Escuela p¨²blica
Despu¨¦s de lo que le sucedi¨® al hijo del molinero, los aldeanos descubrieron la trampa. El hijo del molinero una ma?ana esper¨® hasta pasadas las nueve, y el autob¨²s escolar no lleg¨®. No llego ese d¨ªa, ni nunca m¨¢s. El ped¨¢neo ofici¨® a la superioridad, y la respuesta se demor¨® cinco meses. Pero ni el ped¨¢neo, ni el p¨¢rroco, ni el boticario sacaron nada en limpio de un papel que los remit¨ªa a leyes y disposiciones de los que nunca hab¨ªan o¨ªdo hablar. Se le confi¨® la misi¨®n de esclarecer el enigma administrativo al maestro jubilado, que se dispon¨ªa a bajar a la capital, como cada a?o. Cuando regres¨®, les dijo que el se?or delegado de Educaci¨®n no lo hab¨ªa recibido, pero que uno de los conserjes le asegur¨® que muy pronto las escuelas p¨²blicas y todos sus servicios funcionar¨ªan como un reloj. El hijo del molinero perdi¨® el curso. Y poco antes de que se iniciara el siguiente, un escrito firmado por nadie sab¨ªa qui¨¦n, animaba al escolar a hacer las cuatro leguas a pie, para no demorar sus estudios y practicar de paso un saludable senderismo.Una ma?ana, el hijo del molinero sali¨® a las cinco y regres¨®, completamente desolado, bien entrada la noche: en la escuela no hab¨ªa pupitres, ni ni?os, ni techo. Estaba en ruinas. Un guardia urbano le dijo que no se preocupara porque las autoridades hab¨ªan aprobado un plan parcial: en aquel descampado se construir¨ªa una gran obra. Cuando, por fin, el hijo del molinero, que ya ten¨ªa un leve bigote rubio, volvi¨® a la escuela se encontr¨® un moderno edificio, en medio de un barrio populoso. Corri¨® hacia la puerta con su plumier, su cartera y su bocadillo de tortilla, pero un individuo le impidi¨® la entrada. ?A d¨®nde vas?, le pregunt¨®. A que me den lecciones. ?Y no te da verg¨¹enza tan mayor como eres? Adem¨¢s, esto ya no es una escuela, esto es una empresa privada. Y le dio con la puerta en las narices. El hijo del molinero no lo entendi¨®. Su padre, s¨ª. Su padre comprob¨® lo que sospechaba: detr¨¢s de aquella puerta, se ejerc¨ªa el pillaje. La caverna segu¨ªa all¨ª.
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