Florida desaf¨ªa al poder judicial al designar a sus 25 compromisarios favorables a Bush
La C¨¢mara baja del Legislativo de Florida, de mayor¨ªa republicana, design¨® ayer a los 25 compromisarios que supuestamente representar¨¢n a este Estado en la reuni¨®n que el Colegio Electoral celebrar¨¢ el lunes. De esa manera, George Bush obtendr¨ªa la mayor¨ªa en ese organismo, que otorga la presidencia del pa¨ªs. La C¨¢mara activ¨® as¨ª la llamada "p¨®liza de seguros de George Bush" por 79 votos frente a 41. El Senado, controlado tambi¨¦n por los republicanos, tiene previsto hacerlo hoy. Pero las dem¨¢s opciones quedaban abiertas: una posible reanudaci¨®n de los recuentos o el nombramiento de un segundo grupo de compromisarios. Todo depend¨ªa del dictamen de la Corte Suprema federal.
Ir¨®nicamente, el Legislativo de Florida est¨¢ interviniendo para corregir sus propias lagunas legales. Fue esa rama del poder la que al aprobar las leyes electorales del Estado no estableci¨® un sistema uniforme para realizar los recuentos manuales que son el eje de la disputa electoral. A pesar de su determinaci¨®n para garantizarle los compromisarios a su correligionario Bush, los propios parlamentarios republicanos ayer esperaron hasta ¨²ltima hora una decisi¨®n del Supremo para poder echar marcha atr¨¢s y salvar en el futuro sus pellejos pol¨ªticos. "No s¨®lo es una patata caliente, es una patata caliente radioactiva. Todos los pol¨ªticos quisi¨¦ramos evitar un voto tan dif¨ªcil", dijo Tom Feeney, el presidente de la C¨¢mara que patrocin¨® la controvertida resoluci¨®n pro Bush.Durante el debate, dentro y fuera del Capitolio, los ciudadanos les recordaban a los republicanos que en s¨®lo dos a?os se enfrentan a la reelecci¨®n de sus cargos y ser¨¢ el momento de pasarles la factura. "Tienen el poder de aplastar la democracia, y confieso que tengo miedo de ellos. Mi ¨²nico poder es respoderles en las pr¨®ximas elecciones, si para entonces vive la democracia", dec¨ªa Annita Lang, una anciana afroamericana del condado de Apalachia.
Feeney confirm¨® desde un primer momento que a menos que los magistrados de la m¨¢s alta instancia judicial del pa¨ªs les prohibieran actuar, ellos seguir¨ªan adelante con su plan invocando "el poder y la responsabilidad" que les otorga el art¨ªculo segundo de la Constituci¨®n norteamericana (poder que est¨¢ en discusi¨®n y que se espera que el Tribunal Supremo aclare de una vez por todas). Los parlamentarios dem¨®cratas calificaron la sesi¨®n de "un nuevo y peligroso intento de cortocicuitar el orden constitucional".
Los republicanos apoyaron adem¨¢s su tesis en que los seis millones de votos que se emitieron en Florida el pasado 7 de noviembre quedar¨ªan sin representaci¨®n si la batalla se alarga en los juzgados. Algo que para sus hom¨®logos dem¨®cratas es una pura excusa para nombrar a los compromisarios favorables a Bush. Ayer durante el debate de m¨¢s de cinco horas los dem¨®cratas imploraron infructuosamente al bando contrario para que dejaran decidir al Tribunal Supremo federal. "Sean pacientes y respeten el proceso, no lo cortocircuiten", ped¨ªa la parlamentaria Sally Heyman.
Uno de sus colegas dem¨®cratas fue mucho m¨¢s lejos en sus cr¨ªticas. "Es un golpe de Estado legislativo", afirm¨® Philip Brutus, parlamentario haitiano de Miami. "Mis conciudadanos vinieron a este pa¨ªs para tener elecciones limpias, no para que se excluyeran sus votos".
Entre los m¨²ltiples escenarios de pesadilla, cabe la posibilidad de que los legisladores dem¨®cratas de Florida cumplan su amenaza de llevar a sus colegas republicanos ante la justicia si el Senado aprueba hoy la "p¨®liza de seguro electoral" de Bush. La escisi¨®n que eso crear¨ªa en el seno del poder legislativo es peque?a comparada con la crisis que se desencadenar¨ªa si los republicanos -con sus 102 esca?os de los 160- desafiaran un posible dictamen del Supremo a favor de los recuentos, posibilidad que no descartan.
A pesar de esa mayor¨ªa, tras las bambalinas del Capitolio de Tallahassee se ha estado jugando al comercio de votos en la ¨²ltima semana. Los republicanos han intentado desesperadamente captar desertores dem¨®cratas para paliar el da?o pol¨ªtico que les causar¨ªa una votaci¨®n polarizada a lo largo de los lindes partidistas. Ayer s¨®lo hab¨ªan conseguido uno.
Aun si ambas c¨¢maras aprobaran el nombramiento a los 25 compromisarios de Bush, dejar¨ªan un cabo suelto. Al no ser una ley per se sino una resoluci¨®n, expresa s¨®lo "el deseo de los legisladores" pero no tiene el poder vinculante de una ley. Y por otra parte, al no haber presentado a los compromisarios en el plazo del 12 de diciembre, el Congreso de la naci¨®n no tiene la obligaci¨®n legal de aceptarlos.
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