Blanco y negro
La lectura de la propuesta de pacto de socialistas y populares frente a ETA provoca una doble sorpresa: ?es que ni siquiera estaban todav¨ªa de acuerdo en estos puntos?, ?en qu¨¦ ayuda este pacto a entender el m¨¢s all¨¢ pol¨ªtico del conflicto nacional-terrorista? La segunda cuesti¨®n puede parecer inadecuada, de no constatar que estamos a m¨¢s de treinta a?os de distancia del primer atentado de ETA y a menos de quince d¨ªas de una de sus ofensivas m¨¢s sangrientas. Adem¨¢s, se asegura que ETA no ha querido ensangrentar el pacto, pero que ya tiene preparadas las rebajas y la gran liquidaci¨®n fin de temporada, habida cuenta de que los fil¨®sofos del pacto parten de la idea de la inevitabilidad de las eleciones vascas anticipadas.Por otra parte, un pacto que no ha entusiasmado ni a sus redactores tampoco puede suscitar grandes entusiasmos externos y el m¨¢ximo elogio extramuros que se ha escuchado es: algo es algo. En efecto, algo es porque ocupa una peque?a parte del espacio de la nada, pero cae sobre ¨¦l la sospecha de que ha sido elaborado a la medida socialista de c¨®mo debemos acercanos a las elecciones anticipadas y de los retrocesos de la prepotencia aznarista a la vista de c¨®mo les salen las cuentas electorales: el PNV donde estuvo y el PP casi donde estaba, ETA en las monta?as y el PSOE en pleno debate sobre el sexo de los ¨¢ngeles, mientras la calle pide di¨¢logo y el ¨²nico ofertado es el del PSOE y el PP, porque est¨¢ escrito que los partidos mayoritarios recen el rosario de vez en cuando.
A esta propuesta le van a caer encima opiniones, opiniones y opiniones y probablemente bombas, bombas y bombas, sin que de su redactado se sublime un paso m¨¢s all¨¢ de propuesta pol¨ªtica de futuro o con futuro. Para los optimistas es un paso atr¨¢s que permita luego dar dos adelante, y para los pesimistas un simple paso atr¨¢s para recuperar el paso perdido tras los acuerdos de Ermua y aquella tregua en tecnicolor, la gran zanahoria que ETA us¨® para convencernos de que el cine vasco hasta pod¨ªa ofrecernos pol¨ªtica-ficci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.