Bajo m¨ªnimos

Con un bagaje t¨¦cnico e interpretativo bastante pobre, el Coro Neubeuern y la Orquesta Klang Verwaltung (M¨²nich) ofrecieron un Oratorio de Navidad poco apto para el recuerdo. La batuta de Enoch zu Guttenberg no consigui¨® establecer un m¨ªnimo de ajuste y precisi¨®n entre las partes, especialmente en los n¨²meros corales de mayor calado contrapunt¨ªstico. La orquesta, a pesar de su sonido ralo, tapaba con frecuencia a los solistas, cuyas voces tampoco estaban a punto para afrontar las exigencias de Bach. As¨ª, la mezzo, inaudible en la zona grave y fr¨¢gil en la aguda, sostuvo un di¨¢logo bien apurado con los oboes en la hermosa aria del n? 4. El bajo, de afinaci¨®n imprecisa, s¨®lo mostr¨® cierta firmeza en alguno de los recitativos, pero no pudo con ninguna de las arias. La soprano exhibi¨® un instrumento insuficiente, mientras que el tenor, a pesar de su intencionalidad expresiva, se descontrolaba en los agudos. El coro, por su parte, carec¨ªa de empaste y consistencia, cal¨¢ndose las voces masculinas en varias entradas, mientras que las femeninas se mostraban siempre muy endebles.Pero no acaba todo ah¨ª. Los instrumentos solistas, que tienen un papel decisivo en estos pentagramas (oboes, flautas, viol¨ªn), funcionaron con inseguridad en los d¨²os con las voces, perdi¨¦ndose as¨ª uno de los efectos m¨¢s caracter¨ªsticos y hermosos de la m¨²sica de Bach. La suma de esos factores, a?adida a la incapacidad del director para traducir la obra, transform¨® el gran fresco sobre la Natividad en una sucesi¨®n interminable de n¨²meros. Baste decir que hasta las repeticiones, en las arias da capo, se hac¨ªan dif¨ªciles de soportar: no s¨®lo por las condiciones de los solistas, sino por la imposibilidad de percibir un m¨ªnimo de coherencia en el discurso musical. M¨¢xime cuando, al repetir, nos daban m¨¢s de lo mismo.

Ciertamente, ambas agrupaciones est¨¢n a a?os luz de los m¨ªnimos exigibles para obras de esta envergadura, y no se comprende que el A?o Bach (se cumplen 250 a?os de la muerte del compositor, y el Palau ha organizado una serie de conciertos) incorpore a m¨²sicos, como ¨¦stos, de tercera fila.

Por otra parte, para contratar a ese tipo de int¨¦rpretes, no parece necesario marcharse a Alemania.