Triunfo en la NBA, fracaso en Europa
El fiasco de Seikaly en el Barcelona confirma las dificultades de adaptaci¨®n de muchas estrellas de Estados Unidos
"Si comparase la NBA con la Liga ACB, me volver¨ªa loco. Son dos mundos completamente diferentes..." Tan diferentes, que, pocas semanas despu¨¦s de hacer estas declaraciones a este peri¨®dico, Rony Seikaly hizo las maletas y se march¨® a buscar el descanso del guerrero en L¨ªbano, su tierra natal. Detr¨¢s dejaba unas discretas estad¨ªsticas con el Barcelona y, sobre todo, una imagen de estrella caprichosa que abandona el barco a las primeras de cambio.El p¨ªvot liban¨¦s, que, con 35 a?os, hab¨ªa decidido hacer las Europas tras 12 exitosas temporadas en la NBA, principalmente en Miami, sal¨ªa, apenas tres meses despu¨¦s de llegar a Barcelona, por la puerta de atr¨¢s despu¨¦s de solicitar la rescisi¨®n de su contrato con un club que le expedient¨® por indisciplina.
El de Seikaly no es un caso ¨²nico. Se cuentan con los dedos de una mano los jugadores que, tras pasar por la mejor Liga de baloncesto, han logrado adaptarse a las europeas.
Un 'n¨²mero uno'
En la Liga ACB jug¨® incluso un n¨²mero uno en el draft de la NBA: Ralph Sampson, en el Unicaja. Pero, cuando Sampson lleg¨® a Espa?a estaba ya en pleno declive, sobre todo f¨ªsico, debido a una grave lesi¨®n en las rodillas.De los jugadores que han militado en el torneo nacional s¨®lo otros seis fueron elegidos por la NBA en posiciones superiores a Seikaly (n¨²mero 9 en el draft de 1988). A saber: Dennis Hopson (n¨²mero 3 en 1987, Zaragoza), James Ray (n¨²mero 5 en 1980, Huesca), Kenny Walker (n¨²mero 5 en 1986, C¨¢ceres), Russell Cross (n¨²mero 6 en 1983, Breog¨¢n Lugo), Melvin Turpin (n¨²mero 6 en 1984, Zaragoza) y Randy White (n¨²mero 8 en 1984, Joventut).
Mel Turpin recal¨® en el CAI de Zaragoza tras jugar con el Cleveland, el Utah y el Washington. Jug¨® una temporada, la 1988-1989: 37 partidos y unas buenas estad¨ªsticas: unos 30 minutos por encuentro, 14 puntos y casi 7 rebotes. Sin embargo, acabado el curso, vol¨® de nuevo a la NBA. Algo similar ocurri¨® con George Gervin, m¨¢s conocido como Iceman en Estados Unidos. El San Antonio retir¨® su n¨²mero, el 44, despu¨¦s de nueve a?os de excelentes servicios con los Spurs: fue el m¨¢ximo anotador del equipo durante cuatro temporadas. Tras abandonar su equipo y jugar un a?o con el Chicago, el hombre de hielo decidi¨® completar su expediente en Europa. Recal¨® en Manresa y jug¨® 24 partidos con el TDK. Lo justo para acumular unas estad¨ªsticas -27,9 puntos por partido y seis rebotes- que sirvieron para salvar al equipo del descenso.
El paso de Sampson fue a¨²n m¨¢s ef¨ªmero. Tras nueve temporadas exhibiendo su poder¨ªo por el Houston, el Golden State, el Sacramento y el Washington, la torre gemela de Olajuwon recal¨® en M¨¢laga. Dur¨® un suspiro: ocho partidos con el Unicaja en la temporada 1991-1992 con unos pobres promedios, 7 puntos y 6,7 rebotes, que le llevaron a ser despedido.
Otros, como Mark McNamara, hicieron incluso varios intentos. El p¨ªvot estadounidense altern¨® escapadas a Europa con largas estancias en la NBA. A mediados de la temporada 1985-1986, recal¨® en el Cortan Livorno, italiano, tras ser despedido del Milwaukee. A la siguiente vol¨® a M¨¢laga, donde disput¨® apenas media temporada antes de regresar a la NBA. En Estados Unidos jug¨® con el Filadelfia, los Lakers y el Orlando. Volvi¨® a Espa?a para terminar la temporada con el Murcia. Luego, en la 1991-92, jug¨® con el Madrid: 16,5 puntos y 10,2 rebotes.
Ejemplos positivos
En el polo opuesto tambi¨¦n se encuentran algunos ejemplos. Los de Audie Norris y Walter Berry son los m¨¢s celebrados. Las maltrechas rodillas de Norris, despu¨¦s de tres temporadas en el Portland, frustraron su carrera en la NBA.Sin embargo, su salida de la mejor Liga le abri¨® la puerta a un futuro espl¨¦ndido en Europa. Despu¨¦s de ser desechado por el Madrid, el p¨ªvot recal¨® en el Benetton, italiano, en el que fue considerado el mejor extranjero de la Liga transalpina. Fue entonces cuando el Barcelona se fij¨® en ¨¦l. Desde su llegada al conjunto azulgrana, en 1987, hasta su retirada, en 1993, marc¨® una ¨¦poca dorada: conquist¨® tres Ligas consecutivas y fue subcampe¨®n de Europa en dos ocasiones.
Norris, que acab¨® su carrera al a?o siguiente en el Peristeri, griego, a¨²n es saludado hoy como un ¨ªdolo cuando, a menudo, visita como espectador el Palau. Su adaptaci¨®n fue perfecta tanto al equipo como a la ciudad.
El de Berry, aunque diferente, es tambi¨¦n un caso paradigm¨¢tico. Lleg¨® al Atl¨¦tico de Madrid Villalba, despu¨¦s de tres a?os en la NBA y, en su ¨²nica temporada, la 1990-91, dej¨® unos n¨²meros apabullantes: adem¨¢s de ser el m¨¢ximo anotador de la Liga, con 32,9 puntos por partido, logr¨® un promedi¨® de 11,7 rebotes y 34 minutos de juego. A partir de aquel a?o comenz¨® un periplo por Europa que a¨²n dura en el Makedonios, griego.
La historia de desamor de las ex estrellas de la NBA se repite en las dos otras grandes Ligas europeas: la italiana y la griega. El baloncesto europeo es visto desde Estados Unidos como un lugar donde imponer un reinado sin oposici¨®n y bien retribuido. Pero la paz se torna a menudo pesadilla.
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