Carne de horca con honor
P¨¦rez-Reverte habla de las aventuras del capit¨¢n Alatriste en la Universidad Hispalense
Espadachines, rufianes, aventureros y ladrones se daban cita en Sevilla en el siglo XVII. Espa?a era la potencia pol¨ªtica m¨¢s importante. El descubrimiento y conquista de Am¨¦rica llenaban de riquezas a un imperio presto a despilfarrarlas en defensa de la fe cat¨®lica frente a los herejes. Y Sevilla serv¨ªa de punto de conexi¨®n entre la metr¨®poli y un nuevo continente que promet¨ªa sue?os tan desaforados como El Dorado o la fuente de la eterna juventud. ?Qu¨¦ mejor lugar exist¨ªa entonces para que el capit¨¢n Alatriste continuara sus andanzas? En efecto, este personaje desempe?a una peligrosa misi¨®n en Sevilla en El oro del rey (Alfaguara), la cuarta novela que Arturo P¨¦rez-Reverte le ha dedicado."Sevilla era la capital del mundo, la ciudad por excelencia. Todos los cl¨¢sicos de los siglos XVI y XVII hacen referencia a Sevilla", explic¨® ayer el escritor en el aula magna de la Facultad de Filolog¨ªa de la Universidad de Sevilla ante dos centenares de estudiantes. Le acompa?aban dos amigos con los que suele compartir sus paseos por Sevilla, los escritores Juan Eslava Gal¨¢n y Rafael de C¨®zar. Los tres entablaron un coloquio ante el p¨²blico sobre la cuarta entrega de Alatriste. P¨¦rez-Reverte tiene tanta ley a sus amigos que los convierte en personajes de sus novelas. Eslava Gal¨¢n es en El oro del rey un proxeneta fuerte y bravo que Alatriste recluta entre "la chusma y la escoria" de Sevilla. El Gal¨¢n de la Alameda le llaman a este simp¨¢tico personaje. El escritor Eslava Gal¨¢n vive casualmente junto a la Alameda de H¨¦rcules. Rafael de C¨®zar ser¨¢ en la siguiente novela de Alatriste un director de una compa?¨ªa teatral poco amigo de pagar a los autores.
Tras el coloquio llegaron las preguntas de unos estudiantes ¨¢vidos de vida y literatura. P¨¦rez-Reverte recalc¨® c¨®mo estos espadachines que recluta Alatriste a la vez que "vend¨ªan a su madre por un dobl¨®n de oro", ten¨ªan un c¨®digo de conducta, unos valores que nunca vulneraban. "Eran carne de horca, pero ten¨ªan su honor", rubric¨® Eslava Gal¨¢n.
"La Espa?a del Siglo de Oro, junto a la basura, ten¨ªa algo que hemos perdido: la dignidad como virtud, el honor como regla. Esa gentuza ten¨ªa unos c¨®digos. Cuando la vida te va quitando las palabras con may¨²scula -religi¨®n, patria, bandera...- si no quieres quedarte como un gui?apo, necesitas algo a lo que agarrarte. Y esa gente lo encontraba en ese c¨®digo de conducta, en esas reglas no escritas", explic¨® P¨¦rez-Reverte. "Al final lo que cuenta es la lealtad a ese tipo de cosas. Yo lo que m¨¢s admiro es el valor del tipo que es capaz de pelear por aquello en lo que cree. Alatriste sabe que no va a ganar. Es espa?ol y es l¨²cido. Sabe que no hay victoria posible; pero tambi¨¦n sabe que no puede dejarse llevar por ese r¨ªo de basura", agreg¨® el escritor. Los estudiantes aplaudieron sus palabras con entusiasmo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.