El G-4 se disuelve

Aunque fue Agust¨ª Pujol, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Tenis, quien anunci¨® el entierro, la decisi¨®n de poner punto final a la aventura del G-4 la tomaron ayer los cuatro entrenadores que hace s¨®lo una semana llevaron al equipo espa?ol de la Copa Davis a ganar la Ensaladera. Javier Duarte, Josep Perlas, Jordi Vilar¨® y Juan Bautista Avenda?o no van a seguir ejerciendo de capitanes. Se reunieron en Madrid -Vilar¨® por v¨ªa telef¨®nica- y decidieron que si no continuaban los cuatro hab¨ªa que dar por fallecido el G-4. Y algunos de los cuatro no quer¨ªan seguir."El objetivo que se marc¨® cuando se cre¨® este grupo de cuatro t¨¦cnicos se cubri¨® con creces", asegur¨® Agust¨ª Pujol en Madrid, justo despu¨¦s de que finalizara el Masters nacional. "Era un proyecto para el a?o 2000, y el resultado ha sido que por primera vez en la historia, Espa?a ha ganado la Copa Davis", agreg¨® en conversaci¨®n telef¨®nica . "El G-4 ha dejado de existir. Pero para m¨ª, el proyecto sigue teniendo vigencia. Y en los pr¨®ximos d¨ªas, voy a anunciar soluciones para la capitan¨ªa espa?ola. El pr¨®ximo jueves o viernes anunciar¨¦ soluciones: nombrar un responsable asesorado por varios t¨¦cnicos o crear un nuevo G-3 o G-4 pero no m¨¢s".

?Qu¨¦ le ha ocurrido al G-4? ?Est¨¢n cansados? ?Han surgido m¨¢s problemas de los que ellos mismos imaginaban con los jugadores a los que entrenan? "Nada de eso, o un poco de todo", explic¨® ayer Duarte, que actu¨® de capit¨¢n en las cuatro eliminatorias que disput¨® Espa?a hasta ganar la Copa Davis. "El proyecto era por un a?o. Pero cada cual tiene sus propias responsabilidades. Hay dudas. Y algunos tienen problemas personales que obligan a un replanteamiento. Lo m¨¢s f¨¢cil para nosotros era aprovechar el momento de euforia y pedir tres a?os m¨¢s de contrato. Pero si uno s¨®lo de nosotros es consciente de que no podr¨¢ dar el ciento por ciento, entonces lo mejor es disolver el G-4. Y eso es lo que ha ocurrido".

Hay dudas sobre cu¨¢l de los cuatro estaba m¨¢s harto. Perlas, entrenador de Albert Costa y de Carlos Moy¨¤, anunci¨® recientemente su intenci¨®n de seguir adelante. Y Avenda?o dej¨® tambi¨¦n entrever la posibilidad de seguir. Pero ni Vilar¨®, entrenador de F¨¦lix Mantilla, ni Duarte, t¨¦cnico de ?lex Corretja, se pronunciaron. Sin embargo, todos ellos tienen motivos para pensar que sus jugadores pueden estar molestos.

El trayecto que hicieron juntos fue corto, pero las decisiones que tomaron fueron valientes. A Duarte no debi¨® resultarle f¨¢cil quitar protagonismo a ?lex Corretja y permitir que Juan Carlos Ferrero fuera el h¨¦roe de la final. A Perlas se le debi¨® revolver el est¨®mago cuando el G-4 acord¨® no contar con Moy¨¤ y mantener a Joan Balcells en el equipo de la final. A Vilar¨® le ha costado grandes sacrificios personales mantener el contacto directo y a veces telef¨®nico con el G-4, mientras Mantilla se estaba recuperando de una operaci¨®n. Pero al final se ha demostrado que el G-4 acert¨® en la mayor¨ªa de sus decisiones. El propio Ferrero reconoci¨® que la actitud de los t¨¦cnicos hab¨ªa sido irreprochable. El triunfo espa?ol se debi¨® en gran parte a ella.