente esa comisi¨®n para escamotear las chapuzas perpetradas ha de ponerse bajo la sospecha y el cloro, por sus presumibles complicidades. Sus actuaciones solo pretender dar el carpetazo a un expediente demasiado extremado y de absolver a cuantos est¨¢n implicados en un caso que reclama, con apremio, transparencia y reparaciones. Los hechos son irrefutables y de una gravedad tal, que dif¨ªcilmente se pueden encubrir con una ret¨®rica de tecnicismos y divagaciones.Causa estupor e irritaci¨®n que el Consell haya permanecido indiferente y destemplado, durante los ocho meses en los que las recomendaciones del Instituto Carlos III del Ministerio de Sanidad han permanecido sobre la mesa, sin inspirar otra cosa m¨¢s que vaporosas intenciones, cuando en el estudio epidemiol¨®gico se recomendaba "una norma legislativa al respecto". La norma s¨®lo se decret¨® el pasado martes, cuando el n¨²mero de afectados por legionelosis era de unos 150, y las v¨ªctimas mortales, cinco, aunque Sanidad s¨®lo reconozca la ¨²ltima como originada por la bacteria. Causa estupor e irritaci¨®n que para justificar la torpeza o negligencia se apele al recurso de la muletilla del silencio "para evitar que cunda la alarma", en lugar de informar ampliamente a los alcoyanos y a los valencianos, en general, de las precauciones y medidas m¨¢s adecuadas para afrontar los brotes infecciosos. Causa estupor e irritaci¨®n la desfachatez de disponer una comisi¨®n de investigaci¨®n, imponiendo sus criterios y haciendo caso omiso de las sugerencias y condiciones de socialistas y EU, a cuyos miembros, adem¨¢s, se les entreg¨® la documentaci¨®n a destiempo. Y causa estupor e irritaci¨®n que, cuando la oposici¨®n los dej¨® plantados, algunos populares como Maluenda y Carmen N¨¢cher invocaran pr¨¢cticas democr¨¢ticas, que han enfangado con su proceder. Frases como "huida del Estado de derecho", "grave acto de irresponsabilidad" o "impropios de partidos democr¨¢ticos" no responden si no a su propia imagen en el espejo de una turbia conciencia. La desinformaci¨®n s¨ª vulnera los principios constitucionales; la irresponsabilidad se concreta en 15 meses sin resolver una situaci¨®n de riesgo; la falta de democracia, en no negociar las condiciones de los otros partidos que configurar la C¨¢mara; y en el incumplimiento de la promesa de Zaplana de constituir una comisi¨®n "sin l¨ªmites". Y si la oposici¨®n resulta "extraparlamentaria", como la calific¨® Rafael Maluenda, cuando abandon¨® la sala, ser¨¢ porque el Consell ha insinuado sus solapados impedimentos, para no llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias la investigaci¨®n rigurosa que este asunto exige.
Como de costumbre, quienes pagan un alto precio por esa posici¨®n titubeante, dilatoria y ocultista del Consell y de los titulares de Sanidad y Medio Ambiente, son los ciudadanos de Alcoy que han vivido y a¨²n viven en la incertidumbre y en la zozobra. A partir de este clamoroso batacazo, el gobierno de Zaplana ya no est¨¢ para m¨¢s trotes. Su debilidad es visible. Tan visible como el rid¨ªculo de los despojos de una pat¨¦tica comisi¨®n interrog¨¢ndose a s¨ª misma. Algo ciertamente grotesco, que da la medida del cinismo de unas instituciones que necesitan tambi¨¦n un en¨¦rgico tratamiento: las torres de frescura de algunos pol¨ªticos, que han dilapidando su escasa credibilidad. No hay enemigo microsc¨®pico. La legionella les ha embestido con crudeza. L¨¢stima que la exhibici¨®n de su incapacidad, haya costado cinco vidas, decenas de afectados y muchas inquietudes.
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