Luto por un reactor at¨®mico
Los t¨¦cnicos de la central consideran absurda la clausura y aseguran estar dispuestos a trabajar en Irak o Corea del Norte
Muchos t¨¦cnicos altamente cualificados de la central de Chern¨®bil, que se sienten traicionados, preparan las maletas para irse del pa¨ªs y est¨¢n dispuestos a buscar trabajo donde lo haya. Mejor en Occidente, pero, si fuese imposible, no le har¨ªan ascos a Ir¨¢n, Irak o Corea del Norte, todos ellos en la lista norteamericana de Estados delincuentes. La mayor¨ªa de los trabajadores de Chern¨®bil llevan estos d¨ªas brazaletes negros sobre sus batas blancas y se muestran furiosos por la clausura de la central, que consideran absurda y puramente pol¨ªtica. Acaban de cobrar, pero son conscientes de que muchos de ellos tendr¨¢n ya pocos sueldos m¨¢s que llevar a casa. De los 6.000 empleos generados por la central at¨®mica, se perder¨¢n m¨¢s de la mitad.
En la sala de control de la unidad n¨²mero 3, desde la que se dirige el reactor (similar al que salt¨® por los aires hace m¨¢s de 14 a?os), el turno anterior al que oficiar¨¢ el cierre est¨¢ de limpieza general. "Antes de sepultar a un ser querido hay que limpiarlo con esmero. ?No es as¨ª en Espa?a?". Sergu¨¦i Tar¨¢n, de 37 a?os, casado y con dos hijos, que lleva 18 a?os en la central, trabajaba ayer como ingeniero principal de la sala de control y recurr¨ªa al humor negro para expresar una frustraci¨®n que le hac¨ªa saltar las l¨¢grimas.
Tar¨¢n no perder¨¢ su trabajo, aunque teme ser degradado, de categor¨ªa y de sueldo, una vez que la central deje de ser productiva (generaba el 5% de la energ¨ªa consumida en Ucrania). Tendr¨¢ suerte. Se cuenta con ¨¦l para el delicado proceso de desactivaci¨®n total de la planta, que puede llevar un m¨ªnimo de siete a?os. Pero eso no disminuye su rabia. "Como experto", se?ala, "s¨¦ que ¨¦ste es un reactor muy estable y que no representa ning¨²n peligro, especialmente tras las mejoras efectuadas despu¨¦s de 1986. Una comisi¨®n internacional concluy¨® recientemente que es uno de los m¨¢s seguros del mundo. Los ¨²ltimos problemas no han tenido nada que ver con el reactor, y las paradas largas se han debido a la necesidad de repararlo y modernizarlo para que funcionase con todas las garant¨ªas".
Este ingeniero nuclear hab¨ªa acabado su turno cuando el reactor n¨²mero 4 (cuyos restos est¨¢n ahora enterrados bajo un enorme sarc¨®fago) salt¨® por los aires a la 1.23.48 del 26 de abril de 1986. El d¨ªa siguiente estuvo al pie del ca?¨®n, luchando por cortar todo contacto entre el bloque n¨²mero 3 y el fat¨ªdico n¨²mero 4. Es un liquidador, el nombre que hizo fortuna para los centenares de miles de personas, llegadas de toda la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que ayudaron a paliar las consecuencias del accidente.
Pero ahora no quiere hablar de aquel pasado heroico, sino de un futuro que ¨¦l considera funesto. "Hay 11 reactores como ¨¦ste funcionando en Rusia", se?ala. "Son baratos, dan pocos problemas y nadie en Occidente presiona para cerrarlos. ?Por qu¨¦? Porque es m¨¢s dif¨ªcil poner a Rusia de rodillas que a Ucrania".
Konstant¨ªn Guerman¨®vich, de 37 a?os, empez¨® a trabajar en Chern¨®bil un a?o despu¨¦s del desastre. Da por sentado que perder¨¢ su trabajo y que se ver¨¢ obligado a emigrar de Ucrania junto con toda su familia. Parece como si le diese lo mismo el lugar. ?Incluso a Ir¨¢n o Corea del Norte? "No me importar¨ªa", contesta. "Me siento traicionado por mi Gobierno, y no una, sino varias veces. Los liquidadores liquidaron la aver¨ªa, y ahora se liquida a los liquidadores".
Su compa?ero Alex¨¦i Solianki, de 25 a?os, ingeniero electr¨®nico, lleva tambi¨¦n el brazalete negro, el s¨ªmbolo del luto y la protesta. Cada d¨ªa llega desde Chern¨ªgov, una hermosa ciudad que, al llegar la medianoche, "se queda totalmente a oscuras". La crisis energ¨¦tica en Ucrania es pavorosa, lo que no hace sino acelerar la frustraci¨®n de Solianki. "Claro que perder¨¦ mi trabajo", afirma. "Si puedo me ir¨¦ a cualquier sitio. A EE UU, Ir¨¢n, Irak, Corea del Norte, Libia... a cualquier sitio donde pueda ganarme la vida. Aqu¨ª no necesitan t¨¦cnicos en energ¨ªa, aunque haya cientos de aldeas que no tienen luz".
Por toda la central es visible la sensaci¨®n de frustraci¨®n y desamparo. El jefe de turno del complejo, Nikol¨¢i Sub¨®rov, dice que ¨¦l no entiende de pol¨ªtica, pero s¨ª de ciencia, y que, como cient¨ªfico, afirma que Chern¨®bil, y muy especialmente el bloque n¨²mero 3, el de tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada, podr¨ªa seguir funcionando sin problemas durante mucho tiempo.
El alivio en Occidente no es compartido en Ucrania, donde prima la preocupaci¨®n por la grave crisis energ¨¦tica y la excesiva dependencia de Rusia. Una encuesta efectuada anteanoche en la televisi¨®n estatal arroj¨® este resultado: 2.120 personas, a favor del cierre de la central, y 7.062, en contra.
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